Segovia y Torre de Juan Abad tienen un nexo de unión: Francisco Correa de Arauxo, uno de los compositores para órgano más importantes en la transición del Renacimiento al Barroco, ocupó la plaza de organista de la Catedral de Segovia entre 1640 y el final de sus días, en 1654.
El órgano de Torre de Juan Abad, construido en 1763, conserva en su interior, forrando uno de sus tubos de madera, unas partituras originales de la primera edición de la obra de Correa “Facultad Orgánica”. No se puede saber con certeza cómo llegaron hasta este pueblo ciudadrealeño esas partituras, pero lo cierto es que le dan un valor añadido al instrumento, ya de por si excepcional al haber mantenido durante más de 250 años todos su material sonoro.
Algo especial ocurre en la nave de esta Iglesia cuando se interpreta a Correa en este instrumento, dada su personal sonoridad. Los músicos, que saben de la existencia de esas partituras que forran sus tubos, hacen que su música suene más íntima, más cercana, única.
El próximo sábado tendremos la ocasión de escuchar al sucesor de Correa de Arauxo en Segovia, Ángel Montero, nacido en Madrid en 1989. Músico joven pero de gran talento, estudia actualmente Grado Superior de Órgano en el Centro Superior de Enseñanza Musical “Katarina Gurska” (Madrid) con los profesores Roberto Fresco y Daniel Oyarzábal. Ganador del premio Andrés Segovia – José Miguel Ruiz Morales 2010 en las jornadas de “Música en Compostela” continua ampliando su formación con numerosos cursos impartidos por los mejores organistas internacionales. Ofrece regularmente conciertos por diferentes lugares de la geografía española. Su actividad le ha llevado además a realizar conciertos en Francia y Marruecos. Participa intensamente en la difusión del órgano y su música como miembro activo de varias asociaciones dedicadas a este propósito.
Ha preparado un programa para la ocasión con obras de Storace, Joseph Ximénez, Pasquini, Cabezón, J.K. Kerll, Bruna, Fischer, Scheidemann, Helmschrott y Correa de Arauxo.
