Los acontecimientos del GP de Bélgica de F-1, primero tras el parón veraniego, que concluyeron en el fiasco de los pilotos Mercedes, provocado por el líder del Mundial, demuestran algo que ya sabíamos: si hay alguien egoísta, ese es el piloto de carreras.
Primero yo, luego yo y después… también yo
El incidente de la segunda vuelta cuando Rosberg pierde los papeles y cree que es la vuelta final y ataca “con el cuchillo entre los dientes” (Lauda dixit) se produce porque el alemán no está pensando ni en el equipo, ni en el Campeonato, ni en si el que está delante es su compañero… sólo piensa en sí mismo, en coger el liderato de la prueba, piensa en la victoria más inmediata, en ser el primero en la meta. Nico Rosberg, a menudo calificado de “niño bueno”, antítesis del “bad boy” que representa Hamilton, encubre bajo su “piel de cordero” a un piloto que cada vez ve más cerca la corona mundial y que, por esa razón, se está transformando fruto de esa codicia. Ya en Mónaco produjo la situación que arruinó la calificación de su compañero-rival y favoreció su propia victoria en el Principado y, desde entonces, no deja de actuar sutil, pero constantemente, para lograr la preeminencia en un equipo que hasta ahora ha descartado las órdenes de equipo en pos de cierta utópica limpieza en la competición. Nadie se cree a estas alturas de la F-1 que Mercedes no vaya a intervenir para garantizar el uno-dos del mundial de pilotos y el título absoluto en Constructores, de hecho Toto Wolff ya ha advertido que antes está el triunfo del equipo que el espectáculo que ofrece.
A río revuelto…
Cada vez que este año han fallado los Mercedes, ha habido un hombre risueño, narigudo, simpático y ambicioso que se ha hecho de oro ante esa oportunidad. A nadie se le escapa que Daniel Ricciardo acabará siendo la revelación del año, si no algo más, dado que el australiano, que se está merendando con patatas a su compañero Vettel, tiene sólo una victoria menos que Rosberg y está a tiro de piedra en la clasificación de un Hamilton que se deja una sangría de puntos en cada carrera lo que podría poner en entredicho el subcampeonato si en la marca de la estrella no reaccionan rápidamente. 
Ricciardo, además, ha heredado de Vettel cierta suerte del campeón que hace que su estrategia de carrera acabe con mejor resultado que la del alemán quien, a su vez, parece haber heredado el mal fario de Mark Webber. El domingo, en Spa, el tetracampeón, que tuvo uno de sus días más inspirados del año, sólo pudo ser quinto, a pesar de batirse por la cabeza cuando la “enganchada” Rosberg-Hamilton abrió la competencia de la prueba. El otro piloto que subió al podio junto a Ricciardo y Rosberg fue el finlandés Valtteri Bottas quien le tiene comida la moral a su compañero-rival Felipe Massa gracias a comprender mejor que éste el magnífico funcionamiento de los Williams-Mercedes y sacar petróleo de cada oportunidad que se le presenta (otro egoísta feliz).
La casa roja
“Chez” Ferrari siguen embarrancados en las procelosas arenas movedizas de las remodelaciones internas, cambios en la gestión, modelos y protocolos de decisión y quién va seguir mandando en qué antes de que se vaya todo al carajo, como parece evidenciar carrera sí y carrera también el rendimiento del F14T. Tanta palabrería y burocracia en la “Scuderia” está sacando de los nervios a sus pilotos y, cuando todo el mundo está pendiente de ellos para elaborar planes de futuro (Alonso es la llave para las alineaciones de 2015) Mattiaci en uno de sus días más bochornosos, tras no arrancar el coche del asturiano en la misma parrilla de salida, aseguró verbalmente a la pareja hispano-finlandesa como su equipo para el próximo año. 
Lo que pasa es que los especialistas en Ferrari, que se jactan, como los del Vaticano, en leer entre líneas se preguntan ¿por qué esa prisa en confirmar si siempre se hace en Monza? ¿por qué se hace verbalmente y casi en la barra del bar, en lugar de un comunicado formalmente firmado y presentado en prensa? Y por último… ¿por qué justo el día en que tu piloto más rentable y más adulado por todos sufre una demencial carrera con un coche más que lento y pilla un cabreo que no está en los libros?
Juanma Núñez
A41- Todo Motor
