El amor ¿mata?

José RiveroPor lo menos matan o eso dicen, ciertos síntomas del amor, tal y como se expresan en algunas ocasiones laterales y parietales. Más allá de la vieja afirmación de que ‘hay amores que matan’, como cantaba incluso la dulce Roberta Flack, de una canción que mataba suavemente. Pero ¿cómo creerla?, ¿matar un dulce son, amable y melodioso? Imposible.
Así, la costumbre de los enamorados de rubricar su compromiso colgando un candado, cerrado y sin llave, en la baranda de un puente, amenaza con matar –aunque no parezca –  al puente y a la barandilla. Como ha ocurrido ya, incomprensiblemente o no tanto, con el Pont des Arts, de Paris. Y digo que incomprensiblemente, porque por algo París sigue siendo la ciudad del amor; y el amor debe de exhibirse y necesita firmar paredes con grafitis y puentes con candados, que expresan una unión imperecedera.candados-01

Pero la barandilla del Pont des Arts, aparece actualmente provista con 700.000 candados, que a un peso  medio de 100 gramos por unidad (los hay mayores, para abrazar la firmeza de puntales y barrotes)), daría una carga añadida de 70.000 kilogramos que pueden alterar la estática del puente. Incluso, puede alterar su estética. Ya sé que hay quien defiende el carácter del puente revestido de atributos raros, como si fuera una instalación de Arte Conceptual o un trabajo de Christo, o un abrigo metálico y postizo, preparado para el invierno próximo.

Costumbre colgante que creo, empezó en Roma en el puente del Transtévere, hasta que el ayuntamiento romano descerrajó los cerrojos y prohibió el rito, que ya crecía en demasía: eso de unirnos en el recuerdo eterno, atándonos al puente y arrojando la llave que ata el metal y la vida, al rio movedizo. Costumbre que se ha ido desplazando a otros puentes de otras ciudades y a otros ríos como un raro atributo de la diosa Venus al padre de todas las aguas Poseidón. Pero que en Roma acabaron retirando toda la faramalla del barandal, en evitación de tantas metástasis firmadas de amor eterno, como ahora harán en París: colocar una pantalla transparente que haga imposible el acceso. Y quizás también, haga invisible el amor de los enamorados del candado. Al ser ya algo transparente.
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Periferia sentimental
José Rivero

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1 COMENTARIO

  1. La estética da vida, la estática mata por acumulación de grasas. La ética no está ni se la espera. Y lo de los candados….qué chorrada tan poco estética y falta de ética.

    Intentando darle una explicación, parece como si se quisiera atar a la pareja de por vida y que no pudiera escapar…menos mal que nos quedan las ceremonias civiles de esas que dicen «hasta que os canséis».

    Salud.

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