El concejal del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Ciudad Real, Alberto Lillo, ha propuesto al equipo de Gobierno del Partido Popular dejar a un lado “el rodillo” y el “no por el no” a cuantas propuestas y mociones se presentan para dar paso a una nueva modalidad de diálogo y consenso. Un ejercicio que Lillo entiende como una forma de gobierno «útil y responsable, «sobre todo si se tiene en cuenta que las mociones que los socialistas llevan cada mes al pleno nacen de las sugerencias y peticiones que le formulan los propios vecinos a través de sus órganos de representación».
El edil socialista ha explicado que esta fórmula se la planteó al Grupo Popular en la última sesión plenaria aprovechando una moción de actuaciones de mejora en el barrio de Nuevo Parque, a lo que los ‘populares’ se opusieron, de ahí que insista en la «bondad del acuerdo en común» mediante una mesa de debate y reflexión y «no ceñirse de modo simple al sí o al no de las mociones a la hora de votarlas en pleno».
Respecto a la moción concreta del Grupo Socialista para el barrio de Nuevo Parque, se pedían actuaciones para mejorar sustancialmente la accesibilidad; la realización de un estudio y ajuste de la iluminación de la zona; la solicitud al RSU de recuperar los horarios de recogida anteriores y con periodicidad diaria, además de pedir que planifique el lavado y desinfectado de los contenedores con una mayor frecuencia, sobre todo en los meses veraniegos; y aumentar y mejorar la limpieza de las calles, de la fuente de la Plaza de Estrasburgo y del sistema de alcantarillado.
A todo ello, Alberto Lillo también ha denunciado el estado de abandono, desorden y suciedad que existe en los silos, «y ello pese a que el PP prometió en las pasadas elecciones un gran programa de rehabilitación y uso de los mismos».
Unos silos que el edil socialista ha catalogado como “el almacén de los trastos rotos del Ayuntamiento de Ciudad Real”, antes de sugerir que “si no hay presupuesto para diseñar proyectos, al menos que se mantengan limpios”.
«Por último, y por mucha Ciudad Participativa que nos ha querido vender Rosa Romero, la verdad es que ésta es escasa, como así ocurre en el barrio Nuevo Parque tras la desaparición del movimiento asociativo y vecinal que atribuye sin ninguna duda al fracaso del gobierno municipal por su dejación continua, por la falta de colaboración y por las trabas a las actividades que generaban”, concluye Lillo.
