HOAC Ciudad Real.- ¨Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos¨. (Mt. 5, 9). El lunes 27 de octubre de 2014 va a ser juzgada en el juzgado de lo penal de Ciudad Real Matilde Castilla, miembro de STE-INTERSINDICAL de Castilla-La Mancha e integrante activa de la Marchas por la Dignidad. Su delito consiste en haber firmado la solicitud de una concentración en la Plaza Mayor de Ciudad Real el 20 de mayo, que no fue autorizada por la subdelegación del gobierno y que, por ello, fue desconvocada y no se realizó.
A la gente que acudió se la invitó desde la organización a disolverse y a no hacer grupos. En ningún momento hubo disturbios ni alteración del orden público. Solo se celebró una breve rueda de prensa con los medios de comunicación que acudieron. La policía municipal fue informada de todos los hechos por la organización.
Desgraciadamente, esta actuación no es la primera ni la única que en los últimos tiempos se está produciendo en Ciudad Real, en Castilla-La Mancha y en el Estado español. Son muchos los casos de personas participantes en movilizaciones y actos reivindicativos en contra de la política de recortes y de la precarización del empleo que están sufriendo acosos, sanciones desproporcionadas y arbitrarias: solicitud de identificación, multas de centenares de euros a manifestantes escogidos al azar, suspensión temporal de empleo y sueldo, penas de hasta dos años de cárcel… Son casos reales que en poco tiempo se han dado.
Desde la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) queremos mostrar nuestro apoyo y cariño a Matilde Castilla ante esta medida injusta, arbitraria e inmoral, que una vez más los poderes públicos exhiben ante las personas de buena voluntad que hacen de la solidaridad y la lucha por la justicia no solo un ideal, sino una práctica cotidiana en su vida. Creemos que esta denuncia y la forma en que se ha realizado (por vía penal) no es fruto de la casualidad ni de un malentendido, sino que obedece a una voluntad decidida y clara de los poderes vigentes de amedrantar a la población y descabezar el tejido asociativo que se va fraguando poco a poco para resistir la tremenda agresión neoliberal que está triturando nuestros derechos sociales, los derechos humanos y que nos encamina a unas condiciones de vida y de trabajo cercanas a la esclavitud. Mientras, los millonarios crecen y las ganancias de las grandes corporaciones industriales y financieras se multiplican hasta niveles inimaginables.
La HOAC, como trabajadores y trabajadoras cristianos comprometidos con los más desfavorecidos y animados por el espíritu liberador de Jesús de Nazaret, denunciamos este acto de represión burdo y absurdo, y tantos otros como se están produciendo en el Estado y en el mundo. Agradecemos enormemente a Matilde y a otros hermanos y hermanas como ella su lucha y entrega sin límites por la causa de los trabajadores y de sus familias. Animamos a todos ellos a que sigan creando tejido social y esperanza para que algún día las personas recuperen su verdadera dignidad y sean el centro de la vida política y económica.