¿Ha fallado el sistema?

El gran cantautor Serrat, nadie hasta la fecha como él en cuanto a la grandeza de su obra, quizá Sabina, ha dicho con ocasión de la presentación de un álbum recopilatorio algo que tiene su aquél: El proyecto de la Transición se ha desmoronado. Y digo que tiene su miga porque hablar de transición después de casi cuarenta años de democracia resulta cuanto menos algo inquietante y desesperanzador.

¿No ha cristalizado la democracia? ¿Ha fallado el sistema? ¿Se “utilizó” el concepto de transición y democracia para llegar a extremos que en aquel momento no podían imaginar los que firmaron las Constitución?

Sé que estas líneas son muy duras. Sin embargo no me duelen prendas escribirlas, que aquí hay muchos, demasiados, que han confundido la libertad y la democracia con…lo que no lo es; con el aprovechamiento, el amiguismo, el sectarismo, el arribismo y el descrédito de lo que impúdicamente dicen defender.

Cuando llegó la democracia todos, o casi, nos pusimos tan contentos. El dictador nos había dejado y los aires de libertad por fin parecían haber llegado. Y tanto que llegaron…que aquí nos pusimos a ser libres y nadie parecía ganarnos en esto. En nombre de una idea aberrante y prostituida de la libertad se asesinaron a casi mil inocentes…y nuestra libertad y democracia, jóvenes e inexpertas tragaban aturdidas lo que las viejas meretrices les iban echando.
La idea de la reconciliación, de que los “malos” dejarían de serlo y que los “buenos” no lo serían en exclusiva…parecía que por fin podía cristalizar. Era la romántica idea de la reconciliación política….pelo a pelo, cuando todavía no había nada que rascar.

Pero hubo unos listos que se dieron cuenta de lo que venía de camino con el “negocio de la libertad”. Y lo que venía de camino no era otra cosa que dinero. Y se hicieron profesionales de “la cosa”…parapetados en ese sagrado concepto y se pusieron a montar su lucrativo negocio y se subieron a la intocable profesión de aforado, algunos parece que de por vida.

Hoy desgraciadamente el sistema que nos dimos está fallando de manera clamorosa. La libertad es una falacia si traspasa un límite y ese límite es la supervivencia, que de nada sirve la libertad si no hay pan que llevarse a la boca ¿Cómo es posible que un sistema basado en la libertad y por lo tanto el mejor de todos, esté haciendo aguas? La respuesta no está ni en el viento, ni en las estrellas; la respuesta está en nosotros mismos. En agricultura sabemos que si sembramos avena…recogeremos avena y si sembramos maíz recogeremos maíz. Quiero decir con esto que no nos puede llevar ni a engaño, ni a sorprendernos, no ser cínicos y lamentarnos de las consecuencias…sin denunciar, reconocer y poner solución, ¡pero ya!, a las causas que las han provocado.

Falta de trasparencia, de altura de miras en el quehacer político, mucho vocero, muchos “púgiles de ideas” que les dan el sustento, dinero despilfarrado y robado, defraudadores con el fisco a todas las escalas, dinero negro a espuertas, obras estúpidas…para satisfacer bolsillos familiares y de amigos. Falta en definitiva de decencia moral. Traidores a sus partidos y a la causa democrática…¿Acaso la situación actual no es sino la desembocadura de este rio de barbaridades? ¿Qué esperábamos cosechar? ¿Algo diferente a lo que sembramos?

El sistema no es el que falla…que en otros países europeos llevan con él años, siglos y ahí están, con sus problemas, pero con las ideas fundamentales superclaras y aceptadas. Los que estamos fallando somos nosotros que hemos hecho de la libertad una ocasión para trincar y abusar de su candor. Mucho decir que creemos en la democracia…”mucho te quiero perrito ¡ah! pero pan…poquito, muy poquito” ¡Así no podemos seguir! Eso sí… abstenerse salvadores!!! Gracias.