Celia Esther Cámara Gasanz. Coordinadora UPyD Castilla-La Mancha.- Este 21 de julio Cospedal ha sentado un grave y peligroso precedente al privar a gran parte de la sociedad castellano manchega a su legítimo derecho a estar representada en las Cortes Regionales. Ha hecho trizas la más elemental y básica norma en democracia cual es la búsqueda del consenso.
Ni durante la tramitación de la reforma del Estatuto en el Congreso y Senado, ni hoy con la de la Ley Electoral autonómica, ha cosechado un sólo apoyo. Son las formas y maneras del PP de entender la democracia: sobran los demás.
Y lo más indecente e inmoral, es el argumento que ha utilizado para quitarse adversarios de en medio: la austeridad; ése concepto antaño sinónimo de moderación, templanza, mesura y que ahora en manos del PP se traduce en exclusión, pobreza, desigualdad, mayor enriquecimiento para los ricos, es el que ha enarbolado la presidenta regional para disfrazar su ambición de poder; su deseo de mantenerse a toda costa en el poder cuando sabe contestada su nefasta gestión política en sus casi cuatro años de desgobierno.
Califica su reforma de: «justa, plural, objetiva, equilibrada y adecuada»; no podía haber elegido calificativos menos ajustados ¿por qué se ha negado, al igual que su partido en el Congreso, a que sea sometida al recurso previo de inconsitucionalidad? ¿Teme acaso un dictamen desfavorable? ¿Y qué decir de la «pluralidad» cuando elimina de un plumazo toda posibilidad de representación a los ciudadanos que opten por otras opciones políticas, al elevar desde un 5 hasta un 17% el umbral mínimo para que otras fuerzas políticas puedan estar presentes en el Parlamento Regional?
El «equilibrio político», estaría en legislar de forma que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de estar representados en su Parlamento regional y el acuerdo unilateral adoptado hoy por el PP en CLM va justo en la dirección contraria. A partir de ahora se dará la paradójica situación de que CLM tendrá menos Diputados que concejales tienen ciudades como Valencia ó Sevilla con una población tres veces menor que nuestra región.
Pretender argumentar ahorro a las arcas públicas mediante la supresión de adversarios políticos es una enorme falacia. Ahorrar, no es estar cobrando varios sueldos en plena crisis (la presidenta Cospedal percibió en 2011 la nada desdeñable cantidad de 158.388€), si bien es cierto que al año siguiente «sólo» percibió el sueldo de presidenta regional, pero no por «voluntad propia», sino por exigencia de la Ley del Gobierno y del Consejo Consultivo que así lo contempla en su artículo 19. Este «pequeño matiz» suele faltar en las explicaciones que al respecto ofrece la presidenta Cospedal.
Tampoco parece una medida austera el incremento que ha experimentado el capítulo presupuestario dedicado a altos cargos llegando a alcanzar casi los 70 millones de euros; reducir este abultado capítulo sí es ahorrar; lo otro es… engañar y manipular. Abraham Lincoln dijo en una ocasión: «Se puede mentir a pocos mucho tiempo; se puede mentir a muchos poco tiempo, pero no se puede mentir a todos , todo el tiempo» (fin de la cita).