El PSOE manchego, un partido momificado. Como Franco

Javier Fisac Seco. Historiador.- Ha ocurrido con el PSOE de Castilla- La Mancha un fenómeno sociológico a imagen y semejanza de su pastor, el beatífico Bono, que cuanto más rico es más católico se siente. Porque Bono, además de pastorear sus ovejas, es mucho, mucho más rico después de dedicarse a la política que cuando, de la generosa mano del olvidado Guerra, se inició en ella.
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Y eso a pesar de que los políticos deberían dedicarse sólo a beneficiar a los ciudadanos y no a engordar sus cuentas corrientes. Acumulación de capital, que diría el joven Marx, ¿se acuerdan de él?, en beneficio propio y de la familia política.

El fenómeno de este partido es que, además de ser servilmente clerical, porque tanto el beato Bono como sus heredero están más interesados en proteger los intereses materiales, que son muy, muy abundantes en contraste con el empobrecimiento de los ciudadanos, y de los espirituales de la Iglesia católica, que en proteger los intereses del pueblo.

Además de ser un partido clerical, decía, porque lo proclama el innombrable Bono, quien, cuando le preguntas cualquier cosa, aunque sea la hora, lo primero que te cuenta, sin venir nunca a cuento, es que él es muy católico y ha sustituido los retratos de los ateos, como Largo Caballero o Indalecio Prieto, por enormes imágenes de Jesucristo en la cruz y las ha ido colocando en las aulas laicas, en la laica administración y en los rincones sagrados de sus casas, despacho y coches oficiales. Hasta el punto de que sus angelicales guardaespaldas y sus choferes han sido seleccionados entre la crema de los alumnos del colegio Tajamar del Opus Dei.

Y sin embargo, vive en el caos moral, porque se ha divorciado. Y eso es pecado mortal, algo prohibido por la Iglesia católica, que le debe haber concedido una dispensa en gratificación por los muchos beneficios materiales que el bienaventurado Bono ha donado, arrancándolos de los presupuestos laicos del pueblo y los ciudadanos. Pero como también tiene prohibido por su Iglesia relacionarse sexualmente y sólo se le permite aparearse con pareja hetero con la única finalidad de engendrar, como máquinas, hijos, por la cara de felicidad que arrastra, es muy probable que este mandato divino, cuyo incumplimiento también acarrea la pena de pecado mortal, lo esté cumpliendo en penitencia por sus pecados.

Decía yo que, además de ser el socialismo manchego cualquier cosa menos socialista por ser un partido profundamente clericalizado, es, precisamente por ello, un partido familiar, patriarcal, autoritario y jerárquico. Y como partido patriarcal ha sido patrimonializado por el insigne Bono y sus herederos. Hay quienes a este modelo de familia le llaman casta. Tal vez por eso hayan entrado en estado de momificación. De parálisis intelectual y política porque el bondadoso Bono lo único que ha aportado al pensamiento político ha sido la teoría sobre la primera comunión como fundamento existencial del buen socialista.

El rango jerárquico-clerical en el partido socialista manchego se aplica con todo rigor jesuítico. Es un partido en el que se suceden, uno detrás de otro, los hijos putativos de Bono. No existe ninguna posibilidad de renovación democrática porque la base del partido jura voto de obediencia al superior y los superiores se suceden como si tuvieran la forma de gobierno una monarquía absolutista y hereditaria.

El único mérito que se requiere para suceder a Bono, no es la capacidad y la elección por las bases, sino el vínculo paternofilial que se tenga con el periclitado Bono. El mérito está en ser tan Bono como Bono y más. La adulación y servidumbre al Poder como señal de ingreso en la familia y en sus beneficios hereditarios. Instaurado en Padrino socialista decide quién le sucede y quién no. Quién hereda más y quien hereda menos de los presupuestos. Y mientras tanto, el innombrable secretario general del PSOE, ni tan si quiera se ha enterado de la empanada que el ínclito Bono tiene repartida en Castilla-La Mancha. ¿Existe alguna posibilidad de renovación en el PSOE cuando sus cuadros ya se han momificado en sus cargos y de ahí no están dispuestos a moverse? Les pasa como al putrefacto Franco que tampoco hay quien le saque de su cómodo sepulcro.

Cospedal también es de misa diaria y se decora con peineta. Ha prometido a su dios no descansar hasta arrasar la propiedad pública y el bienestar social para que los pobres se vayan al cielo y los ricos se queden con la Tierra. Para mayor gloria de dios que, por lo visto, es el mismo que al que rezan los socialistas. Pero ni Bono y sus herederos, ni Cospedal, ni Franco, ni dios son la solución a la miseria en la que están dejando Castilla La Mancha. La clase política está putrefacta. La casta es el sistema. Sólo “Podemos” y debemos cambiar el sistema.

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