Multimedia.- En el emblemático Sacro Convento de la Orden de los Calatrava quedarán durante varios días las letras del cantaor Ricardo Fernández del Moral, quien emocionó al público del VIII Festival de Artes Escénicas de Calzada de Calatrava que no dudó en trasladarse al antiguo castillo y llenar una clausura mágica.
El Ayuntamiento y las asociaciones que organizaban crearon una noche espectacular con la invitación a Luis Molina, vecino y amante del teatro, para que regalase a los asistentes un recital de Federico García Lorca en memoria de Ignacio Sánchez Mejías, célebre torero.
Fue una despedida llena de vibraciones. La concejala de cultura, Loren de la Calle, puso el inicio al encuentro con unas palabras que enternecieron a los allí presentes, más aún cuando ella misma se emocionó. “La cultura debe tener siempre hueco en nuestro pueblo y quiero agradecer a todos los colaboradores el magnífico festival que han hecho posible, además de hacer de Calzada todavía más mi vida”, afirmó conmovida tras reconocer su alegría por la gran acogida que ha tenido un año más el esfuerzo conjunto.
Con este entrante, la piel ya estaba lista para sentir las frases de Luis Molina, director del CELCIT, que recitó a Federico García Lorca. Su torrente de voz combinó a la perfección con el eco del convento ante el silencio atento de pequeños y mayores que quedaron maravillados con sus palabras, que sólo se verían dulcemente interrumpidas por la guitarra de Fernández del Moral.
Cantaor, vecino y amigo
Para decir adiós a un festival de esta talla, la organización pensó en alguien de la tierra, que sintiera como suyo el lugar y el encuentro. El cantaor daimieleño, ganador del premio Lámpara Minera 2012, reconoció su impresión al llegar al lugar, “un sitio mágico al que ha sido impresionante subir”. También, resaltó el acierto de traer el flamenco a un castillo pasado, ya que ambos tienen años de historia.
Comenzó el concierto por soleares. Con “Una pena en el alma” avisó al público del nivel que esa noche iba a ver en lo más alto del campo de Calatrava. Sus manos parecían haberse convertido en cuerdas y no tocaban la guitarra, sino que la acariciaban y la dejaban sonar. Una malagueña siguió con el tono melancólico de esta primera parte y “Me hizo de prometer” dio cuenta de la voz, incluso a capela, que podía salir de Ricardo.
Acercándose más a sus oyentes, Fernández del Moral explicó entre risas que había llegado el momento de pasar “de penas a alegrías”, para lo cual arrancó con “La flamenca que yo quiero” e invitó a subir a las dos bailaoras, Rosa Guerrero y Rocío Gracia, que le acompañarían a las palmas. Al terminar, hizo un hincapié para compartir con el público su experiencia y su formación, agradeciendo a la provincia de Ciudad Real el apoyo que le había brindado desde distintas localidades.
En el punto medio del concierto, Fernández quiso demostrar por qué se alzó ganador del Festival de las Minas y con “Se hundió la alegría” se apartó del micro, hizo gala de su voz y dejo descansar a la guitarra.
Después, con fandangos, bulerías populares y su versión de la famosa “La bien pagá”, terminó de enamorar a los asistentes que se resistían a que llegase el final. Todos en pie quisieron reconocer el arte del cantaor y lo bañaron en aplausos.
El agradecimiento del alcalde, Félix Martín
Por último, muchos no pudieron contener las lágrimas cuando el alcalde de Calzada, Félix Martín, dio el adiós al festival, obsequiando a Luis Molina y Ricardo Fernández con un recuerdo del mismo, sin olvidar el trabajo de todas las personas que lo habían llevado a cabo. Desde los operarios que habían subido hasta el simbólico convento las sillas, hasta llegar a Loren de la Calle, “el corazón del festival”. Martín felicitó a todos por su constancia en “estos maravillosos días”.