Daimiel Noticias/EFE.- Cientos de vecinos se congregaban esta mañana a las puertas del Ayuntamiento para pedir la liberación del daimieleño Padre Toño. Un joven sacerdote pasionista que fue encarcelado injustamente hace una semana tras llevar desempeñando su labor pastoral durante más de 15 años en El Salvador.
Una multitudinaria concentración de vecinos, entre ellos el alcalde Leopoldo Sierra y algunos concejales, que han querido mostrar su apoyo a la familia en estos difíciles momentos y hacer ver que todo el pueblo está con él. Sus padres, hermanas y algunos de los que han compartido con él su experiencia salvadoreña han roto el silencio para explicar a todos los presentes el porqué de esta injusta retención y privación de libertad. Su hermana Ana Rodríguez contaba que durante todo este tiempo Antonio se ha dedicado a “borrar los tatuajes de las maras, evitar que los niños caigan en el droga y la exclusión social” que está codo a codo trabajando con todos los que sufren que ha llevado a recibir el apodo del “cura de las maras”.
“Enseñar que otro modo de vida es posible, que la guerra y la violencia no es el único camino es el delito del que deberían acusarlo por qué no ha hecho más que ayudarnos a salir de la miseria” explicaba Isamar, una joven salvadoreña a la que salvó la vida tras la muerte a tiros de su marido y su familia.
Por su parte el padre Jesús María Gastón, prior de la orden de los Padres Pasionistas en Daimiel, ha comentado que la congregación vive con «inquietud» la situación del «padre Toño», porque, ha asegurado, «no acabamos de ver las cosas claras». Gastón ha comentado que están convencidos de la inocencia de Antonio Rodríguez y ha señalado que consideran «infundadas» las acusaciones del fiscal.
En este sentido, ha opinado: «es inconcebible que se le pueda acusar de pasar objetos a la cárcel» cuando para acceder a las instalaciones penitenciarias «el padre Toño tenía que pasar dos controles».
«Todo nos suena muy extraño y algunas cosas nos inquietan profundamente», ha dicho Gastón, quién también ha mostrado su extrañeza por la actitud del presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, quien, ha dicho, «se ha apresurado a decir que no se trata de un persecución contra la Iglesia, cuando, en realidad, nadie les ha acusado de esto».
Testimonios de historias de una vida ejemplar de entrega a los demás que únicamente se interrumpían por aplausos y gritos de “Justicia” y “libertad, libertad”. Los padres y familiares no podían contener las lágrimas y la emoción al ver como el pueblo que lo vio crecer salía a la calle para pedir su libertad horas antes de que pase a disposición judicial, algo que ocurrirá según lo previsto a las 16:00 hora española.