José Luis Benito Andújar. Concejal de UPyD en el Ayuntamiento de Tomelloso.- Los argumentos que ha utilizado Carlos Cotillas para defender el pasado jueves en el senado la reforma de la ley electoral, son una sarta de falacias, engaños y un insulto para la inteligencia de los castellano-manchegos.
La reforma que ha impuesto Cospedal sin ningún tipo de consenso y que reduce al 33 el número de diputados deja las cortes regionales con menos representantes que concejales en algunos ayuntamientos y obliga a obtener más de un 20% de votos para obtener representación. Esto se traduce en impedir de un plumazo el acceso de partidos pequeños como UPyD o IU a las instituciones.
A pesar de este evidente recorte a la democracia y a la representatividad, Carlos Cotillas defiende cínicamente que se pueden presentar 55 partidos o más, confundiendo el derecho a presentarse con la posibilidad de obtener representación, que es de lo que se trata, pues esta reforma supone acallar la voz de 1 de cada 5 castellano-manchegos que no opte por el bipartidismo.
En un ejercicio de populismo y demagogia, el Alcalde de Tomelloso enarbola la bandera de la austeridad y se aprovecha de la indignación ciudadana contra la clase política para recortar el número de representantes en las Cortes. Para UPyD, Cospedal, al más puro estilo hitleriano, se ha aprovechado del desencanto y la indignación de los ciudadanos para quitarse de en medio a la oposición y asegurarse la victoria en las siguientes elecciones.
Elimina de esta manera representantes elegidos por todos los ciudadanos, que solo cobran las dietas, y cuya actividad es pública, pero aumenta la partida de altos cargos elegidos a dedo y cuyo número, función e ingresos son bastante opacos. Esta reforma es por tanto no sólo un golpe de estado contra la democracia sino la vía que va a dejar que el PP que campe a sus anchas y con menos ojos vigilando, por lo que más que ahorrar nos va a salir muy caro a los castellano-manchegos.
