Agentes de Policía Nacional han detenido a 8 personas como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas. Según informa la Delegación del Gobierno en una nota, desde principios de año, agentes de Policía han tenido información que apuntaba a la continua venta de sustancias estupefacientes, cocaína y heroína, o la mezcla de ambas sustancias, conocido como “rebujao”, en la Barriada de San Martín de Porres de Ciudad Real.
Según el relato policial, realizadas las oportunas averiguaciones se consigue identificar dos viviendas en la cuales se ejercería la venta de dichas sustancias. Así, se determina que las personas que las habitaban son miembros de una misma familia, los cuales cambian el punto de venta de las sustancias estupefacientes de uno a otro domicilio, en función de quien se encargue de la venta de las mismas.
En una de las viviendas, los investigados habían habilitado una zona como “fumadero”. Así, los toxicómanos que acudían a adquirir sustancias estupefacientes a esos puntos, consumían allí sus “dosis”, y cuando salían de la barriada, al ser interceptados por la Policía, ya no portaban ninguna sustancia, lo cual interfería notablemente en la investigación policial.
Esto ha provocado que las dos viviendas en cuestión se convirtiesen, probablemente, en los principales puntos de venta de “rebujao” (mezcla de cocaína y heroína) de la capital, ya que, los consumidores, no solo tenían facilidad para su adquisición, si no también para su consumo.
En los registros efectuados en dichas viviendas, en uno de los domicilios, se incautó 46 gramos de cocaína y 6 de heroína y diversos útiles, como básculas de precisión, recortes de bolsas de plástico, etc, para preparar las dosis que, posteriormente, estaban destinadas a la venta a los consumidores, así como gran cantidad de dinero procedente de las ventas efectuadas y en el otro, se comprueba claramente la existencia del “fumadero” que dicha familia utiliza para que sus “clientes” consuman sus dosis de sustancia estupefaciente.
En ambos domicilios, también se intervienen efectos de dudosa procedencia, posiblemente sustraídos en algún hecho delictivo, con los cuales sus “clientes” pagaban sus dosis, así como bienes adquiridos con las ganancias económicas de la actividad ilícita.
Con las cantidades de sustancia estupefaciente que han sido intervenidas el día de la actuación policial, vendida en pequeñas dosis (normalmente se trata de pequeñas papelinas con solo unas micras de peso), a los investigados les permite realizar la venta durante unos días, de un elevado número de dosis, aumentado el beneficio económico obtenido de la venta de la sustancia estupefaciente, respecto a si la misma fuese realizada por gramos.
Chorradas. Están los alrededores lejos de papel de plata. Que no cuenten milongas.