La inauguración del IV Festival de Teatro y Títeres de Torralba de Calatrava convirtió al municipio ayer en la capital de la cultura, ante la mirada y el disfrute de centenares de espectadores. Un Greco “gigante” recibió, en un Patio de Comedias lleno al completo, al público que deseaba ver “Flamma”, el espectáculo de la Fundación Greco 2014.
La música inundó el Patio en torno a las 21.30 horas de la noche, cuando bailarines, actores y músicos que representaban las 3 culturas que han pasado por Toledo –árabe, judía y cristiana-, aparecieron en el escenario. El conmemorado Greco animó al público a aplaudir, moviendo sus enormes manos de madera y dejando maravillados a los más pequeños.
A continuación, el ánimo se multiplicó con el baile y las piruetas que los comediantes realizaban. Los sonidos de sorpresa entre el público no faltaron. Aquella estaba siendo una noche mágica a la altura de la calidad de un Festival que se ha consolidado entre los amantes del teatro.
Seis leyendas toledanas
Francisco Preboste narró la historia de su amigo, El Greco; sus traslados, su aprendizaje, sus compañías: trasladó a todos desde Toledo hasta Torralba.
Antes de invitar a los asistentes de esta magnífica inauguración a un viaje por las calles de la localidad, de la mano de la historia más centenaria, Preboste quiso hacer parte de estas semanas de teatro y títeres a los más pequeños. Un grupo numeroso de niños subió al escenario y se mezcló con las memorias de la sabiduría toledana. Por un momento, formaron parte de la Historia. Un viaje que tuvo 4 paradas, después de narrar dos leyendas en el Patio de Comedias, y en escenarios callejeros extraordinarios, que Torralba preparó en sus espacios más reconocidos. Las calles pasaron a ser un desfile de personas que bailaban y cantaban con “Flamma” y formaban un patio improvisado en cada fantástico rincón típico de Torralba (Plaza de la Villa, Paseo del Cristo, Plaza de la Purísima, etc.)
El conjunto que acompañaba a Preboste representó de una manera impecable narraciones tan simbólicas de Toledo como “Una noche toledana”, “La Ajorca de oro” o “El Cristo de la Vega”, entre otros. La música y el vestuario cuidado formaron un conjunto mágico que logró que este Festival empezara a lo grande.
