Manuel Valero.- Entre un Congreso al uso, apañado, de aparato, controlado, orgánico y religiosamente estatutario y unas primarias a saco y a discreción, está la solución del Congreso Abierto hasta el amanecer en el que por primera vez sean los militantes del PSOE quienes elijan a la nueva dirección política y al secretario general y en consecuencia al presidenciable.
Más que nada porque la historia reciente del partido que fundó Pablo Iglesias, senior, cuya máxima era, y se supone que es, a cada uno según sus cualidades y necesidades (como se supone que defiende Pablo Iglesias junior, o sea que no hay tanta diferencia), arroja un capítulo que hizo las delicias de los estudiantes en Ciencias Políticas. Recordarán que en el Congreso de sucesión a Felipe González salió elegido Almunia porque Borrell no se atrevió. Incómodo por esa sucesión quasi dinástica, Almunia tomó la decisión de legitimarse de veras en las primeras primarias de la democracia. Pero el electorado militante votó a Borrell y al PSOE le salió una hidra de dos cabezas.
Muchos socialistas de relumbrón -todos instalados en la jerarquía orgánica-se hicieron de cruces o se dieron de bruces, como prefieran, con una realidad que los asustó. Borrell y el abismo eran la misma cosa, decían. Luego en un maquiavélico proceso insólito, inédito e inaudito, de una grosera anemia democrática sin precedentes, el aparato orgánico, aspirantes amagados, y el brazo inteligente mediático del PSOE se apresuró a toda Prisa a sabotear al candidato que eligieron las bases y a rescatar al candidato que eligieron los delegados. De ese modo el PSOE presentó a las elecciones generales a quien perdió las primarias. Y ganó el PP por mayoría absoluta, claro.
Con esa experiencia es de suponer que el PSOE no vuelva a caer en el mismo error y ahorme un Congreso a la medida de Susana Díaz y luego se abra un proceso de primarias en el que vaya usted a saber. De ahí que la alternativa de la tercera vía –Congreso Abierto a los militantes y a los candidatos- propuesta por Madina es una tercera vía posible, práctica y viva que incrementa exponencialmente la democratización del partido al darle a los militantes la posibilidad de elegir la futura dirección política del PSOE, y evita con ello unas primarias que en lógica política estarían de más si el nuevo líder (o lideresa) se alza con la mayoría de los militantes, ya que éstos no eligirían sólo secretario general sino candidato a las generales.
Y luego viene lo gordo, el modelo de partido. Felipe González definió ayer el proyecto Podemos de utopía regresiva. El cuerpo millonario de electores mudos del pasado domingo está contra la corrupción, el nepotismo, el clientelismo, la poca participación política, la deficitaria democracia interna, una mayor equidad social, una fiscalidad justa… . Pero, creo, que no para aventuras de una vieja izquierda bruñida en nueva al socaire de estos tiempos raros. O no tanto.
La ‘Tercera Vía’ tiene mal fario. Ya que fue un proyecto, made in Tony Blair,visto y recibido como la gran alternativa del Socialismo/Laborismo del siglo XXI. Anthony Giddens mediante, como soporte teórico.
Una vez que el Socialismo Real había caído por golpe de Gorbachov en 1989, la Socialdemocracia realmente existente, hubo de redefinirse y reorientarse con muchas dificultades. Luego hubo otros ‘Bad Godesberg’, en recuerdo de Billy Brandt, que supuso otro ‘Bay Godesberg’.
Y la pregunta que nos hacemos es ¿qué queda de aquellos verbos redentores? ¿Más tercera Vía?
Al PsoE ya no le salva ni tercera vía, ni primarias de militantes (que la dirección federal aparatríca no quiere porque igual el partido sale republicano) y abiertas ya veremos.
Y con todos estos inventos modernos el PsoE tampoco va a poder venderse como nuevo, es demasiado el precio de su gestión, de la de antes, de la de ahora, y de la futura en coalición con el PP. Están llamados a la desaparición. 120 años de historia son muchos, haber sido partido del régimen dos veces, no está mal, pero todo se acaba.
Amigo Rivero, aludo a la «tercera vía interna» del PSOE para salir del atolladero, en mi opinión. En cualquier caso, la pregunta de siempre. El sistema. ¿Este? ¿Este mejorado? ¿Otro? ¿Cuál? ¿Comunismo con rostro humano? ¿Podemismo bolivariano pero sin guardia y sin boinas rojas? ¿Anarquismo robótico? Eso si: todo lo nuevo neo nace de las ruinas. Saludos fraternales
Lo nuestro es más preguntar, las respuestas las deben dar los que están a cargo de la barra.