Fermín Gassol Peco.- Llegan las fiestas de Navidad. Y con ellas un año más la locura de los regalos que son en lo han quedado para muchas personas unas fechas con un origen y significado tan distinto y ajeno. La gente se devana los sesos esos días pensando qué demonios puede regalar, cuando ya todo el mundo tiene de todo, aunque cada vez haya más gente que no tiene casi nada.
Esto de regalar cosas distintas de las habituales se ha convertido en una empresa difícil de lograr. Sin embargo hay quien agudiza el ingenio y logra inventar objetos cuanto menos curiosos. Uno de los que me ha parecido muy original y práctico, consiste en un piano extraplano de pie, una especie de alfombra con el dibujo de unas teclas que al pisarlas suenan, un objeto innecesario pero muy útil porque así en un mismo espacio tienes a la vez un elemento de confort y otro de cultura, que viendo el último informe sobre nuestro nivel docente, hace muchísima falta, así que bienvenido sea.
Pero he descubierto otro por ahí que me ha producido una especie de sarampión y urticaria a la vez; se trata…de un original paraguas para…perros. Que sí, que sí, que no les miento. La imaginación y la delicadeza al poder, pobres animalitos que se mojan cuando llueve. La idea no parte de una protectora de animales, asociaciones que se dedican a menesteres más importantes en el cuidado de los canes, sino de un comerciante que viendo la tontería que tiene mucha gente se va a forrar con ellos.
Esto de tratar a los animales de una manera tan delicada como si fueran personas, alguno ya los trata de hijos adoptivos, a las que hay que proteger de los rigores de la naturaleza es algo que denota la falta de verticalidad afectiva que una parte de esta sociedad padece. Pido perdón a todas las personas que puedan sentirse aludidas pero lo digo desde el cariño que siempre he tenido y tengo a los animales.
Una de las características que siempre ha definido el ocaso de una civilización ha sido la polarización de los excesos en cosas tangenciales, innecesarias y estrambóticas mientras las necesidades más fundamentales y primarias quedaban socavadas y olvidadas, esto es, el bienestar básico de todos y la cultura, sobre todo esta última.
Hoy estamos en las mismas, no olvidemos que otros empiezan a estar entre nosotros buscando cosas más primarias y urgentes para poder vivir…, ellos pueden ser los que algún día nos pongan firmes fácilmente. Paraguas para perros mientras muchas personas no tienen ni un techo donde cobijarse…Hoy salta esta noticia como pretexto, pero ¡nos encontramos tantas todos los días! La pregunta resulta inevitable: esta sociedad tan inteligente ¿En que está pensando? En nada importante desde luego, de lo contrario hay cosas que tienen difícil explicación y si la tienen pues mucho peor.
