El poder de la gente (VI)

 Gema María Hernández, afiliada de Izquierda Unida de Ciudad Real.- A quién quieres más, ¿a papá o a mamá? «¡A mí me daban dos!» ¿Quién no recuerda ese anuncio? En este país tenemos fijación con el 2, todo es de dos en dos !hasta el postre!
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Somos un país que se divide en dos por cualquier cosa. O eres del Barça o eres del Madrid, te gusta la montaña o prefieres la playa, carne o pescado, torrijas o arroz con leche, derechas o izquierdas, twitter o facebook, Coca Cola o Pepsi, blanco o negro, de la Jurado o de la Pantoja…

Y como no, los morancos, cruz y raya, martes y trece, el dúo sacapuntas y PP y PSOE.

PP y PSOE… qué decir de este «par de dos» ¡criaturitas! como se dice en este país, «dios los cría y ellos se juntan»; pues que llevan años jugando al tenis con nosotros. Se lanzan la pelota el uno al otro mientras el resto miramos de un lado hacia el otro esperando que suceda algo y no, nunca pasa nada, y no sé a vosotros, pero a mí ya me duele el cuello…

Estoy cansada del «y tú más», de las discusiones de patio de colegio entre adultos que se reprochan una y otra vez lo mismo el uno al otro. Me sale la herencia por los ojos y los escándalos por las orejas !Basta ya! que no todo siempre tiene que ser de dos en dos, ¿Qué pasa si soy del Atleti o si prefiero la ciudad, me gustan las verduras y mi color favorito es el verde? En este caso se nos llama «minoría», es decir que somos «un pequeño grupo de locos» que se atreve a soñar con otra forma distinta de ver la vida. Pues bien, loca estoy entonces. Loca por creer en la justicia, por pensar que la política se debe hacer pensando en el pueblo, por soñar con un país en el que se cumpla la constitución y que la palabra democracia sea algo más que un eslogan en un anuncio electoral. Ahora pregunto, ¿qué queremos enviar a Europa? ¿qué imagen queremos dar? Podemos hacer lo de siempre, mandar a «zipi y zape» o atrevernos a salirnos del camino marcado y probar otras cosas. ¡Que probar no es malo! Que viene bien cambiar de vez en cuando e incluso puede que nos guste. Quién sabe…

¿Te imaginas a alguien en Europa que represente a los españoles y no a sus bancos? ¿Alguien que se preocupe de que todos tengamos un techo donde dormir en lugar de juzgar con quién lo hacemos? sería posible que por una vez nos represente alguien que… bueno, ¡me conformo con que nos represente! a nosotros, a las personas, nuestros problemas e inquietudes. Que nos escuchen, que nos comprendan y que trabajen por y para nosotros. Pues sí, es posible y está en tu mano, en tu voto. Porque un voto es algo muy serio, aunque nos quieran hacer creer lo contrario. Tan importante es ir a votar como a quien votas, y en cada papeleta no hay nombres, si no también sueños y deseos.

Ahora tú decides qué hacer pero yo lo tengo claro, ni a papá ni a mamá, este año envío a Europa a mi abuela que también se lo merece.

gema

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