En el día de hoy -día 23-, de la mano del Coordinador de las IX Jornadas de Historia Local “Biblioteca Oretana” – Iª de Ciudad Real, José González Ortiz, nos hemos situado en el Alarcos medieval, mostrándose a partir de tres ponencias de contenidos dispares.
En primer lugar, ilustrados por uno de los mejores conocedores del actual Parque Arqueológico de Alarcos, Antonio de Juan nos describía el estado de la cuestión en su ponencia “La construcción de una ciudad y el escenario de una batalla. Alarcos”, en la cual mostraba su sapiencia desde los comienzos allá por 1984 hasta hace unos dos años en que fue cerrado con su anterior denominación: Parque Arqueológico de Alarcos – Calatrava.
A lo largo de su ponencia nos ha ido describiendo como el anterior asentamiento íbero y los aún casi desconocidos restos de época romana, quedarían ensombrecidos por el proceso constructivo medieval, ya fuese en etapa musulmana como cristiana, pudiéndose destacar el proyecto urbano llevado a cabo por el rey Alfonso VIII y el período de mayor continuidad que correspondería a época almohade – de 1195 a 1212 –, etapa esta última que daría comienzo con la consabida batalla de Alarcos, en la cual no se ha detenido en demasía por ser un tema lo suficientemente conocido desde fuentes pretéritas – el obispo Jiménez de Rada, entre otros –.
En segundo lugar, el Archivero Municipal Valeriano Villajos García – en su ponencia “Alarcos en los documentos del Archivo Municipal de Ciudad Real” – nos mostraba cómo desde el nacimiento de la “Villa e bona” – del que es reflejo el documento inicial del citado Archivo, el traslado de la Carta Puebla, de 1264 – hasta el siglo XIX, hay referencia al término de Alarcos en la documentación existente, aunque teniendo en cuenta los inventarios precedentes – el de finales del siglo XVI que sería reimpreso por don Emilio Bernabeu Novalvos a mediados de la anterior centuria, y el de doña Isabel Pérez Varela – en comparación con el actual – obra de don Manuel Romero Fernández –, el ponente ha hecho hincapié en los documentos que han ido desaparecido con el transcurso de los años, amén de ilustrarnos y adentrarnos en el difícil y sesudo mundo de la archivística y describiéndonos la tipología documental existencia y los diferentes tipos de escrituras que se han utilizado en el ámbito cronológico anteriormente descrito.
Y, en tercer lugar, en la ponencia “El poblamiento altomedieval en el entorno de Alarcos” – elaborada por Ana María Segovia Fernández y Concha Claros Bastante –, la primera de ellas nos ha transportado a un mundo en el que el poblamiento en el mundo rural estaba sometido a unas condiciones extremadamente duras, describiéndose poblados en altura entre 700 a 1.000 metros, los cuales podían tener un desarrollo urbanístico más bien precario y del cual cabría diferenciar entre el poblamiento construido en épocas más inseguras – los de mayor altitud, aunque también más lejanos a los cursos de agua, por lo que la economía venía definida por una agricultura residual, preferentemente –, y otros en épocas menos inseguras –ubicados en poblados localizados en pequeños cerros, más cercanos a los cursos de agua.
Por último, José González Ortiz nos emplazaba para disfrutar un día más de estas Jornadas, teniendo en el día de mañana –viernes, 24-, el siguiente programa:
– Miguel Ángel Hervás Herrera y Manuel Retuerce Velasco, con la ponencia “Calatrava la Vieja: Capital islámica de la región y cuna de la ordn de Calatrava”,
– Y, finalmente, a modo de clausura, José González Ortiz y “Alarcos, la ciudad fantasma, sus divinidades y vírgenes peregrinas”.
Muy buen artículo y no voy a decir nada sobre él.
Tan solo añadir que en el entorno de Alarcos está el viejo molino junto al viejo puente en un estado más que lamentable y a punto de caerse a pedazos lo poco queda de esta pieza de la arquitectura popular/ industrial manchega.
Pregunto: ¿de quien es actualmente esa edificación?
¿hay alguna posibilidad – viable – de restaurarla?
Y con el puente, ¿se podría hacer algo para conservarlo?