C’est fini (parte 1)

A41A diferencia de la antigua canción de Hervé Villard, el Mundial de F-1 se ha acabado pero momentáneamente. Volverá en 2015 para poder subsanar muchos de los errores cometidos este año y con el ciclópeo reto de enderezar audiencias televisivas y presencias en los circuitos, auténticas nubes negras que se ciernen sobre la más alta de las competiciones de motor.

El quinteto se disuelve
En 2012, cinco de los seis campeones del mundo en activo coparon los cinco primeros puestos de la clasificación general (Vettel, Alonso, Räikkönen, Hamilton y Button), dejando al heptacampeón regresado, Schumacher, en una discreta 13ª plaza. El año pasado, retirado el “kaiser”, cuatro de los cinco restantes se intercalaron en las cinco primeras plazas, con la salvedad de Mark Webber que fue tercero en aquel Mundial: Vettel, Alonso (1º y 2º) y Hamilton, Räikkönen (4º y 5º), habían dejado algo descolgado a Jenson Button que sólo pudo acabar noveno ese campeonato. Los mismos cinco campeones se citaban para 2014 y dos de ellos iban a compartir escuadra (Alonso y Räikkönen en Ferrari) lo que adelantaba otro capítulo del monopolístico grupo que, finalmente, y después de diecinueve carreras, ha arrojado un panorama decepcionante para los protagonistas donde sólo uno de ellos, Hamilton, se ha llevado el gato al agua con su extraordinario segundo título mundial que nos atrevemos a decir, no será el último. Vettel 5º, Alonso 6º , Button 8º y Räikkönen 13º, ilustran el asalto al poder de otra generación de pilotos que tiene a Daniel Ricciardo (3º) y Valtteri Bottas (4º) como punta de lanza del reparto de los premios en el futuro. En todo este espectro no hay que olvidar al subcampeón y “poleman” del año, Nico Rosberg que, gracias a la “tontería” de la puntuación doble de Abu Dhabi, optó hasta la última carrera a un título que tuvo dueño desde los “affaires” de Bélgica e Italia. Con la salida más que segura de Button del mundo de la F1, serán cuatro los campeones de 2015 y dos de ellos compartirán plaza en Ferrari (Vettel y Räikkönen) con lo que el asalto al título de Dani Ricciardo, desde Red Bull, el intento de resarcirse de Rosberg o la eterna promesa de Massa a los mandos de un eficaz Williams que también domina Bottas, a buen seguro expandirán las posibilidades de victorias parciales y de título… con el permiso de Mercedes.

hamiltonNo nos gusta el bipartidismo de la casta
La tendencia monopolística de los últimos años en la F1, donde Red Bull repartía, al principio, entre Vettel y Webber y luego sólo para el primero; la dictadura Mercedes a base de duopolio Hamilton-Rosberg, todavía más contundente ya que ha abarcado las luchas por la “pole” y un sinfín de dobletes, ha abocado el espectáculo a sus mínimos de la última década que, como todos sabemos, se inició con los los títulos del asturiano y sus luchas épicas contra el Imperio Ferrari, ese que ahora le ha despedido a pesar de que sacó pecho y quemó prestigio en un quinquenio para nada desdeñable. Las alineaciones conocidas para 2015, sobre todo en los equipos punteros, deberían garantizar la ruptura del monopolio sobre todo si se abre la limitación de poder tocar los motores, cuestión a la que se niega, evidentemente, Mercedes y a la que aspiran Ferrari y Renault y que, mucho nos tememos acabarán consiguiendo dada la incorporación al equipo de Maranello del “sheriff” de Philip Morris-Marlboro, Maurizio Arrivabene, uno de los tipos más poderosos de la “casta económica” que dirige la F1 en la sombra, íntimo de Ecclestone y, en definitiva, poseedor de las llaves del ingente presupuesto que la tabaquera inyecta en la firma del “cavallino rampante”. Con los motores “descongelados” hasta Honda podría obtener un plus de beneficio, extremadamente útil para poder batir a la estrella de tres puntas. Tal y como parece en la política española, de la que hemos tomado el símil, 2015 parece “a priori” un año un poco más abierto que 2014 en donde, recordemos sólo han ganado dos marcas (Mercedes 16 y Red Bull 3) y sólo tres pilotos (Hamilton 11, Rosberg 5 y Ricciardo 3).

El bi-campeón
Que Lewis Hamilton, como Alonso, sólo tenga dos títulos mundiales, se debe a partes iguales a la irrupción de Red Bull-Vettel como a su propia personalidad díscola y atribulada. Tras su éxito en 2008, que consagró su brillantísimo debut del año anterior, donde literalmente se comió a todo un bicampeón como Alonso, al que aburrió y echó de McLaren, Hamilton se creyó el Dios de la F1; su padre y manager, creyó que “el mar el cielo y la noche la mañana” (Serrat, singing) y una tormentosa relación impidió que el jovenzuelo concretase tanta esperanza puesta en él. Su estrella declinaba prematuramente cuando recala en Mercedes recién salidos Schumacher y Norbert Haug y tras tomar el poder el emergente Toto Wolff  y su “rasputín en la sombra” Niki Lauda. El cambio brutal de la F1 de 2014 beneficia a Mercedes y a los tipos con temperamento, donde, desgraciadamente, no se encuentra el simpático, educado y cumplidor Nico Rosberg, epítome de lo que cualquier madre quiere como yerno, pero muy alejado de la mentalidad “killer” que adorna a todos los campeones del mundo (incluido su papá). Así, Hamilton fue a rebufo en la general, hasta que el golpe de mano, en la quincena de los GP’s de Bélgica e Italia, cuando Rosberg impacta con él en Spa y “cede” los errores en Monza, le ofreció el poder en una escudería que negó las órdenes de equipo pero que corría, en aquel entonces, el riesgo de hacer el tonto como McLaren en 2007. Las cinco carreras consecutivas con victoria del piloto negro (y a mucha honra) adelantaron un resultado que sólo la pantomima de Abu Dhabi dejó en cierta interrogante.

Ahora, Lewis, tras su impresionante cúmulo de éxitos, es quinto en el histórico de victorias con 33, por detrás de Vettel (39) y por delante de Alonso (32). Su registro de poles también sube como la espuma: treinta y ocho, lo que le coloca cuarto histórico por detrás, otra vez de Vettel (45) y muy por delante de Alonso (12º con 22). Sus siete vueltas más rápidas en carrera, que le han granjeado el premio que la FIA destina a ese registro, le llevan a un total de 20 (13ª plaza) por detrás de Alonso (12º, 21) y lejos aún de Vettel (8º con 24) y Räikkönen (3º con 40); números todos ellos que tendrán que validarse en el futuro donde, nos pese o no, no estarán los contendientes de mayor edad, Alonso y Räikkönen que se acabarán perdiendo el “duelo al sol” del futuro entre “Kid” Vettel y “Big” Hamilton. Pero esa será otra historia.

Juanma Núñez
A41- Todo Motor

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