Meexcedes ha montado en cólera contra los directivos de la Fórmula-1 tras la decisión del máximo organismo pluricelular del Mundial Interprovincial de Automovilismo de rescindir el contrato con la firma alemana, merced al cual proveía a los grandes premios de los coches de seguridad, popularmente conocidos como safety cars y, en España, como a ver si ahora que se juntan remonta Alonso.
La empresa que ha desbancado a la todopoderosa teutona no es otra que un consorcio de motocarros afincado en una pequeña localidad de la provincia de Ciudad Real. Este contrato, según ha declarado un socio embragado, será como pisar a fondo.
Además de con luces de emergencia, lo habitual hasta la fecha, los nuevos safety Carros irán equipados con dos orzas gemelas cargadas de berenjenas de Almagro, que serán arrojadas por un ingeniero especializado contra aquellos monoplazas que no obedezcan las señales de emergencia. Además, el caldo podrá ser esparcido para retirar las cascarrias y restos metálicos cuando se produzca algún accidente, favoreciendo con sus propiedades untuosas la adherencia de los neumáticos a la pista.
A pesar de las reticencias de algunas escuderías al lanzamiento de berenjenas por los posibles desperfectos que pudieran originar estas hortalizas avinagradas, las pruebas en el túnel de viento y en cortocircuitos cerrados a cal y canto, han demostrado que ni siquiera el palo de hinojo es capaz de arañar el chasis de los coches. Por otro lado, algunos equipos, como Burrari, ya se han manifestado a favor de este sistema de alerta que, además, les supondrá un ahorro en tickets de restaurante.
Por último, ha trascendido que la empresa ciudadrealeña compitió mano a mano contra una multinacional japonesa que presentó un prototipo de bólido supersónico con grill. Finalmente, la ergonomía natural de la berenjena convenció a un jurado ávido de glamour y tecnología punta.
¿A cuento de qué viene semejante tontá?