Durante las dos primeras rondas del debate sobre políticas europeas que se celebró ayer en la Plaza del Pilar organizado por las Marchas de la Dignidad -las que pudimos cubrir en miciudadreal.es-, apenas hubo participación más allá de los ponentes, representantes de movimientos sociales de Ciudad Real, partidos políticos y sindicatos. El único ciudadano que tomó la palabra no tuvo más que dos minutos para exponer sus argumentos. Un tiempo escaso que, a pesar de todo, agradeció.
Según el plan inicial anunciado, el debate fue moderado por la organización de las Marchas 22M y dividido en rondas en las que, por turnos, los participantes respondían a una pregunta. Las respuesta serían cronometradas, y las organizaciones y el público asistente podrían participar en igualdad de condiciones y con el mismo tiempo. Finalmente, tal y como se decidió en una asamblea, cada uno de los siete ponentes dispuso de cuatro minutos por intervención y, si no recuerdo mal, el público contaba con quince minutos entre rondas, fraccionados en turnos de un minuto, o a lo sumo dos, siempre que no pidiera la palabra un gran número de personas.
Lo cierto es que, para uno que en esas dos primeras rondas cogió el micrófono, merecía la pena haberle dejado hablar un poco más.
Este misterioso ciudadano comenzaba destacando una incongruencia que, a su parecer, recogía el folleto informativo que los organizadores repartieron durante el debate. Por un lado, el texto incitaba a las clases populares a movilizarse y rebelarse, mientras que, a la vez, abogaba por derrotar en las urnas a los gobiernos y partidos al servicio de la Troika.
«Este tipo de mensajes los conozco muy bien -decía- porque soy veterano del 15M; aquí en esta plaza y en Madrid, y recientemente asistí al 22M. Para mí es obvio, la forma de luchar no es a través de las urnas, ni haciendo protestas, ni quinceemes ni veintidosemes«. Según este ciudadano renegado, no hay una posibilidad de cambio si no es a través de un «movimiento revolucionario clandestino», de otra forma, nada cambiará. «Pero claro, esto implica hacer cosas a las que la mayoría de la gente, según mi opinión y lo que he visto, no se va a prestar, pero es lo que hay que hacer».
Por último, comentaba que no iba a hablar de bancos, crisis y privatizaciones como sus compañeros de la mesa y finalizaba con un toque conspiratorio, haciendo referencia a un «plan» de las élites de poder para llevar a cabo un gobierno mundial.
En fin, más clandestino o menos clandestino, lo cierto es que para echar a andar es necesaria cierta propensión al movimiento. Quien aspire, de verdad, a una democracia real no puede sentarse a esperarla contra reembolso. Esos mensajes que señalan a la indolencia (toda una epidemia) como responsable de nuestros males y nos recuerdan que somos los únicos competentes para remediarlos, quizá tengan un potencial movilizador mayor que aquellos que nos presentan demonios (troikas, corporaciones empresariales malévolas, etc.), cuya única forma de exorcizarlos resulta que vuelve a ser confesarse en una urna cada cuatro años.
Me pregunto si lo único que queda de aquel mayo de 2011 es este señor. Apareció y despareció misteriosamente, como si fuera un fantasma del 15M que vino a visitarnos en su tercer aniversario para recordarnos que hemos vuelto a perder el norte.
—
Eusebio García del Castillo Jerez
El sistema hay que volarlo desde dentro.
En Troya quedó demostrado.
Lo difícil es introducirse.
Pues nada, Segis, confío en que nos construyas un caballito troyano o artificio similar para combatir el sistema desde dentro. Te prometo que no utilizaremos a una Helena como pretexto.
Entonces, ahora, según estas gentes (20, 30 como mucho), la democracia ya no es votar, la democracia auténtica es un “movimiento revolucionario clandestino”. Fascismo puro: la democracia es justo lo contrario que las urnas dictaminan. Y como no me gusta, pues creo un «movimiento revolucionario clandestino, deslegitimo el resultado, el sistema… Es exactamente igual que la oposición en Venezuela; «la razón democrática la tengo yo, que he perdido las elecciones», «la mayoría es imbécil, que se equivoca y vota a su enemigo» «las clases populares tienen que revelarse»; si, se revelan votando a quiénes votan…y no votando a quienes no votan. Pero claro, como las cosas se arreglan con un “movimiento revolucionario clandestino”…
Felizmente estos extremistas antidemocráticos -que no aceptan los resultados de las urnas- son eso, 20, 30 personas, quizá menos. Y, afortunadamente, la gente, la mayoría ciudadana, esa «clase popular», en terminología del siglo XIX, vive en paz, en convivencia, asume los resultados electorales, y si no le gustan pues vota a otros en la siguiente convocatoria (como seguro que va a ocurrir próximamente) y se abstiene de seguir a estos pseudofascistas incapaces de vivir en un sistema que, en contra de su mentalidad, vota en contra de estos totalitarismos. Ojalá y así siga siendo por mucho tiempo.
Sr. Letrado, con tus mayorías apestosas y absolutas nos va de puta pena. Bravo, Blisterr no se puede decir más claro. Hartos de las pantomimas televisadas con los dos partidos corruptos hasta la médula , hartos de tanta oveja modorra votando a los mismos, hartos de que nos digan que la gente sabe lo que vota. La gente es tonta de remate. Punto.
Sr. Letrado, para que las urnas se puedan considerar legítimamente democráticas tienen que darse algunos requisitos.
Uno, tal vez el principal, que los gobiernos salidos de las mayorías de dichas urnas no se dediquen a pisotear los derechos de los ciudadanos, tanto de los que les votan como los que no. Si no se respetan los derechos no hay democracia, digan lo que digan las urnas.
Segundo, el Sistema de votación debe ser justo, imparcial. La LOREG es una aberración antidemocrática que favorece a los partidos mayoritarios y machaca a los emergentes (especialmente a los que aspiran a cambiar las cosas). Incluso niega el derecho a la representación a colectivos como los votantes en blanco (es decir, democracia sí, pero sólo para algunos). Si no hay igualdad de oportunidades, el sistema de elección no es democráticamente legítimo.
Tercero, los ciudadanos deben estar informados equitativamente de todas las opciones, con lo cual la omnipresencia del PPSOE en los medios, y la ausencia de las demás alternativas, está impidiendo esa libertad de información. Y sin eso tampoco hay democracia.
Y cuarto, un país con un Sistema educativo que produce más de un 30% (reconocido oficialmente) de fracaso escolar no puede ser democrático. Es necesario un mínimo de cabeza para gobernar (democracia es gobierno del pueblo), y en nuestro país incluso las cifras oficiales dejan bien claro que hay demasiada gente que no llega a ese mínimo.
Así que, nuestro Régimen político no es democrático. Y no es porque algunos no estemos de acuerdo con lo que hacen los que ganan las elecciones. Es porque no se cumplen los requisitos mínimos que tiene que tener un Régimen político para ser considerado mínimamente democrático.
Así se habla, Gonzalo, con hechos. Lo demás son fastasmadas y mentiras.
«Y, afortunadamente, la gente, la mayoría ciudadana, esa “clase popular”, en terminología del siglo XIX, vive en paz, en convivencia, asume los resultados electorales, y si no le gustan pues vota a otros en la siguiente convocatoria (como seguro que va a ocurrir próximamente) y se abstiene de seguir a estos pseudofascistas incapaces de vivir en un sistema que, en contra de su mentalidad, vota en contra de estos totalitarismos».
Te refieres, por ejemplo a la «clase popular» votantes de Berlusconi, de Francisco Camps, de Fabra, de Botella, de Pepiño Blanco, de Griñán…y seguiría con la lista.
¿Te refieres a gente que usa su «derecho a elegir» para elegir programas que ni siquiera lee y votar, con todo su derecho, de forma borrega, tanto a izquierda como a derecha?
En la teoría está muy bien lo que dices, pero luego en el día a día, no sé si estoy más con ellos que contigo. Y, siempre con respeto a las reglas democráticas. Vaya por delante.
Lo que sí es cierto, es que el 15M se lo ha cargado el PPSOE en un abrir y cerrar de ojos. Aún así, han vencido, pero no han convencido, y eso lo demuestra que NI UN SOLO POLÍTICO DE PPPSOE llega al 5 en las encuestas. Pero, claro, a alguien hay que votar para que el sistema se siga retroalimentando de nuestra sangre ¿No?
Es más, por qué tachamos de locos y nos reímos de estas personas que tratan de buscar lo mejor para todos y no usamos la misma regla de medir para todos aquellos sinvergüenzas que campan por la clase política, nos roban, nos toman el pelo, se quedan con nuestro dinero y, encima, cuando les pillan, nos dicen en diferido que ellos no saben nada del tema y que todo son mentiras. A esos es a los que hay que pedirles cuentas y a esos es a los que la Justicia debería poner en su lugar pero, claro, es más fácil perseguir y tratar de hundir como sea a los que le sacan los colores al sistema.
Llevo unos días al borde del vómito con el TDT party y la que están intentando montar a costa del asesinato de la política del PP a manos de otra militante del PP por motivos estrictamente personales que no tienen nada que ver con ninguna crispación política. Ahora resulta que toda la culpa, según estos fariseos, la tienen estos señores que debaten en sitios públicos sobre las cloacas del sistema y la forma de acabar con ellas. Esos a los que llaman extrema izquierda, radicales, antisistema y de los que yo debo ser parte por cómo me responden en este foro.
Madre de Dios, a ver si se acaba ya la mayoría absoluta del PP y echan a todo ese grupo de ultras de los medios de comunicación. Son ellos los guerracivilistas, los revanchistas, los envenenadores, los que acusan y esconden la mano y lo hacen con el dinero de nuestros impuestos en las radios y televisiones públicas en manos del PP.
El mundo al revés! Y Cañete comiéndoselo todo, hasta la moral de Valenciano…jejeje.
Me ha gustado la idea señalada por Segis del caballo de Troya. Me parece interesante y novedosa. ¿Por qué? Pues porque creo que todas las críticas a las formas de poder desarrolladas en los distintos foros ciudadanos -incluido éste- caducan antes del tiempo que el poder necesita para renovarse. Siempre ha sido así. El poder siempre ha sido más efectivo que sus refutaciones.
Salvo en los inicios de los períodos revolucionarios, los aggiornamentos sucesivos de las clases dominantes -que también se renuevan- se producen desde dentro.
Sin embargo, puede que el caballo de Troya no sea como lo imaginamos. En los dos partidos de poder los cuchillos están desenvainados. Si el Psoe pierde significativamente en las europeas, la lucha será en las primarias. En el PP algo después, en vísperas de las generales, si el problema catalán no lo provoca antes.
Por eso, sí, creo que los movimientos ciudadanos ya están haciendo de caballo de Troya, aunque sin ser conscientes de ello y pudiendo quedarse sin Helena -como dice Carmen-. Pueden estar alentando la renovación de esos partidos, poniendo al desnudo sus contradicciones, forzando que los representantes de esos partidos sean distintos, normales, como los demás, como todo el mundo. La mayoría de los votantes/ciudadanos se calmaría. En cuanto al resto de opciones no las veo por ahora, seguirán siendo minoritarias, pero puedo equivocarme.