Alberto Garzón (IU): “Vimos un desacople entre la movilización en la calle y los resultados electorales que hay que corregir”

J. Carlos Sanz (Texto)/ Eusebio Gª Del Castillo (Fotos y video).-  A Alberto Garzón se le ha encomendado una compleja tarea. Propiciar la unión monolítica de las fuerzas políticas y ciudadanas que luchan contra la imposición de recortes y que abogan por una profunda transformación de la sociedad española. O como él afirma: “cristalizar como instrumento político el deseo de cambio” a través de un proceso de convergencia. 

Tras los resultados de las elecciones europeas, en Izquierda Unida detectaron que un volumen importante de la ciudadanía había mutado su concepción de la política, que todos los movimientos surgidos tras el 15M posibilitaron escenarios de activismo social más autónomo, mucho mejor organizado y que este cambio pasaría factura electoral si no se le hacía caso. Ardua labor la que ha asumido el joven diputado y desde hace unos meses Secretario del Proceso Constituyente, como en IU han denominado a la tentativa por sellar una fisura insalvable, aglutinar en un frente político común una heterogénea izquierda históricamente fragmentada.

El reto no será nada fácil pero Garzón cree que hay motivos para el optimismo. Considera que estamos ante una oportunidad histórica, que estos seis años de crisis han laminado derechos sociales conquistados pero por otro han generado una resistencia ciudadana en forma de contrapoder y un escenario de repolitización. Y es el momento de que esta amalgama de fuerzas sociales aparquen sus diferencias, encajen en un bloque único para ganar las próximas elecciones y desalojar de las instituciones al bipartidismo a quien Garzón acusa de ser “soporte del neoliberalismo”.

Pero se trata de un tren que no volverá a pasar como advierte, que no aprovechar esta ocasión supondrá que la izquierda cave su propia tumba. Sabe que habrá que fajarse con fuerzas emergentes como Podemos, tanto que condicionará el avance exitoso hacia esa “unidad popular”. Si el partido que lidera Pablo Iglesias se suma bienvenido sea y si no “Izquierda Unida proseguirá su hoja de ruta hacia la convergencia”. Tiene muy claro que en su formación han hecho autocrítica, que la revisión no tiene vuelta atrás y que se trata de ir hacia donde está la gente, esa que ha tomado conciencia de lo importante que es la política participativa.

Así lo explicó durante la charla-coloquio que ofreció el 17 de octubre en Ciudad Real, dentro de una gira estatal que bajo la denominación “Encuentros para un nuevo país” busca sumar adeptos a esta causa convergente. Antes, Alberto Garzón habló en exclusiva para Miciudadreal. En ese ideario de regeneración, el diputado respondió a todas las cuestiones que para bien y para mal afectan hoy en día a IU.

J. Carlos Sanz: En IU habéis iniciado un proceso constituyente con el objetivo de acabar con el bipartidismo pero en éstas que estalla el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid y entre los que usaron las mismas resulta que había varios consejeros en el máximo órgano de gobierno de la entidad que fueron designados por IU (el caso de Moral Santín). ¿Socava este tipo de casos la credibilidad de vuestra apuesta por este proceso de regeneración?

Alberto Garzón: En el imaginario de la gente nubla la realidad de miles de militantes honrados que se trabajan en sus territorios todos los procesos de convergencia y resistencia ante la agresión neoliberal y de los derechos sociales. Eso aparece nublado por cuatro o cinco sinvergüenzas, los que en última instancia han usado las siglas de IU para medrar y enriquecerse. Pero no sólo eso, también destrozar y saquear lo público pues estamos hablando de la estafa descomunal que ha sido Caja Madrid. Hemos sido contundentes desde el principio porque las personas que tuvieron esas tarjetas fueron expulsadas hace dos años con motivo de la responsabilidad financiera que tuvieron en una estafa como Bankia. En cualquier caso, vamos más allá y pedimos responsabilidades políticas de los que auparon a esta gente a meter la mano. Hay que predicar con el ejemplo y eso implica ser muy contundentes con este tipo de casos para que no oscurezcan una labor extraordinaria y fundamental de la inmensa mayoría de los militantes de IU.

 J. Carlos Sanz: Sin embargo, algunos os critican que pese a haber actuado antes de que estallara el caso, apartando de militancia a los implicados, este escándalo se haya conocido al haberse admitido a trámite la querella que en su día presentaron UPyD y el colectivo 15MpaRato. ¿Por qué desde el principio no se querelló IU?

Alberto Garzón: IU empezó a plantear la querella desde el principio pero no cristalizó hasta un año después. Ignoro las razones que llevaron al gabinete jurídico a demorarse tanto en esa tarea pero finalmente se presentó la querella contra las propias personas implicadas. Hemos presentado una querella contra el caso de Bankia pero también en el caso Bárcenas, no distinguimos en función de la siglas que esté detrás a la gente que ha hecho casos de corrupción. En cualquier caso la demora no sé que razón puede tener.

J. Carlos Sanz: Con este enésimo escándalo, y en el que están metidos representantes de todos los partidos políticos, sindicatos y empresarios, habrá que darle la razón a Pablo Iglesias cuando habla de casta ¿Cómo lo ves?

Alberto Garzón: A mí no me gusta el término casta, entiendo las razones por el que lo que comenta el compañero Pablo, pero se ajusta más a la realidad hablar de élite política y económica. En nuestro país, el principal problema de la democracia es que mandan quienes no se presentan a las elecciones.

Al final hay un poder económico que puede chantajear, sobornar y en última instancia gobernar por el poder político. No olvidemos que los préstamos que daba Bankia, se daban a grandes empresas constructoras que especulaban con el terreno; eso requería que hubiera un poder económico y un poder político que tomaba la decisión de dar ese dinero, donde estaba Blesa, Moral Santín, esa élite política. La desgracia para Izquierda Unida es que alguien de esta élite política dijera ser de IU, hemos de resolverlo cuanto antes no sólo con la expulsión sino con la asunción de responsabilidades. Es más justo hablar de élite político-económica que de casta. Por casta se generaliza de una forma que aparece en el mismo saco el concejal de un pueblo de 100 habitantes que no cobra pero hace tareas fundamentales con una personas, como Blesa que es a toda luces un corrupto.

J. Carlos Sanz: Es inevitable hablar de Podemos. Desde su irrupción, las encuestas le dan como una formación que puede desbancar al PSOE ¿Hasta qué punto están condenados a entenderse IU y Podemos en este proceso que se ha iniciado?

Alberto Garzón: Creo que sería muy necesario que nos encontrásemos junto con otras muchas fuerzas en un espacio político común compartido. Pero sería necesario para la mayoría social porque Podemos es un actor muy relevante, tiene mucho peso y un espacio de convergencia donde ellos participen incrementaría mucho las posibilidades de ruptura con el bipartidismo y debilidades de este sistema. Sin embargo, son decisiones que corresponden a las diferentes organizaciones. Nosotros hemos dicho que vamos a ir hacia esa hoja de ruta y que por nosotros no va a quedar. Podemos todavía tiene un tiempo para decidir porque está inmerso en un proceso congresual que nosotros respetamos.

J. Carlos Sanz: En cualquier caso los buenos resultados que Podemos obtuvo en las pasadas elecciones europeas ¿Precipitó de alguna manera todo este proceso que se ha iniciado en IU? ¿Ejercisteis la autocrítica?

Alberto Garzón: Las elecciones europeas manifestaron que la sociedad ha cambiado mucho más deprisa de lo que habíamos pensado. Ha cambiado su comportamiento electoral y su concepción de la política y la democracia. Por esa razón, evaluamos críticamente los meses anteriores de IU y entendimos que había que adaptar nuestra organización a esa realidad política y social tan cambiante. Por eso precipitamos los cambios en la dirección ejecutiva, en los que asumí la responsabilidad del proceso constituyente y convergencia, y se reestructuraba la dirección para adecuarse a una sociedad que estaba cambiando más deprisa de lo que hubiéramos podido imaginar meses antes.

J. Carlos Sanz: Una sociedad que está cambiando deprisa como así se cristalizó el pasado 22M con las Marchas por la Dignidad, donde se materializaba ese contrapoder del que tanto se habla. Hoy habláis de converger con candidaturas únicas tipo Ganemos ¿Eres partidario de que IU concurra en un frente común tanto para las elecciones municipales como para las autonómicas?

Alberto Garzón: En este país desde hace seis años están pasado muchas cosas. Desgraciadamente muchas tienen que ver con el incremento de la desigualdad, miseria, pobreza, el hambre pero hemos visto también conatos de esperanza como fue el 15M, posteriormente las movilizaciones anti-desahucios, el 22 M, las mareas de diferentes colores, esos eran espacios de convergencia no electoral.

El reto que enfrentamos ahora es si eso lo podemos convertir en una convergencia electoral, en dotar de capacidad política e institucional a esa fuerza que ha podido parar recortes en la sanidad, como en el caso de Madrid, en educación, paralizar desahucios, esa fuerza tan poderosa poder convertirla en fuerza institucional para transformar la sociedad desde ese ámbito. Por tanto, sí que soy absolutamente partidario de encontrarnos en esos espacios. No quiere decir que sea fácil pero hoy es mucho más fácil transformar la sociedad o derrocar al bipartidismo que hace dos años.

J. Carlos Sanz: En el caso concreto de Castilla-La Mancha estarás al tanto de la reforma electoral realizada por el gobierno de Cospedal ¿Ves como algo prioritario que en las autonómicas haya un frente común?

Alberto Garzón: El PP tiene claro que ya no tiene capacidad de generar consenso, ni convencer y que sólo puede mantenerse en el poder generando miedo, a través de la represión física, administrativa e incluso penal, estamos viendo como hay sindicalistas entrar en la cárcel por estar en huelgas generales. Pero también tiene otros instrumentos como es el cambio de las leyes electorales que le permite modificar la realidad política y trampearla.

Eso que el PP se está planteando a nivel de municipios, con la reforma electoral, en Castilla-La Mancha ya lo ha acometido y en ese sentido tenemos que estar muy atentos y tener en cuenta que la convergencia ya no es sólo una cuestión de convicción sino de necesidad pragmática, las leyes electorales penalizan por mucho la fragmentación de la izquierda y fuerzas que buscan una transformación social. En cambio, si se aprovecha se puede multiplicar. Nosotros buscamos una convergencia que sume multiplicando, que es la ideal porque si se hace con inteligencia, se puede conseguir.

J. Carlos Sanz: Hablemos de ese “nuevo proyecto de país” para iniciar la convergencia y superar la crisis sistémica que padece España. IU propone 30 medidas concretas que van desde la regeneración democrática hasta una auditoría ciudadana de la deuda ¿Cuánta gente ha participado en la elaboración de este documento y cuáles son las piedras angulares del mismo?

Alberto Garzón: Los 30 puntos básicos son un documento-guía para enriquecer los debates que está habiendo en todas partes del estado pero son treinta puntos que son herencia de muchos debates previos, en otras muchas convocatorias electorales e incluso de las últimas europeas. Siempre se realizan con programas abiertos donde la gente puede proponer y participar en las asambleas de IU pero también telemáticamente a través de las diferentes herramientas. Es un paquete de 30 medidas guía, resultado de muchos años de debate y experiencia institucional en los que se ve cuáles son las necesidades.

A mi juicio, los más importantes son los del mantenimiento de lo público. Estamos asistiendo, y en Castilla-La Mancha ha sido muy obvio, a la privatización de servicios públicos esenciales como es la gestión del agua para enriquecimiento de una minoría y desposeer a la mayoría social de esa oportunidad. El caso de Alcázar de San Juan con el agua está multiplicándose por todas partes del estado y nos parece relevante poner la defensa de lo público, conquistas sociales que han costado mucho esfuerzo y lágrimas. Para mí son elementos pivotes.

En cuanto a la auditoría ciudadana de la deuda es paralela a todas las demás medidas porque hemos asistido a un proceso de endeudamiento generalizado cuya causa no tiene vinculación necesariamente con la ciudadanía. Son sobrecostes en macroproyectos y el caso paradigmático es Madrid que tiene como ciudad el 20% de la deuda municipal de todo el estado, generado por macropoyectos que en muchos casos eran sobrecostes, un contrato entre ayuntamiento y una gran empresa que al final recibe más dinero del estipulado y que al final  pueden esconder casos de corrupción como hemos visto en casos como la Gürtell.

Una auditoría ciudadana de la deuda municipal nos está interpelando para ver qué tipo de deuda tiene cada ayuntamiento y que sea la ciudadanía la que decida si es una deuda legítimamente contraída, como con un pequeño empresario que lo ha hecho todo efectivamente legal o si por el contrario es una gran empresa que se ha beneficiado extraordinariamente de los contactos clientelares que tiene con el ayuntamiento y eso no es una deuda ciudadana porque es dinero que ha pasado de lo público a la mano del gran empresario sin que haya beneficio para la gran mayoría social.

J. Carlos Sanz: El segundo documento se centra en las ideas fuerza que IU lanza para que sean tomadas en cuenta para el debate. En su diagnóstico, se reconoce que “el arranque y desarrollo” del 15M y las movilizaciones de la PAH “no pasó por nuestros espacios políticos”. Al final se trataba de ir dónde está la gente ¿Cómo recuperar ese espacio perdido?

Alberto Garzón: Hemos percibido en los últimos años, como fue el caso del 15M, que estaba repleto de gente de IU que participaba igual que lo hacía en la Plataforma Antidesahucios, pero veíamos cómo esa canalización del malestar no tenía una relación directa con el crecimiento de voto electoral para IU o cualquier fuerza que representara la transformación social. Veíamos un desacople entre la movilización en la calle y los resultados electorales y eso es lo que hay que corregir porque si no nos quedamos cojos.

Eso se hace refundando las organizaciones. Creo que IU necesita una refundación para adaptar sus mecanismos participativos, hacerlos aún más participativos. Introducir mecanismos -como ya dijimos en enero en la campaña “Revolución Democrática y Social”- como los revocatorios, rendición de cuentas, fiscalización de representantes, abrir los procesos de selección introduciendo las Primarias, introduciendo mecanismos de democratización, de organización. A mi juicio, somos más democráticos que el PSOE y mucho más que el PP pero todavía nos queda recorrido en términos de democracia participativa.

J. Carlos Sanz: Como economista que eres ¿Estamos a las puertas de una nueva recesión en Europa?

Alberto Garzón: Sin duda sí y lo hemos venido denunciando de forma aguda en los últimos meses porque las políticas de austeridad lo único que hacen es agravar el problema, acumular para ricos desposeyendo a los pobres sin que eso se traduzca en crecimiento económico, en generación de empleo, mucho menos de empleo de calidad, empleo digno. Todo lo contrario estamos hablando de empleo miserable, precario, temporal, parcial y en muy pequeñas cantidades y estamos hablando de la gestación de la burbuja financiera.

El BCE y la Reserva Federal están inyectando miles de millones de euros al sistema financiero internacional en el que ese dinero no está fluyendo a la economía real, no se está traduciendo en beneficio para la mayoría social, se está quedando en ámbito financiero generando una burbuja. Sin duda, habrá una nueva crisis financiera como será el estallido de la burbuja financiera y tendrá sus consecuencias. De modo que sí vamos hacia una gran recesión o una gran depresión dependiendo de cómo actúen los diferentes gobiernos y las políticas que se pongan en marcha. Si se repiten las mismas políticas que en los últimos años vamos hacia una gran depresión que tendrá consecuencias políticas sin lugar a dudas.