El Ébola, una plaga divina, y la Iglesia, una multinacional de servicios

Javier Fisac Seco. Historiador, analista político, caricaturista.- Lo más irritante de este apocalíptico panorama no es que nos anuncie, una vez más, el castigo divino en forma de plagas, como en la Edad Media de la que la Iglesia se empeña en no salir, para imponer su reinado; lo irritante es que siendo la Iglesia católica una multinacional de servicios educativos y sanitarios, propietaria de hospitales, con sus médicos y enfermeras opinioncatólicas, que trabajan para mayor gloria de su dios y expansión de la doctrina cristiana; lo irritante es que las personas, contratadas por esta multinacional a su servicio, hayan sido abandonadas por la Iglesia a su propia suerte. Ni sus hospitales, ni sus médicos, ni sus enfermeras se han puesto al servicio de sus propios compañeros en la fe.
Y todo eso a pesar de los miles de millones que recibe del Estado esta multinacional de servicios y por diferentes conceptos, ongs, sanitarios, educativos…una lluvia de millones. Trabajadores en la fe que, además, harán voto de castidad y de obediencia a la Jerarquía eclesiástica. La Iglesia, origen de esta plaga y exportadora de la misma, se ha desentendido de los suyos y de la suerte de los que no son suyos. ¡Que los limpien en los hospitales públicos!, gritan los condenados.

Se ha desentendido porque tiene un gobierno, el del Partido Popular de Rajoy, a su exclusivo servicio. Un gobierno que ha puesto al frente de la educación y de la sanidad no ha profesionales interesados en el bienestar de los ciudadanos, sino a gestores de lo público para transferirlo a lo privado. De esta transferencia de la propiedad pública a la privada, de centros educativos y de hospitales, curiosamente, la principal beneficiaria, bajo propietarios interpuestos, es, siempre, la Iglesia. Se han empeñado en que sigamos viviendo en la Edad Media.

plagaEste gobierno de monaguillos, saltimbanquis del Vaticano que corren a esconderse bajo las sotanas, siniestras sotanas, corre con los riesgos y los gastos de los trabajadores de una empresa privada, la Iglesia. Una Iglesia que tiene su propio Estado, el Estado Vaticano, con sus propios bancos y sus millonarios recursos, no paga ni un euro por la plaga que ella misma está desencadenando. Los ciudadanos españoles pagarán con euros y con salud el desastre de la gestión médica que están haciendo unos políticos irresponsables, ignorantes e incompetentes. La frivolidad y el deseo de agradar a su señora, la Iglesia, les impulsó a trasladar una epidemia de África a Madrid y de aquí a Europa.

Pero la Iglesia tiene su Estado. A este es a donde deberían haber trasladado a sus propios trabajadores. Pero esta multinacional evita que sus hospitales se infecten con el virus de sus trabajadores y se lavan las manos. Como siempre, después de haber empuñado la daga asesina, ellos miran para otro lado. Con la mayor naturalidad se han quitado el problema de encima. Ahora harán negocio con el miedo y enterrando a los muertos. Y cuando se hayan limpiado los hospitales públicos, tratarán de que pasen a propiedad de la Iglesia. El negocio es redondo. La codicia insaciable.

Último libro publicado por Javier Fisac: “La civilización pervertida o la ética sadomasoquista cristiana”

 

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10 COMENTARIOS

  1. La avaricia e hipocresía de la iglesia es como un pozo sin fondo pero lo único que nos debe preocupar ahora es que Teresa Romero salga indemne de esta.

  2. Es aceptable y digna la crítica a la Iglesia, se puede discrepar de todo; es la esencia de la democracia, pero ojalá y en el mundo hubiera más personas como los misioneros Manuel García Viejo o Miguel Pajares que dan sus vidas por los demás, que se entregan de forma anónima, que van donde nadie quiere ir…y ojalá en el mundo hubiera menos resentidos, sectarios y enfermos de odio que, desde su azotea, se creen valedores de la verdad. Vaya artículo.

  3. Con la iglesia hemos topado, Fisac. Con más gente como tú a la jerarquía eclesiástica se le bajaban pronto los humos pero por desgracia solo hemos tenido gobernantes que se bajan vergonzosamente los gayumbos en cuanto salen los de negro y gafotas negras reclamando y poniendo el cazo.

  4. Teresa Romero somos todos ,por su pronta recuperación y la de africanos que nadie se acuerda de ellos salvo algún fraile bueno que alguno, pocos, hay.

  5. Solo espero un artículo tan locuaz sobre la falta de escrúpulos de las farmacéuticas, que desde que se descubrió esta «plaga» en 1976 no han investigado medicamentos para hacerle frente…

    Y es ahora, cuando empieza a haber «clientela» suficiente como para inflar el balance de resultados, ya parece que sí interesa y teniendo la facilidad de probar, cual conejillos de indias, entre misioneros y otras personas que solo quieren ayudar, independientemente de la organización a la que pertenezcan…

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