La Comunidad de Castilla-La Mancha a través de la Consejería de Agricultura ha tenido en exposición pública desde el 13 de agosto la revisión del plan de recuperación del lince ibérico. Esta es una de las acciones comprometidas dentro del proyecto Life Priorimancha financiado por la Unión Europea con 1,6 millones de euros sobre un presupuesto total de 3,7. El Plan del lince, vigente desde 2003, debió revisarse en 2008, y el proyecto Life se debió completar en diciembre de 2012. Tras estos injustificados retrasos ahora parece que el nuevo Plan entra en su recta final.
Ecologistas en Acción no se encuentra nada satisfecho con el texto propuesto por la Consejería, que ha hecho caso omiso a las alegaciones presentadas en el Consejo Asesor de Medio Ambiente.
El Plan de Recuperación que ha presentado la Junta, lejos de impulsar la protección y la recuperación del lince ibérico, contiene un rosario de medidas que suponen reducir de manera drástica la protección de la especie y de sus hábitats y, curiosamente, lo hace en los ámbitos en los que el preámbulo del propio Plan reconoce que se ha fallado hasta el momento.
En clara contradicción con esos planteamientos y argumentos, la parte dispositiva del nuevo borrador elimina o modifica sustancialmente a la baja, una por una, y con precisión de cirujano, las principales medidas de protección de la especie y de sus hábitats en vigor hasta el momento.
En cuanto a la zonificación se descatalogan como zonas críticas cerca de 100.000 hectáreas de hábitats típicos del lince, como Sierra Morena Central, la Sierra de Picón, el curso medio del valle del Guadiana o los montes y sierras de los Yébenes en los Montes de Toledo. Asimismo se excluyen de la zonificación áreas importantes para la futura recuperación del felino, caso de los Montes de Toledo occidentales y los valles del Tietar y del Alberche.
Por otra parte, el nuevo texto elimina la prohibición vigente en las zonas críticas para el lince de instalar cotos intensivos y nuevos vallados cinegéticos, actuaciones que dañan los hábitats y al conejo, la principal especie presa del lince. También se permite que se utilicen métodos de control de predadores, como los lazos y los alares, que está acreditado que pueden afectar a la especie.
A esas medidas negativas se suma la reciente aprobación de la orden por la que se declaran unas ridículas zonas de presencia estable y reproductora de la especie, publicada el 17 de julio en el DOCM, es decir antes de la aprobación del Plan, lo que resulta obviamente irregular e ilógico.
Por último, el Plan concentra todos los esfuerzos en las pequeñas zonas de reintroducción, dejando desprotegidas y desatendidas zonas donde hay linces o donde potencialmente puede y debe haberlos en el futuro.
Todos estos cambios coinciden casi al pie de la letra y sospechosamente con las demandas de Aproca y Atica, que defienden a ciertas grandes fincas de caza cuyos titulares o gestores se han mostrado siempre renuentes a cualquier medida de conservación que favorezca al lince.
La Consejería sigue así una política de tierra quemada con el lince ibérico: Dándolo por desaparecido y centrando el Plan en las reintroducciones se autojustifica para abrir la mano a las actividades que han hecho más daño al lince, como el trampeo, la caza intensiva y los vallados, contentando al lobby cinegético. Esta actitud resulta aún más lamentable si se observa que el nuevo Plan sale a la luz a partir de las actuaciones de un programa Life amparado por la Unión Europea, administración que con su indolencia y falta de criterio está permitiendo que se usen los fondos europeos para desproteger a la especie.
Ecologistas en Acción ha presentado sus alegaciones a este nefasto Plan de Recuperación a la par que estudia acciones legales y administrativas contra este despropósito pagado con dinero de todos los europeos.