La vida y obra de El Greco ha centrado la tercera jornada del 29 Encuentro de Poesía Española de Almagro, un consolidado evento que organizan la Diputación de Ciudad Real y el ayuntamiento de la villa encajera. A través de un poema audiovisual, en el que la música y la luz juegan un relevante papel, el montaje dirigido por el compositor y productor Augusto Guzmán reunió este jueves a una gran cantidad de público en el Teatro Municipal, la sede oficial del encuentro durante casi tres décadas.
«El Greco, con la mano en el corazón» constituye una original y trabajada manera de conmemorar el IV centenario de la muerte del pintor cretense. El Encuentro de Poesía Española no podía dejar pasar tan relevante efeméride sin recordar, de alguna manera, la figura de El Greco. Y la organización ha confiado en una iniciativa por la que ha sido posible que tanto Guzmán como el periodista y escritor Manuel Valero, autor de los textos, hayan sido profetas en su provincia, en su tierra. Ayudados, eso sí, y en gran medida, por el actor Pedro Morallón, que le ha puesto voz al pintor dando muestra, otra vez, de su buen hacer sobre las tablas avalado por su dilatada trayectoria en el mundo de las artes escénicas.
Los contemporáneos de El Grego lo definieron como un hombre de hábitos e ideas excéntricas, tremenda determinación, extraordinaria reticencia y extrema devoción. El pintor de figuras alargadas y de gustos cromáticos llamativos sería conocido en la actualidad por sus dotes innovadoras. También el montaje «El Grego, con la mano en el corazón» ha exhalado aroma de vanguardia, a través de la prosa, la lírica, la música y la voz actoral.
Ha concebido Augusto Guzmán una propuesta muy visual, donde luz y color se unen para lograr proyectar quizás los colores nocturnos brillantes y con fuertes contrastes entre el rojo anaranjado, el amarillo, el verde, el azul y el rosa que empleaba sin escatimar Domenicos Theotocopoulos. Un espectáculo muy bello, de enorme plasticidad, una paleta cromática de fuerza desmedida, visual, musical y sonora, porque también ha estado plagada de reflexiones no exentas de sentimientos y pensamientos expresados en primera persona.
El Greco tendió a proyectar de forma desconocida hasta entonces conjuntos artísticos plurales, en los que combinaba las esculturas, la arquitectura de los retablos con sus lienzos y otras telas empotradas en muros o bóvedas, concibiéndolos como complejos sistemas formales y visuales que debieron producir efectos fascinantes a quienes tuvieron la fortuna de ver los resultados de sus creaciones artísticas en tiempos pretéritos. Un privilegio que se nos hurta en la actualidad, pero quienes han tenido la oportunidad de asistir a tercer espectáculo del Encuentro de Poesía Española han podido visualizar la obra de El Greco, y también pasajes relevantes de su vida, gracias a un trabajo serio, de calidad, bien planteado y secuenciado, aderezado con compases evocadores, impregnados de emoción, y con un tratamiento de la luz que ha dibujado a la perfección el mundo de oscuridad artística en el que se movió con naturalidad y confianza el pintor cretense.
Las imágenes originales de Natalia Cedena y el cuarteto de cuerdas de la Orquesta de Cámara Orfeo, que ha interpretado composiciones de Augusto Guzmán, han contribuido a lograr un montaje que ha gozado de la aceptación unánime del público, que se ha acercado a la personalidad y ha conocido los secretos de El Greco, a quien la historia le ha concedido el honor de ser uno de los artistas más influyentes en el arte moderno.
El 29 Encuentro de Poesía Española concluye el viernes 31 de octubre con la actuación del guitarrista y cantaor daimieleño Ricardo Fernández del Moral, quien obtuvo en 2012 el prestigioso galardón de la «Lámpara Minera» del Festival de las Minas, en La Unión (Murcia).