El 21 de octubre de 2010 tuvo lugar en el Seminario Conciliar de Madrid la ceremonia de apertura de la Causa de Martirio de los seminaristas de Madrid de la persecución religiosa de 1936. Tras cuatro años de estudio, la semana pasada, también 21 de octubre, tuvo lugar la Clausura del Proceso Diocesano. Son once las personas que componen el proceso, de los cuales nueve eran seminaristas y dos familiares. Entre los seminaristas se encuentra Cástor Zarco, natural de Socuéllamos.
A la ceremonia acudieron familiares y amigos de los mártires. Por parte de Cástor Zarco, asistieron la primera Teniente-Alcalde del ayuntamiento, Pruden Medina; la concejala de Cultura, Mari Carmen Toledo; la teóloga María Caridad Cantero Ruiz, sobrinos, María Teresa y Cástor Zarco Santos, entre otros amigos de la familia.
La ceremonia tanto de apertura, como de clausura estuvo presidida por el Señor Cardenal D. Antonio María Rouco Varela en el Aula Magna del Seminario Conciliar de Madrid, además se encontraba la Postuladora de la Causa, el Promotor de Justicia, el Ilmo. Sr. Delegado Episcopal, la Notaria Actuaria y la Notaria Adjunta. Dichas notarias presentaron al Señor Cardenal las actas originales del proceso y las copias para ser enviadas a la Santa Sede, el Sr. Cardenal examinó el original y demás documentación, tras el examen, preguntó al Promotor de Justicia si tenía algo que oponer tanto al original como a las copias. Éste respondió que no tenía nada que objetar. Seguidamente, el Postulador hizo un breve resumen de la historia de la Causa y del contenido del Proceso diocesano. Posteriormente los expedientes fueron lacrados y se enviarán a la Congregación Vaticana para las Causa de los Santos, para comenzar la fase romana. Con esta ceremonia finaliza la fase diocesana de los Siervos de Dios y comienza la fase romana, para culminar con la beatificación y, si procede, la posterior canonización.
La historia
En los primeros días de la contienda española, fueron siete los seminaristas de Madrid que recibieron el martirio; además de ellos, murieron otros dos seminaristas de otras diócesis que estaban en la capital por esas fechas; y otros dos familiares de dos de ellos, que les acompañaron al martirio.
Cástor Zarco García: El 6 de junio de 1936 fue ordenado subdiácono. Comenzada la Guerra Civil, fue movilizado y enrolado en la Brigada de El Campesino. Estaba hospitalizado en Alcalá de Henares cuando fue reconocido y delatado como seminarista por algunos paisanos suyos, siendo fusilado en septiembre de 1937. Algunos testigos afirman que fue obligado a cavar su propia tumba.
