Extraordinario regreso de la fiesta nacional a Argamasilla de Alba, el pasado domingo 7, con motivo de la Feria y Fiestas 2014 en honor a la Virgen de Peñarroya, en la que tuvo lugar un festejo taurino, organizado por la Asociación Cultural Taurina y el Ayuntamiento de la localidad, con cuatro novillos y suelta de vaquillas, en la que el público, que llenaba la plaza, pudo disfrutar del mano a mano entre el conocido torero Jesulín de Ubrique y el novillero, natural de Tomelloso, Antonio Linares.
Aunque la tarde se preveía animada por la presencia del conocido torero en el ruedo argamasillero, el primero del festejo, de Jesulín, tras una toma de contacto con el capote, se rompió un cuarto delantero, lo que impidió el lucimiento del gaditano.
Un hecho que obligó a los diestros a echar el resto para ganarse al público algo decepcionado por el desafortunado mal comienzo, como así hicieron y pusieron de manifiesto los trofeos ganados: dos orejas y rabo para Jesulín con el segundo, mientras que el tomellosero cortó dos orejas y dos orejas y rabo.
El de Ubrique, tras una primera toma de contacto con el capote, agarrada la muleta y junto a las tablas, logró sacarle al segundo varias tandas, largas y templadas. Para compensar al público con el desenlace del primero, sacó lo mejor de su repertorio, naturales, molinetes, de pecho y así hasta completar los más conocidos y tradicionales pases, tal vez con ganas de demostrar las posibilidades de su ganadería, pues las suyas son de sobra conocidas, ya que los cuatro novillos de la tarde eran de su sello, una ganadería prometedora a raíz del extraordinario comportamiento de las presentadas en el coso argamasillero.
Antonio Linares, consciente de la gran oportunidad que Argamasilla le ha brindado de ver impreso su nombre junto al de un reconocido matador y ante numerosos paisanos que se desplazaron para verle, no decepcionó, arrancando grandes aplausos del tendido. Recibió a sus dos novillos con verónicas, medias verónicas y chicuelinas, ya con la muleta, al igual que Jesulín ofreció un amplio abanico de pases entre los que se vieron unos alargados naturales perfectamente ejecutados, pases de pecho y molinetes. Crecido por un público totalmente entregado, regaló a los presentes una serie de pases con la mirada en el tendido.
El de Tomelloso culminó dos grandes faenas matando certeramente, aunque el primero a la segunda, mientras que Jesulín, al primero lo despachó con un pinchazo y varios descabellos, y al segundo con una certera estocada.
El festejo se cerró con la suelta de vaquillas para los aficionados, en la que participaron numerosos jóvenes.