La doble declaración que publica el DOCLM del 28 de mayo, relativa al procedimiento inicial en la Resolución de la Dirección General de Cultura del 21 del mismo mes, como Bienes de Interés Cultural de los pueblos de Colonización de Villalba de Calatrava, en Ciudad Real, y de Cañada de Agra, en Albacete, cierra un largo proceso en pro de la pretendida declaración patrimonial de alguno de los ejemplos de los conocidos como Pueblos de Colonización. Y abre, consecuentemente, el continente de la Defensa Patrimonial a la Arquitectura del siglo XX, tan desasistida de tales apoyos, como necesitada de ajustada ponderación y defensa patrimonial. Una extrañeza, la de la Defensa Patrimonial de la Arquitectura del siglo XX, que no hace sino subrayar la enorme fragilidad de su legado y las dificultades de su defensa.
Proceso el citado, que contaba con un largo recorrido no exento de altibajos y de paralizaciones, y donde eran destacables las dudas conceptuales, por parte de algunos agentes, de la Defensa Patrimonial de elementos procedentes del siglo XX. Y muy singularmente, de elementos construidos no ubicables en la órbita de la excepcionalidad formal o del programa esplendoroso, sino procedentes de la vida cotidiana y del medio rural.
Proceso que se había iniciado en 2004, por parte del Colegio de Arquitectos de Ciudad Real, con la propuesta declarativa de Villalba como Bien de Interés Cultural, desde el reconocimiento de su excepcionalidad, de su convergencia de valores plásticos superpuestos en la Iglesia (Hernández Mompó, Pablo Serrano, Teresa Eguibar, Lorenzo Gil y Jacqueline Canivet) y de su aceptable conservación. Hubo que salvar, por otra parte, la extrañeza de proponer un elemento de arquitectura contemporánea, construido en 1955, ubicado en el medio rural y procedente del impulso del desaparecido Instituto Nacional de Colonización, de estirpe netamente franquista.
Tras diferentes incidentes y circunstancias que pretendieron formular, por parte de la administración cultural, una declaración conjunta de los restantes pueblos de Colonización existentes en Castilla-La Mancha a modo de Catálogo razonado, se produjeron diversos aplazamientos en el procedimiento, al incorporarse nuevas realidades y nuevos problemas que había que valorar de forma diferente.
Incluso se realizaron trabajos de estudio complementario de los Pueblos de Colonización, por parte de Diego Peris y yo mismo, promovidos desde la propia Consejería de Educación y Cultura en 2007, con ámbito geográfico fijado en la provincia de Ciudad Real. Y en 2008, adjudicándose nuevamente pero no resolviéndose similar ‘Ayuda a la Investigación’, con ámbito geográfico de las provincias de Albacete y Toledo.
En 2007, ambos elementos declarados, Villalba y Cañada, habían sido incluidos en el Registro de Arquitectura del siglo XX en España, conocido como SUDOE, que ampliaba las consideraciones del primitivo Registro del DOCOMOMO ibérico de 1996. En 2008-20009, y dentro de la elaboración de los Registros de Vivienda Moderna del DOCOMOMO ibérico, fueron incluidos, como propuesta en Castilla-La Mancha junto a otras piezas destacadas, ambos elementos de Villalba de Calatrava (1955) y Cañada de Agra (1962). A los que en el año 2012 se les reconoció tal inclusión en los citados Registros de Viviendas Moderna, con la colocación de una placa conmemorativa.
Tras el cambio de administración regional en 2011, se reanudó el procedimiento, con impulso de los Ayuntamientos de Viso del Marqués y de Hellín, contando con la colaboración de Rafael Fernández del Amo, hijo del arquitecto autor de ambos proyectos, José Luís Fernández del Amo, de quien este año celebramos el centenario de su nacimiento.
Ha querido la ocasión que coincida la declaración como BIC de Villalba de Calatrava y de Caña de Agra, con el referido centenario de Fernández del Amo, y con la aparición en Ciudad Real, del trabajo de Peris y Rivero ‘El instituto Nacional de Colonización en Ciudad Real. Análisis y documentos’. Como si se tratara de ganar, todo el tiempo perdido en el reconocimiento de realidades destacadas de la Arquitectura del siglo XX.
Periferia sentimental
José Rivero