El Hospital Santa Bárbara de Puertollano se ha convertido en centro de referencia en el uso de alternativas a la transfusión de sangre y sus derivados en pacientes que por cuestiones religiosas, éticas o por miedo a sus posible efectos colaterales, rechazan el uso de sangre de donante durante una cirugía, según informa el Sescam.
Para responder a las demandas de estos pacientes sin que ello implique ningún riesgo para su salud, profesionales de toda Castilla-La Mancha se han reunido recientemente en el Hospital Santa Bárbara con el fin de analizar los aspectos clínicos de otros métodos de transfusión y su manejo en un proceso quirúrgico con el objetivo de generalizar la atención de estos pacientes en los hospitales de Castilla la Mancha
Según explica el doctor Sancho Calatrava, jefe de Servicio de Cirugía en el Hospital de Puertollano, existen distintas alternativas a la transfusión de sangre procedente de donante como la hemodilución, la autotransfusión o la recuperación de sangre intra y postoperatoria así como la preparación preoperatoria del paciente mediante la administración de hierro e incluso eritropoyetina
El uso de una u otra alternativa dependerá siempre de las características del paciente y su patología que determinarán qué opción es la más indicada, ya que “no existe una cifra mágica de hemoglobina que marque la necesidad de una transfusión, por lo que hay que utilizar criterios individualizados para cada persona”, explica el doctor Sancho.
La atención a Testigos de Jehová
La atención a los pacientes que rechazan sangre y hemoderivados, como es el caso de los testigos de Jehová, ha propiciado “una reevaluación del umbral transfusional y un mejor uso de la sangre, así como establecer parámetros legales que resuelvan posibles conflictos”.
Un punto fundamental es “el respeto y la comunicación con el paciente” al que se le deben explicar todas las alternativas que existen a la transfusión y en caso de conflicto evitar judicializar este tipo de casos concluye el jefe de Cirugía de Puertollano.
No obstante, desde el punto de vista legal la norma protege la autonomía del paciente, por lo que según quedó patente en las jornadas celebradas en el hospital de Puertollano, la decisión de aceptar o no un tratamiento queda protegido por ley “sin que existan repercusiones legales para el profesional, aunque éste sí está obligado a utilizar todos los medios alternativos que se conocen”, explica el doctor Sancho.
Mejorar el uso de sangre
La sangre es un bien escaso y su procesamiento costoso y aunque su uso es cada día más restrictivo se sigue utilizando en muchas ocasiones en las que se podrían usar medidas alternativas con mayor beneficio, menor coste y con menos repercusiones médicas.
De esta forma se evitarían también desplazamientos innecesarios, ya que aunque los pacientes que no aceptan sangre o hemoderivados constituyen un pequeño porcentaje de la actividad quirúrgica habitual en todos los hospitales, éstos crean un gran rechazo en la mayoría de los profesionales y se encuentran con grandes problemas a la hora de su atención.
Según explica el jefe de Cirugía del Santa Bárbara, en la mayoría de los hospitales se opta por enviar a estos pacientes para su tratamiento a otros centros de referencia que tengan experiencia en el uso de métodos alternativos a la transfusión de sangre de donante. De esta forma se originan “desplazamientos y gastos inútiles que debemos evitar” sobre en la atención de procesos banales, añade el doctor Sancho.
Por ello es importante la colaboración tanto de especialistas quirúrgicos como de anestesistas y fomentar desde el punto de vista quirúrgico medidas ahorradoras de sangre “apostando por la optimización de tiempos, una cuidadosa hemostasia y el abordaje laparoscópico, siempre que sea posible, así como a nivel anestésico y farmacológico con el mantenimiento de la normotermia, la reposición de la volemia o el uso de fármacos que modifican la hemostasia”.
