Cuando las cañas se vuelven lanzas

Angel María Rico. Coordinador del Consejo Local de Ciudad Real de Unión Progreso y Democracia.- No pintaban bien nuestras Ferias ya en las vísperas. Arrancaron desde la improvisación, fruto de una gestión demagógica e irresponsable de la Concejalía de Festejos. Demagógico fue reducir la partida presupuestaria e irresponsable agotar lo presupuestado antes de llegar las Fiestas Mayores de nuestra capital. El debate fue agrio entre la oposición y el Concejal de Hacienda que tuvo que salir al quite de su compañera de Corporación, sumida en un santancredismo decepcionante. ¿Nunca reconocerá esté a Equipo de Gobierno sus errores?

A ello se sumaba un precedente preocupante, altamente preocupante. El mismo Equipo de Gobierno que nunca reconoce sus errores, se había enrocado en la negativa a aumentar los efectivos de Policía Local para las Fiestas. Empeñado el Concejal Portavoz, con el apoyo explícito y difícilmente explicable de Rosa Romero, en su ya añejo pulso con la Policía Local, ofrecía a los Agentes que quisieran trabajar fuera de sus jornadas horas extraordinarias por días libres. Y ante la razonable negativa de quienes no están por la labor de aguantar más tomaduras de pelo, pues a tragar con lo que venga. Los Agentes que estén de servicio ya se multiplicaran y en última instancia este Consistorio acostumbra a encomendarse a los Santos, que esos nunca fallan.

No. No pintaban bien nuestras Ferias. Y llego el Baile del Vermut, inaugurado una vez más con el pasodoble retrechero de nuestra Primer Edil, y con el llamamiento de nuestra Concejala de Festejos a la participación, una vez salida del mutismo en que la había sumido el hallazgo de sus arcas vacías.

Pero la realidad es terca. Nuestro Equipo de Gobierno no había previsto que al Baile del Vermut acuden niños, ancianos, ciudadanos con mejor salud y ciudadanos con sus achaque. Y las Cañas se volvieron Lanzas. Sin presencia de ambulancia alguna, con la Policía Local a una distancia que cumple con el requisito de invisibilidad que tanto gusta a nuestra Concejala de Festejos, un niño tuvo una gravísima crisis. El Concejal Portavoz acertó (jugaba sobre seguro) y la profesionalidad de nuestros Policías Locales pudo salvar -seguramente- la vida del niño cuando decidieron llevarlo con sus medios al hospital ante la ausencia de esa ambulancia que no iba a hacer falta.

Pero a este Ayuntamiento no le basta con cometer errores y no asumirlos nunca. Este Ayuntamiento -que larga se está haciendo la legislatura- ha dado una vuelta más de tuerca y ha dado un Comunicado Oficial. Se nota que pertenece a esa clase política a la que en España siempre le han perdido sus Comunicados. Indignado nuestro Consistorio por que los ciudadanos hayan osado poner en duda su sensibilidad, se ha permitido vulnerar la intimidad de una familia y de un menor aireando que no es la primera vez que el niño tiene problemas de salud. Claro que para ello ha tenido que contar con la cooperación necesaria de quién le ha filtrado información protegida. No sé a quién imputar mayor responsabilidad, si al que filtro o al que difundió.

El resto del Comunicado ya es anecdótico. Que nuestro Ayuntamiento, el que nunca reconoce errores, se parapete en faltar a la verdad para justificarse, es anecdótico.

Que nuestro Ayuntamiento, el que nunca asume responsabilidades, se permita el lujo de decirnos donde debemos llevar a nuestros hijos, es anecdótico.

Las Ferias no pintaban bie. Las Cañas se han vuelto Lanzas. Pero nuestro Ayuntamiento nunca reconoce errores. Nuestro Ayuntamiento nunca asume responsabilidades.

¡Qué larga se está haciendo esta Legislatura!