Multimedia.- Reivindicando lo que mejor sabe hacer, Leiva apareció en el escenario al ritmo de “Que no mueran los cantantes”, tema con el que presentó a 2.000 personas llegadas desde distintos lugares de la provincia su segundo álbum, “Pólvora”. A partir de ese momento, Villarrubia de los Ojos vivió una noche llena de guitarras.
El antiguo componente de “Pereza” llegaba a la feria de la localidad sabiendo que opta al premio Mejor Artista Español que reconoce la labor de los más destacados en la música de Europa, gracias a la cadena MTV. Por ello, más que nunca quiso ofrecer su “Mejor versión” a los cientos de personas que, como él mismo reconoció, “tienen la gratitud de pagar una entrada en los tiempos que corren”.
Casi dos horas de gritos, lágrimas, risas y vello de punta. El de Leiva fue un concierto en el que no hubo tiempo para respirar, el artista y su elenco de profesionales no dieron la bienvenida a sus fans hasta 3 canciones después del inicio, lo que consiguió una sintonía con el público desde el minuto 1 que estuvo presente en cada letra que ofreció.
Las palmas aparecían para acompañar a esas cuerdas que dibujan el rock con “Violento amor”, en un emotivo homenaje al desaparecido grupo que le dio a conocer y provocando en los allí presentes miles de recuerdos que prepararon los sentimientos para lo que estaba por venir. Leiva afinaba su guitarra a la vez que una interminable estela de jóvenes y adultos se agarraban de los hombros, “La Francesita” habría el turno de la melancolía.
A “desempolvar” el cajón
Este niño que quería ser futbolista y se enamoró de la música, característico por dejar notar la delgadez de sus piernas en cada “pitillo ajustado” y mezclar de una manera que solo él sabe los mejores tatuajes con una barba de días, quería dar más. “Aproximación”, el tema que mantuvo a “Pereza” durante meses en lo más alto de las listas de ventas, hizo del auditorio el mejor de los coros. Con las paredes presentando las notas del himno local, por un momento pareció que esas 2.000 personas seguían la sintonía de aquellas corcheas dibujadas, al ritmo que Leiva marcaba.
Cambió su guitarra, presentó a su pianista e invitó a todos a dejarse llevar por la “Pólvora” que está sonando en todas las emisoras este 2013. Y, dando cuenta de lo que más le gusta hacer, cambió las tornas. A lomos de su bajo, se llevó al público entero al cielo con un rock and roll que ha llevado en las venas siempre, “Como lo tienes tú” no desapareció con la separación de “Pereza” y se pudo comprobar en las gargantas de centenares de fans.
Jugando con el saxo que acariciaba su compañero, acercándose al público para mostrar al amor de su vida, fabricado con seis cuerdas, bailando con el trompeta, dejándose llevar por la noche manchega, Leiva presentó al resto de sus amigos, su familia de viaje, con un estupendo momento instrumental de fondo.
Dale Atleti
Ya todos con la “Mirada perdida”, no podía faltar una mención al equipo de su alma. Durante unos segundos cambió la letra de esta canción para corear, haciendo volar las banderas de los colchoneros que muchos habían llevado, un “atleti, atleti” más sentido que ningún himno.
Quiso utilizar esto como antesala de la despedida que Villarrubia se merecía. Una quincena de canciones le reclamaba el punto final, sin embargo, el público, pidiéndole continuar, era merecedor del último aliento. “Terriblemente cruel”, el single que ha llevado este álbum a lo más alto, puso el adiós entre lágrimas.
“Gracias por este cariño y respeto” dijo, y mientras sonaba todo un icono de la música, “Superstition” de Stevie Wonder, aplaudiendo en consonancia con su equipo a uno de los mejores públicos que se pueden dar, se marchó. “Feliz final de verano, amiguitos”.