La Muy Ilustre y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Esperanza ha conmemorado el XXV aniversario de hermanamiento con el Cuerpo de la Policía Local de Valdepeñas con un acto celebrado en el Ayuntamiento de la localidad, donde la Corporación Penitencial he hecho entrega de la medalla de la Cofradía y las fotografías enmarcadas de sus titulares a la Jefatura del Cuerpo de la Policía Local 227 de Valdepeñas.
Durante el acto, el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, señaló que un reconocimiento como el que se ha otorgado es “una manera de motivar a los hombres y esto es necesario hacerlo porque en una sociedad como en la que vivimos, tan desnortada, si dejamos de creer en los principios y valores y negamos la historia que todos hemos hecho pues no seríamos nada”. En su intervención, el regidor municipal también ha querido trasladar a la Policía Local su gratitud por el trabajo desarrollado en beneficio de la sociedad. “Mi reconocimiento y el de toda la corporación, que sepáis que os llevamos como parte de nosotros porque sin vosotros no podríamos ser el pueblo que somos”, ha manifestado.
Durante el acto, el presidente de la Muy Ilustre y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Esperanza, Tomás Muñoz, recordó el paso de los 25 años desde que se llevó a cabo el hermanamiento de la Cofradía con el Cuerpo de la Policía Local, para los que también ha tenido palabras de gratitud. “Quiero poner en valor el esfuerzo y trabajo que realiza día a día la Policía Local, sin olvidar la labor de los Cuerpos de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas, que son un verdadero ejemplo para la sociedad y que no pasa desapercibido para el ciudadano en general”, afirmó.
Protegiendo desde 1752
Hay que retrotraerse al año 1989, cuando la Junta de Gobierno de la Cofradía, presidida por Francisco Rabadán Sánchez, concedió a propuesta del Secretario General, Ángel López Sánchez, el nombramiento de “Hermano Protector” a la entonces Policía Municipal, que remonta su tradición histórica con documentados al año 1752. Por entonces la denominación que recibía no era la de policía local sino la de alguaciles, siendo los oficiales que auxiliaban al corregidor que tenía a su cargo el orden y mantenimiento de la paz pública, así como el cuidado de las personas y cosas, la detención de los delincuentes, la ejecución de mandatos judiciales o el hacer rondas nocturnas para salvaguardar los bienes y personas.
A lo largo de la historia, la policía local ha tenido distintas denominaciones, tras los alguaciles llegó la denominación de guardia urbana, policía municipal y en la actualidad policía local. Durante este cuarto de siglo de hermanamiento, siempre ha existido un alto grado de cooperación entre la Cofradía y la Jefatura de la Policía Local, habiendo acompañado en la procesión del mediodía de Viernes Santo agentes uniformados.