Fermín Gassol Peco.- “Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, solo será cuestión de tiempo recoger sus frutos”. Esta frase tan bonita la dijo hace ya mucho tiempo un literato que además era matemático y teólogo, amplia mezcla de saberes; se llamaba Thomas Carlyle, ingles para más señas, un pozo de sabiduría en muchas cosas pero que de agricultura debía saber muy poco. Al menos como la tenemos ahora.
Estamos en el mes de la siembra. Un mes en el que tradicionalmente la tierra recibe las semillas que germinarán y que tras largas noches de incertidumbre nos darán al final de la primavera el pan que todos merecemos. En este inicio tan caluroso del otoño, en este Octubre en el que el refranero nos dice “echa pan y cubre” los pocos agricultores que se resisten todavía a “doblar la rodilla” entierran un año más sus mermadas ilusiones y su cada vez más maltrecha economía.
La siembra del cereal en España se ha convertido en un acto de fe con bastante menos de esperanza y mucho amor a una agricultura a la que nadie da importancia y a la que el sistema nunca ha apreciado. Porque una cosa se desprecia cuando no se estima en lo que vale y las cosas se aprecian dándoles el valor que tienen, en este caso un valor económico acorde con los gastos y riesgos que conlleva. El autor inglés hace de la siembra un acto de fe pero la sustenta como buen matemático en la perseverancia, en el mantenimiento correcto del cultivo; esta curiosa ecuación positivo- existencial nos daría según Carlyle el resultado correcto al recoger los frutos.
Si algún agricultor lee estas líneas y aguanta su lectura hasta este punto no es de extrañar que haya soltado ya una carcajada o un exabrupto. Y los exabruptos en la agricultura de hoy suenan fuertes cuando se pronuncian los precios del gasoil, de los abonos y fertilizantes, de los aperos y de las simientes. Y este exabrupto se convierte en insulto si a continuación se pronuncia el precio que ahora mismo tienen la cebada, el trigo, avena o cualquier cultivo. Porque nada es más ofensivo para un sector productivo que mantenerlo condenado a un estado de permanente y continua congelación en unos precios que resultan ruinosos. Hoy mismo nos encontramos en nuestra tierra con la penosa realidad de que todos los cultivos se encuentran sumergidos, ahogados en unos precios que no llegan a ver ni de lejos el umbral de rentabilidad. Cualquier cultivo que ustedes quieran.
Quijotes de estas tierras, ilusos más que soñadores van quedando ya muy pocos. Los jóvenes se alejan a toda prisa de un sector que no ofrece futuro y sin recambio, sin relevo ya sabemos lo que pasa; pues que nuestro campo se está muriendo ahora mismo poco a poco. Las ayudas europeas son las que mantienen a este enfermo con una vida que es artificial. Nuestro campo está muriendo lentamente entre la indiferencia de los que contemplan su belleza ahora en este caluroso otoño y más tarde cuando llegue la siempre incierta aunque florida primavera.
A ver el programa de formación de la Diputación en la Finca Galiana si demuestra serlo, o es como en la mayoría de los casos un «experimento» para cumplir el expediente.
Habrá que estar muy vigilante y ver los frutos de este programa que se acaba de «sembrar» y que va a formar a futuros agricultores.
España y Castilla La Mancha y Ciudad Real, con el sol que tiene y un poco de interés en la gestión de recursos hídricos tiene un buen potencial para sacar adelante nuevos cultivos que hasta hace poco eran experimentales (pistacho p.ej.) pero hay que hacer un esfuerzo y que la agricultura sea algo rentable e interesante.
Yo, este año, tengo algunas aceitunas…y me da una pereza ir a recogerlas….uffff. Y eso que son cuatro olivillos…
¿cuatro olivillos? Osea Blisterr..que eres un pequeño terrateniente…Pues no vayas a cogerlas y aprovecha para crear empleo…ja,ja,ja..Un saludo
JAJAJA Fermín, ocho olivos en concreto, en la huerta. Y me da pereza…
¿ocho?…terrateniente medio…un abrazo.
Las ayudas europeas son las que mantienen a este enfermo con una vida que es artificial?…. Ay, que distinto sería si quienes las reciben las destinaran al fin al que van destinadas en lugar de para cambiar el todoterreno para fardear por el pueblo…. otra cosa sería.
Perseguidor, no te metas con los Alba, que han hecho mucho por España…..:), ni con Mario Conde y sus latifundios, ni con Don Samuel Flores, ni los Mora Figueroa, los Botín, los Benjumea, los Albertos (Cortina y Alcocer), los March, los Domecq… y tantos con las manos llenas de callos y la cara curtida por el frío.
Pobres!! Ahora va la UE y dice que si tus ingresos por el azadón no son superiores al 25 por ciento de lo que te metes en el bolsillo, que no tienes derecho a subvenciones de la PAC. Mira que son malos con nuestros queridísimos terratenientes. Se nota la mano de Pablo Iglesias y esos chavistas de Podemos…JAJAJA.
Perdona Fermín, que me he levantado hoy en modo IRONIC ON.
Ya hablando en serio. La PAC ha sido la puntilla para la agricultura española. Si es que podíamos ser la huerta de Europa en casi todo el territorio español y nuestros agricultores unos empresarios con buenos ingresos si las cosas de hicieran bien. Pero no, la pasta al distribuidor y al terrateniente.
Jodío… je je, lo coges al vuelo.
La verdad es que muchísimo dinero de la PAC ha ido a bolsillos que no debían recibirlos. Hubo unos años de descontrol que se pagaban subvenciones por sembrar hasta en macetas. Bromas aparte…se pagaron regadíos que no lo eran y fincas en las que no se sembraban nada más que los bordes con cuatro «chochos».
Ahora bien, los italianos no ganarona sinvergüenzas. Ponían olivos de plástico para que desde el aire al contarlos no se apreciaran.
Fíjate Perseguidor, lo que comentas a nivel agrícola…es lo que nos ha pasado años atrás en casi todos los sectores. Y ahora ¿qué? Lo que no se podía mantener eran negocios que existían no por la venta de mercaderías, sino por las subvenciones recibidas por pintar la fachada de un determinado color u otras lindezas. Saludos.