¡Ay de las ciudades!

José RiveroHay una terrible confusión del presente y en el presente. Por lo que se oye,  por lo que se ve y por lo que se dice. Y por lo que se hace, también.  Ateridos como estamos, sorprendidos como quedamos cuando la Presidenta Cospedal anuncia solemne y sin sonrojo, con vara de romería campera, que “El Partido Popular es el Partido del Campo español”. Aprovechando la festividad del santo labrador y jornalero, protector  antiguo de las artes agrarias y de los oficios rústicos, para reivindicar tal identificación interesada y un poco fuera de lugar  y otro poco fuera de tiempo. Por un lado, el peón agrícola junto al caballero Vera primero, y luego, jornalero y peón con Juan de Vargas, con quien obró el milagro de los ángeles colaborantes en la mansedumbre de la yunta; por otro el Partido Popular que huele más a lavanda urbana y a gasóleo de automoción, que a restos de plantas rústicas y cultivos en sazón.

r_san-isidro-05Con tales afirmaciones, fruto tal vez de los excesos isidriles, vertidas en el calor de la fiesta y de la celebración del Santo agricultor, quedan muchas cosas en el aire. Quedan  sueltas cosas como que, El Partido Popular se arraiga más en el medio rural que en el medio urbano. Como si fuera aún un viejo Partido Agrarista de la Restauración decimonónica; cuando el campo no sólo era un granero de granos, sino de votos moderados y conservadores; frente a la inclinación urbana del voto obrero e industrial, que fijaban más su mirada en los partidos que reclamaban la atención de los trabajadores y de los obreros. Y por ello se decía que a esos Partidos Agraristas y Conservadores, los votaban más las hectáreas que los ciudadanos.

Aún en esos años de larga duración y corto aliento, pesaban las consideraciones de la historia inmemorial del pensamiento ruralista, que había dictado tempranamente, en 1539, Fray Antonio de Guevara, con su ‘Menosprecio de Corte y Alabanza de Aldea’, libro que influyó en autores posteriores como Pedro de Navarra, y su ‘Diferencia de la vida rústica a la noble’ de 1567. En todos ellos y en otros más, anidaba la animadversión por la ciudad; no sólo la elegía horaciana de su visión del ‘Beatus Ille’, sino la constatación vieja y sostenida por Azúa, de que las ciudades eran obra directa del mal y de la confusión babélica. Por ello “La invención de la ciudad cainita es coincidente con la invención de la historia, y ésta a su vez con la partición del habla en las muchas lenguas de Babel”.r_san-isidro-01

Por ello frente al bucolismo y el ruralismo de la Agricultura apacible o de una Ganadería quieta, propios del universo de Abel;  la ciudad había sido el collar viajero, urbano y fratricida de Caín. Y había sido el desencadenante de inundaciones y fuegos bíblicos, concebidos como castigos al a osadía del hombre retador. Desde Babel a Sodoma, desde Nínive a Gomorra. “El origen de la ciudad (donde la naturaleza no actúa) surgió cuando Caín asesinó a su hermano Abel y tuvo que exiliarse. Entonces fundó una ciudad, el lugar de refugio contra la naturaleza, que no es otra cosa que la ley de Dios”. La Naturaleza, por tanto, como Ley de Dios, y la ciudad como Ley del Diablo. Un Diablo que engaña y que por ello habla alemán cuando seduce a los escuchantes, con su  afirmación  “Die luft stadt, macht frei”. Esto es, ‘si el aire de la ciudad, hace libres’, seréis como Dioses.r_san-isidro-03

Es desde este relato fundacional, desde donde puede entenderse la afirmación verificada días atrás de que “El Partido Popular es el Partido del Campo español”. Aunque esta afirmación, vertida en el eco verde de las campas y ejidos del Alarcos ciudadrealeño, por Dolores Cospedal, contradice los resultados de las últimas elecciones, en las que ya es visible la conquista de posiciones populares en el voto de las ciudades.  Como ocurría de manera destacada en Andalucía, que había sido considerada como metáfora cierta de los mencionados graneros, de granos y de votos. Y por ello, se hablaba del ‘Voto cautivo’ rural, frente al ‘Voto libre’ urbano. Y ahora se invierta la fórmula y frente a lo que había venido siendo usual, que era el dominio del PSOE en el medio urbano y del PP en el medio rural, los últimos años han venido operando esa inflexión de la sociología electoral. De tal suerte que hoy las mayorías se han invertido. Y el PSOE es un partido rural, frente al voto urbano que reconoce al PP como su partido preferido. r_san-isidro-04

Por lo que afirmación de Cospedal sólo cabe entenderla en el contexto de la campaña electoral de las próximas europeas y en el más reducido aún de una fiesta campera con conmilitones, compañeros de partido y afines agrarios. Elecciones europeas donde el cabeza de lista del Partido Popular, Arias Cañete, viene desde su inmediata presencia como Ministro de Agricultura y medio Ambiente, y como negociador ante Europa de demandas del campo español. Por ello la continuidad invisible del verso de Cospedal, ‘PP-Campo español-Arias Cañete’.

r_san-isidro-02Olvidando que un Partido, etimológicamente es una parte del todo, y de todo habrá en el PP, en el PSOE, en IU o en UPyD; es decir habrá agraristas y urbanitas, habrás rústicos e industrialistas, en todas las formaciones y partidos. Olvidando también que en Europa el peso de la Agricultura y, consecuentemente del campo, se desvanece, más allá de las PAC y de algunas reglamentaciones. Igual que ocurre en España, en donde el peso de la Agricultura en la Renta Nacional, se desplomó desde el 50% de comienzos del siglo XX, al apretado 2,5% del PIB de 2009; y donde a mediados del siglo pasado aconteció un fenomenal movimiento migratorio del campo a la ciudad o ‘De lo rural a lo urbano’, como dijera el sociólogo francés Henri Lefebvre. Y consecuentemente, con todos esos movimientos, se desplomó la población activa agraria y los habitantes del medio rural. Por ello decir y afirmar que “El Partido Popular es el Partido del Campo español”, es tanto como rubricar su propia acta de defunción. Aunque en compensación, y casi en paralelo, su compañero de partido y Ministro de Industria haya afirmado que “Necesitamos reindustrializar España”. Es decir necesitamos volver a los planteamientos que despoblaron el campo. ¿Ustedes lo entienden? Yo tampoco.

Periferia sentimental
José Rivero

 

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1 COMENTARIO

  1. «De la PAC al SEPECAM y del SEPECAM a lo poco o nada que ha quedado de la PAC» y el que consiga algo en el ínterin que lo cuide, que lo cuide…

    La encuestas son demoledoras. Parece que la abstención va a ser histórica, lo que da claramente vencedor al Ppartido de los que no le fallan nunca. Esos que creen que al riego hay que tratarlo con cariño, como a las mujeres y que están por encima intelectualmente de ellas. Y deja a la izquierda en bolas por haber tomado por tontos a sus votantes y haber renunciado a sus pilares fundacionales.

    Vivir para ver…

    Tenemos Cospedal hasta que el infierno se enfríe.

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