Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Ingeniero y especialista en cooperación internacional, Florent Marcellesi es el cabeza de cartel de Equo en la coalición Primavera Europea, donde ocupa el número dos de la lista para las próximas elecciones europeas que se celebran el 25 mayo. En esta entrevista coral, en la que han participado los colaboradores habituales de este diario, Marcellesi reivindica el espacio de la ecología política en un país en el que el movimiento verde no ha tenido apenas presencia en las instituciones públicas.
Integran Primavera Europea Coalició Compromís, Equo, Chunta Aragonesista (CHA), Democracia Participativa (Participa), Por Un Mundo Más Justo (PUM+J), Partido Castellano (PCAS), Socialistas Independientes de Extremadura (SIEX) y Coalición Caballas (Caballas)
Pregunta.- ¿Cuáles son la propuestas de Primavera Europea para salir de este largo inverno en el que estamos sumidos?
Respuesta.- Primavera Europea propone salir de la crisis de la Unión Europea a partir de una serie de valores: la solidaridad, la ecología y la democracia. Nos sentimos como europeos insumisos, en contra de la política de austeridad y de recortes impuesta por la Troika; y también insumisos ante el déficit democrático de la Unión Europea. Pensamos que tenemos que dar respuestas en positivo y que necesitamos más Unión Europea; un ámbito europeo que sea capaz de dar respuestas a desafíos globales como los paraísos fiscales y el cambio climático.
Las propuestas que hacemos son básicas. Primero, devolver el poder a la ciudadanía a través de un proceso constituyente europeo y empezar una gran transición hacia la ecología de la economía, que permita crear empleos en sectores verdes, ya que son los que generan a la vez riqueza social y riqueza ecológica. De esta forma se pueden crear unos veinte millones de empleos para el conjunto de la Unión Europea. Por último, devolver, defender y conquistar derechos para mujeres, jóvenes, inmigrantes y demás seres vivos.
P.- ¿Por qué Equo forma parte de esta coalición?¿Es una cuestión cuantitativa?
R.- No, va mucho más allá de esto. Todos los compañeros que conformamos Primavera Europea tenemos un discurso muy coherente. No es una coalición puntual, sino que compartimos valores, ideas, diagnóstico y salidas a las crisis. Es decir, aquí hemos sumado en torno a la diversidad que nos conforma, pero también con la seguridad de que defendemos lo mismo: poner a las personas en el centro, construyendo una Europa de las personas en lugar de una Europa de los mercados.
P.- ¿Qué comparte Equo con partidos como Socialistas Independientes de Extremadura o el Partido Castellano?
R.- Tenemos en común la defensa de la solidaridad, la defensa de la ecología y la defensa de los derechos. Hemos elaborado un manifiesto que compartimos todos los partidos de la coalición en el que, por ejemplo, se recoge claramente que no vamos a rescatar bancos, sino a personas; no vamos a construir una economía marrón, sino una economía verde; no vamos a promover un modelo energético para grandes oligopolios, sino un modelo limpio autosuficiente y para las personas. Primavera Europea no es una coalición puntual para recabar votos sino una coalición para devolver la ilusión y la esperanza a la gente en estas elecciones europeas y en el proyecto europeo.
P.- ¿La coalición está pensada para estas elecciones europeas o va a tener continuidad en los próximos comicios que se avecinan?
R.- Miramos a más largo plazo porque tenemos que aunar fuerzas para echar del gobierno y de los diferentes poderes fácticos a las personas que nos han llevado a esta situación de emergencia social y ecológica. Por tanto, queremos sumar más allá de las elecciones europeas, pero, por supuesto, el resultado que obtengamos el 25 de mayo va a ser fundamental para conocer qué suerte puede vivir esta coalición, porque todo depende del respaldo ciudadano que podamos recibir.
P. – ¿Puedes explicarnos en qué consiste el liderazgo compartido de la coalición de Equo con Compromís?
R.- El objetivo es, por lo menos, conseguir dos eurodiputados pero, si tuviéramos uno, nos rotaríamos en el puesto. Es decir, la primera parte de la legislatura sería para Jordi Sebastià de Compromís y la segunda parte sería para mí como Equo. Eso es lo que entendemos como coliderazgo. Tenemos dos fuerzas que tiran del carro con más presencia, tanto institucional como de votos, y entre los dos hemos conseguido aunar a más partidos y colectivos ciudadanos. Este coliderazgo permite visualizar que no somos una coalición al uso, sino lo que llamamos nosotros una cooperativa política, y hasta en el escaño en el Parlamento Europeo vamos a cooperar. Además, si obtenemos un eurodiputado yo saldría como asistente de Jordi en la primera parte y en la segunda él sería asistente mío.
P.- Si ubicamos a Equo en la zona del espectro ideológico de izquierdas o progresista ¿Es compatible o incompatible ser de derechas o liberal y tener una preocupación por la naturaleza?
R.- Equo se define como un partido de la ecología política y tiene un referente a nivel europeo que es el Partido Verde Europeo, el cuarto grupo político en el Parlamento Europeo. En pocas palabras, la ecología política es justicia social y justicia ambiental, hoy y mañana, en el norte y en el sur, para hombres y mujeres, de forma corresponsable con el resto de seres vivos y la naturaleza. Esto es ecología política. Los demás que nos pongan las etiquetas que quieran. Nos diferenciamos bastante de las derecha neoliberal porque luchamos por la justicia social, pero también nos diferenciamos de la izquierda tradicional que siempre se ha olvidado de que vivimos en un planeta y que no hay planeta B.
P.- ¿Cómo actuaría Equo, en caso de gobernar, frente a la tesitura de toparse con una fábrica muy contaminante que empleara a un gran número de trabajadores que, en caso de cierre, no encontraría trabajo a medio plazo?
R. – Gestionaríamos la situación de la forma siguiente: hablamos de transición. Hay sectores que no tienen futuro porque son sectores que se basan en energías que van a desaparecer en el futuro y otros sectores que sí que lo tienen y además necesitan más mano de obra que energía. Rehabilitación de edificios, agricultura ecológica, movilidad sostenible, energías renovables, son los sectores que crean empleo. Por ejemplo, la energía del carbón o nuclear, que nosotros pensamos que deben cerrarse por motivos medioambientales, crean 70.000 empleos en España, mientras que las energías renovables, de aquí a 2020, pueden generar 300.000 empleos. Los sectores verdes son los que crean empleo y, además, tenemos que poner en marcha un proceso lento que permita un trasvase de trabajadores de un sector al otro. De eso trata. No vamos a dejar tirados a los trabajadores, pero sí que hacemos frente con claridad a la crisis ecológica y somos el único partido que hemos puesto clarísimo encima de la mesa que la crisis ecológica va a afectar al empleo y además damos soluciones.
P.- Izquierda Unida considera que debe llevarse a cabo un proceso de reindustralización ¿Qué opinión tiene Equo de esto?
R.- Izquierda Unida defiende el mantenimiento de minas de carbón en Asturias, o de otras minas en Aznalcóllar. Esto es incompatible con la transición a la ecología de la economía, es no haber entendido que la crisis ecológica está aquí y que si siguen por el mismo camino va a ser pan para hoy y hambre para mañana. Cuando hablamos de reindustrialización tenemos que hablar de cómo reverdecer la industria. Eso es muy importante, y preguntarnos por qué estamos produciendo, qué estamos produciendo en las industrias y cómo hacemos para tener procesos industriales más eficientes y más ecológicos. No tenemos que producir cualquier cosa. Por ejemplo, tenemos una industria armamentística muy potente en España. ¿Queremos o no queremos esta industria? Nosotros apostamos por reducir de forma drástica este sector porque crea muerte en el sur y reorientar a los trabajadores de esas industrias a otro tipo de actividad que generen utilidad social y ecológica.
P.- ¿Podrías explicarnos en qué consistirían los cuerpos civiles de paz europeos que propone la coalición y como sería la intervención no militar en zonas conflictivas?
R.- Este cuerpo de paz, que es una vieja reivindicación de los verdes, no existe, por lo tanto no hay ejemplos hasta el momento. La ruta que están siguiendo los grandes conflictos es la de conflictos armados, donde la intervención es siempre del ejército. Los cuerpos civiles de paz tendrían dos funciones importantes: prever primero una intervención preventiva, es decir, la paz no se construye el día de la guerra, se hace con antelación. Hay que hacer una prevención de los conflictos. En segundo lugar, cuando llegue el momento, tenemos que pensar en la resolución pacífica de los conflictos, y aquí puede ser muy útil este cuerpo civil de paz porque permitiría no militarizar los conflictos, sino mandar a personas formadas en derechos humanos para buscar soluciones más allá de las armas y buscando el diálogo.
P.- En cuanto a educación, el programa de Equo recoge que propondrá un modelo que sea capaz de romper las diferencias sociales y empoderar a la juventud. ¿Cómo se articularía este modelo?
R.- Es muy importante reivindicar el papel que ha tenido el programa Erasmus en la construcción europea, ha sido la herramienta más potente de educación en la Unión Europea para los jóvenes que ha promovido una integración a través de los intercambios europeos. Estamos totalmente en contra de la reducción de las becas que se está produciendo y pedimos que se refuerce esta herramienta.
Por otro lado, el proceso de Bolonia, que salió de una buena idea -homogeneizar los diferentes títulos en la Unión Europea-, acabó fatal. No ha aportado grandes cambios, ha tratado aplicar un modelo cultural del mundo anglosajón en países como España donde no se entiende y ha mercantilizado la universidad. En este sentido, pedimos parar, reflexionar y realmente construir un espacio de integración europeo basado en otros valores.
P.- En cuanto a la deuda pública, desde la coalición se propone que se haga una auditoría sujeta a control ciudadano y que haya unos mecanismos de control ciudadano estableciendo mecanismos de participación ¿Cómo funcionaría este sistema de control?
R.- La deuda pública es una cuestión muy importante porque, si ahora mismo hay recortes, es en parte porque hay una mala gestión de la deuda. Hace siete años España era el mejor alumno que había en Europa a nivel de deuda pública, y lo que ha pasado es que hemos socializado las deudas privadas de las grandes bancas y empresas. Principalmente hemos tenido una burbuja inmobiliaria tremenda causada en connivencia entre políticos y poder económico, lo que ha provocado, por ejemplo, que tengamos aeropuertos en Castellón, Huesca o Ciudad Real donde no aterrizan aviones. Lo que pedimos es saber de quién es la deuda y quién tiene que pagar estas barbaridades sociales y ambientales y pedimos una auditoría que permita saber qué ha pasado, y quién debe a quién, porque no es verdad que todos seamos culpables. Los mayores responsables son los que pusieron en marcha un modelo que no era sostenible y que, además, era corrupto. Pedimos cuentas, una auditoría y que entre todos los países de la Unión Europea encontremos soluciones para quitar la deuda ilegítima, condonar parte de esa deuda y mutualizar el resto.
P.- ¿Por qué deben existir los partidos verdes cuando el ecologismo, como el feminismo, son materias transversales, que quizá deberían impregnar todo el arco político?
R.- El ecologismo político no es una cosa sectorial de un partido político. Del mismo modo los comunistas, socialistas, etc. definen una ideología, nosotros hacemos lo mismo. Pensamos que hay espacios diferenciados, es decir, unos van a defender su espacio de ciudadanía pensando que tienen que ser comunistas o socialistas y otros pensamos que la ecología política aporta respuestas que no daban antes ni el comunismo ni el socialismo, y aun menos el capitalismo. Por tanto, es una diferencia bastante importante, ya que aportamos soluciones al tener en cuenta la crisis ecológica, que no se introduce de forma sectorial, sino de forma transversal en el corazón, en el núcleo de las políticas.
P.- ¿Crees que la ciudadanía lo percibe con tanta claridad?
R.- Estamos teniendo más dificultades en los países del sur donde la ecología política no ha tenido una implantación tan fuerte como en Francia o Alemania, donde este discurso se entiende perfectamente y el espacio político de los verdes es incluso más importante que el de la izquierda tradicional y se acerca al socialdemócrata. Es más un problema cultural e histórico, que tiene diferentes razones. Primero se debe a que a nivel histórico, con el franquismo, hemos llegado más tarde a la democracia, no había espacio político para el ecologismo en ese momento. Segundo, se debe a una fagocitación por parte de la izquierda del movimiento verde, que no ha dejado ni respirar ni crecer y que también se debía a una debilidad interna del propio movimiento verde. Ahora mismo hemos superado todo esto y por eso tenemos un solo partido verde, reconocido por el Partido Verde Europeo, que es Equo, una prueba de que hemos conseguido dar un paso muy importante hacia adelante.
P.- ¿Crees que los ciudadanos puede llegar a confundir el ecologismo con otras propuestas como el animalismo?
R.- Cualquier propuesta que pueda hacer un partido animalista nosotros las tenemos dentro de Equo. Es más potente apoyar un partido como Equo que puede llegar al Parlamento Europeo que apoyar a otra fuerza que probablemente se va a quedar fuera de las instituciones, teniendo en cuenta, además, que los derechos de los animales y el bienestar animal ya lo contemplamos. Yo soy animalista y vegetariano, por cierto.
