Informa «Estafeta de los partidos», en El Siglo Médico (Boletín de Medicina y Gaceta Médica), núm. 348 (2-IX-1860), p. 576:
Se advierte á los profesores, que la plaza de médico-cirujano titular de la villa de Argamasilla de Calatrava, cuya vacante se anunciará en breve, es desempeñada, hace 17 años, por el Sr. D. José Molina Blampain, el cual piensa continuar en el referido pueblo, no obstante la oposición de un cacique, porque tiene alli su familia y posee suficientes intereses para figurar en la lista de los primeros contribuyentes. Se ha brindado con esta plaza á varios facultativos y todos la han rehusado con la mayor dignidad, conociendo la justicia que asiste al Sr. Molina Blampain, de lo cual pueden informar los Sres. D. Carlos Mestre y Marzal, médico-director de los baños de Puertollano; D. Ildefonso Martí, subdelegado del partido; D. José Mestre y Marzal, médico-cirujano de esta misma villa; D. José Hernández, médico y alcalde de Almodovar; D. Laureano Castellana, médico-cirujano de Ballesteros; D. José Aceño, id. de Aldea del Rey; D. Miguel Vestoso y D. Dámaso López de Sancho, id. id. de Ciudad-Real; D. José Flores, id. de Almagro, y D. Santos Torres, id. de Villamayor.Pero al curioso le interesará conocer que este médico, al parecer de madre francesa, es el traductor de una de las primeras obras extensas publicadas en Ciudad Real, más en concreto en 1844: los Viajes de Pitágoras por Egipto, la Caldea, India, Creta, Esparta, Sicilia, Roma, Cartago, Marsella y las Galias ; seguidos de sus leyes políticas y morales / vertidos libremente del Frances por José Molina Blampain. (Ciudad Real : [s.n., s.a.] (Imprenta de Victoriano Malaguilla) Descripción física: tres volúmenes de 20 cm. (cuarto) En el pie de imp. del T. II y III consta el año 1846, pero el volumen correspondiente del Diccionario general de bibliografía española (1873) de Dionisio Hidalgo, p. 126, recoge el primer volumen como publicado en 1844. Se trata nada menos que una obra babufista del escritor ateo francés (precursor del socialismo utópico) Sylvain Maréchal (1750 – 1803), Les Voyages de Pythagore (1799). Hay que poner esta obra en concexión con los intentos de los carbonarios Félix Mejía y el catalán Tomás Bruguera, (del que sabemos era un gran defensor de la educación de la mujer, y escribió sobre ello un ensayo) durante la Regencia de Espartero (1841-1843) de lograr un simulacro de reforma agraria en La Mancha. Bruguera fue nombrado expresamente para el puesto de Jefe Político de Ciudad Real por Baldomero Espartero, creador también del primer instituto de la capital, para armarla y, cuando estaba a punto de lograr algo, tras casi dos años de tejemanejes, cayó Espartero y Narváez (¡qué biografía más floja le han escrito!) lo envió a escardar cebollinos. Sé lo de Bruguera por el eco que suscitó en la prensa su extrañamiento en los dolidos simpatizantes ciudarrealeños que dejó, a su pesar, abandonados a su albur (no los voy a citar aquí; que algún becario o investigador con interés lo haga). Ya, por lo menos, puede saberse que uno de los implicados fue el médico manchego José Molina Blampain. Y, por la escueta noticia de El Siglo Médico, ya podemos suponer lo poco que complugo el ideario del pobrecillo médico al cacique local y como pagó esas veleidades sociales con la persecución a que le sometió el cacique en los decenios sucesivos. Sobre las conexiones de estos pobres «caballos de tiro» del progresismo, diría Larra, con cierto krausista ciudarrealeño de la primera generación, importante pero muy desconocido, de cuyo nombre me da fatiga acordarme (ya hablaré el día en que me lo pidan, pues eso me exigiría poner en orden unas cuantas notas y editar un par de textos abstrusos sobre Hegel, Fichte y Krause que escribió y tengo en mis archivos). Otra línea por investigar sería la relación de este médico con el ilustre erudito, bibliófilo, librero y terrateniente Benito Maestre, editor no ya del Lazarillo de Tormes, sino de la muy heterodoxa y protestante Segunda parte del mismo que escribió en Francia el protestante manchego Juan de Luna. Benito Maestre tenía tierras y familiares en Argamasilla de Calatrava y, por cierto, la edición de esta obra se hizo también en el mismo año que Los viajes de Pitágoras, 1844: La Vida de Lazarillo de Tormes, y sus fortunas y adversidades. Por D. Diego Hurtado de Mendoza. Nueva edicion de lujo, aumentada con dos segundas partes anónimas [la última «sacada de las crónicas antiguas de Toledo, por H. de Luna»], con grabados por artistas españoles Madrid, imprentas de Pedro Omar (id est, Mora) y Soler y Vicente Castelló, 1844. ¿A que mola? En cuanto a Carlos Mestre, el que autoriza a Molina Blampain, se trata no solo de un médico, sino de un escritor liberal moderado y aficionado al periodismo, autor de un volumen de versos estimable que tengo entre mis libros y algún que otro ensayo polémico.
Contornos
Ángel Romera
http://diariodelendriago.blogspot.com.es/
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Hasta en los médicos mandaban, o trataban de hacerlo, los caciques. ¿Cuanto jabón habrá que gastar en limpiar tantas miasmas históricas y políticas? Miedo da mirar y ver de donde venimos.
¿Cómo que de dónde venimos Rivero. Que eres un ilustrado. Por favor!
Te lo recuerdo: Adán y Eva fueron los primeros pobladores de la Tierra y padres de todos nosotros. Adán fue creado primero, y Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una compañera que fue creada partiendo de una costilla del hombre…(ellas siempre detrás…). De verdad que tienes unas cosas…. 🙂
Ahora en lo de «miedo da mirar» te doy toda la razón.
En cuanto al curioso artículo de Romera, nada nuevo bajo el sol patrio. No hay más que mirar plazas de universidades, cargos de confianza en administraciones y familiares de consejeros de administración en empresas.
Si haces como Jordi Évole y le preguntas a los nórdicos por estas cosas pondrán cara de estupefactos. Si le preguntas a alguien en la Plaza Mayor de Ciudad Real te dará una lista no menor de 10 casos.
«Asín semos».
Cargos de confianza y concursos oposiciones a la medida del que desean que entre, que de todo hay en las villas y diputaciones de Jesucristo. Que pregunten si no en el ayto. puertollanero cuántos de su plantilla han aprobado una oposición con sangre, sudor y esfuerzo, el caciquismo sigue vigente y con una salud de hierro.
Pues ya veréis la que se armó en la Ciudad Real del turno Cánovas / Sagasta, a fines del XIX, por una plaza de profe de lengua en el Instituto de Ciudad Real. Lo cuenta en sus memorias José Balcázar y Sabariegos y lo publicaré en la próxima.
Me gustaría saber quién es el krausista ciudarrealeño de primera hora al que se refiere y que editara y diera a conocer los textos que de él tiene. ¿Se trata acaso de Tomas Tapia, que parece en la «Historia de los heterodoxos» de Menéndez Pelayo? De él nos dice el polígrafo santanderino que fue discípulo predilecto de Sanz del Río y que en los veranos «catequizaba» a sus paisanos manchegos en el casino de Manzanares.