El profesor de filosofía e inglés, investigador, poeta, novelista y cronista oficial de la ciudad, Cecilio Muñoz Fillol ya cuenta con museo propio en el Centro Cultural “La Confianza”, donde hoy la Asociación Cultural Cecilio Muñoz Fillol ha procedido a la apertura de este espacio que alberga numerosos enseres personales, mobiliario así como más de 500 documentos catalogados entre los que se encuentran poemas, poesías publicadas, archivo fotográfico, ensayos, conferencias o correspondencia, entre otros muchos.
Al acto, ha asistido el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, que durante su intervención ha puesto en valor la figura de Muñoz Fillol, cuyo legado se suma ahora al de Rafael Llamazares o la poetisa Sagrario Torres, que también alberga el Centro Cultural La Confianza. “Hoy, éste museo, Valdepeñas lo tiene no por Don Cecilio Muñoz Fillol, del que tenemos su presencia que ha dejado en sus obras y en la huella que ha dejado en una generación de españoles, el poderlo recuperar para el futuro y presente de Valdepeñas se lo debemos a Manuel Velasco”, agradeció el primer edil.
Por su parte, el secretario de la Asociación Cultural Cecilio Muñoz Fillol, Manuel Velasco, ha afirmado que con la apertura de este espacio se llega “al final de un ciclo y el comienzo de otro, hasta ahora hemos trabajado mucho, más de 30 años con la obra de Cecilio, y el final feliz ha sido este, gracias también a la ayuda de nuestro Ayuntamiento”, declaró Velasco que recordó que “el archivo ya está aquí desde hace dos años y esto era ya el colofón, aunque esto no quiere decir que la asociación desaparezca sino que se comenzará una nueva etapa”.
Biografía
Cecilio Muñoz Fillol nació en septiembre de 1909 y falleció en 1979 en Valdepeñas, donde pasó también la mayor parte de su vida, dedicada, con una pasión poco corriente, al estudio, a la investigación, a la escritura y a la que –a pesar de esa otra profesión, la de veterinario– fue su verdadera vocación: la enseñanza.
Inició sus estudios en la Escuela Pública de Valdepeñas, continua con los de Bachillerato en Ciudad Real y con 19 años es Licenciado en Veterinaria por la entonces Escuela de Veterinaria de Madrid, título al que añadirá el de Licenciado en Filosofía y Letras (Filosofía Pura), obtenido en Murcia. Simultaneó hasta muy pocos años antes de morir, la primera profesión con la docencia en el Instituto “Bernardo de Balbuena”, de Valdepeñas, donde se ganó la admiración de sus alumnos a lo largo de su dilatada vida profesional.
Miembro del Instituto de Estudios Manchegos, de la Comisión Provincial de Monumentos y Comisario de Excavaciones Arqueológicas, este erudito local, que como tal fue nombrado Cronista Oficial de Valdepeñas, llegó a ser Correspondiente de Número de la Real Academia de la Historia. En cuanto a reconocimientos hay que destacar la concesión de la Encomienda de Número de la Orden de Cisneros y el de Hijo Predilecto de Valdepeñas, a título póstumo. En dos lugares emblemáticos de Despeñaperros, se erigieron sendas placas conmemorativas como homenaje permanente, por su dedicación al estudio y exaltación de esta zona de Sierra Morena.
Cultivó la lírica, la narrativa, el ensayo y el teatro. Para dar una idea de su prolífica y variada producción, podemos señalar que escribió 30 obras de teatro (entre ellas un auto sacramental – Itinerario– ), 11 novelas, 30 ensayos (algunos de la envergadura e importancia de Despeñaperros y Metafísica Taurina –publicadas– o Álgia y Estética del Mundo ), unas 260 composiciones líricas (muchas de ellas –como los Salones de Otoño o las Sinfonías de Primavera – dan para un libro) y, entre conferencias, discursos, artículos de prensa y radio, y trabajos de investigación veterinaria, puede haber otras 500 o 600 obras.