Cáritas Diocesana de Ciudad Real cumple este mes 50 años, medio siglo regalando esperanza, apoyo y ayuda efectiva a los más necesitados. Y lo va a celebrar con un gran encuentro este sábado en el que se darán cita unos 500 voluntarios de la institución, y que vendrá acompañado de numerosas actividades entre las que destaca una exposición fotográfica conmemorativa.
Según ha explicado Mª Dolores Olmedo López, responsable de comunicación, el encuentro tendrá lugar en Pabellón Ferial de Ciudad Real. Se iniciará la mañana con una oración y tras los saludos del Director Diocesano y un representante de Cáritas Española, el obispo Antonio Algora ofrecerá una charla a todos los asistentes.
A continuación tendrá lugar una mesa de experiencias con voluntarios, moderada por Javier Ruiz de Onda Cero, con la que se quiere dar una visión global de la vivencia de Cáritas en la diócesis, desde la experiencia de algunos de sus voluntarios.
También se proyectará un vídeo realizado con motivo de este 50 Aniversario, en el que se recogen más de 50 testimonios de voluntarios, sacerdotes, trabajadores y personas acompañadas por Cáritas, mostrando lo que ha sido el trabajo de Cáritas durante estos 50 años.
El día terminará con una comida compartida entre todos los asistentes al encuentro y a las 5 de la tarde celebrarán la Eucaristía en la Catedral de Santa Mª del Prado de Ciudad Real, presidida por obispo.
Respecto a la exposición, estará compuesta por 25 paneles, en la que a través de fotografías, se refleja el trabajo y las acciones más significativas de estos 50 años en cada uno de los once arciprestazgos que componen la diócesis.
Esta exposición, que podrá verse por primera vez este sábado en el Pabellón Ferial, tiene la intención de ser una exposición itinerante que recorra la provincia durante este año y parte del año que viene.
Así, en cada uno de las localidades donde se exponga, se organizarán distintas charlas, conferencias o actividades paralelas que sirvan a dar una mayor difusión del trabajo que Cáritas ha venido desarrollando durante estos 50 años.
Por este motivo el próximo jueves 29 de mayo tendrá lugar en el antiguo Casino de Ciudad Real una conferencia a cargo del vicario Tomás Villar, que lleva por título “Historia de Cáritas en la diócesis. 50 Años construyendo espacios de esperanza”. Esa misma tarde también se podrá ver en el patio del antiguo Casino la exposición.
A partir de este momento la exposición empezará a recorrer la provincia e inicialmente estará expuesta en Calzada de Calatrava del 3 al 8 de Junio, en Bolaños del 9 al 15 de Junio y en las localidades del Arciprestazgo Mancha Oeste del 16 al 30 de Junio.
Construyendo espacios de esperanza
Por su parte, el director de Cáritas Diocesana de Ciudad Real, Fermín Gassol Peco, ha recordado que la institución fue creada el 4 de mayo de 1964, cuando el obispo Juan Hervás y Benet la constituye oficial y canónicamente como organismo diocesano que coordina e impulsa el desarrollo de las Cáritas locales ya existentes y las que surjan después, dando unidad a su acción social, valores y criterios.
Reproducimos en su integridad la intervención de Fermín Gassol en rueda de prensa:
Esta fecha representa pues el culmen de un proceso que se inicia el treinta de setiembre de mil novecientos cuarenta y siete, momento en el que aparece el nombre de Cáritas por vez primera en nuestra Diócesis a la sombra del entonces Secretariado Diocesano de Caridad y Acción Católica.
Desde ese instante y durante estos largos años, las Cáritas locales, la comunidad cristiana de nuestra diócesis ha sabido estar siempre junto a las personas empobrecidas a través del voluntariado como signo profético y solidario, a la vez que ha ido adaptando su forma de compartir y ayudar en concordancia con cada momento histórico que le ha tocado vivir.
Cáritas Diocesana a través de las parroquias siempre ha ejercido el ministerio de la Caridad en sus dos aspectos fundamentales, asistencial y promocional. Ya en los “años cincuenta” se da cuenta de múltiples ayudas a colectivos afectados por la pobreza y exclusión. Alimentos, asistencia sanitaria, ropa, atención a transeúntes y emigrantes, construcción de viviendas sociales…son la muestra de que ya en esos años Cáritas se preocupaba por el desarrollo integral de las personas más desfavorecidas de la sociedad.
Hoy nos encontramos con una hermosa realidad. Sesenta y cuatro Cáritas Parroquiales y once Cáritas Interparroquiales implantadas en los arciprestazgos de la Diócesis, conforman setenta y cinco comunidades eclesiales, que junto a cinco Centros de Acogida llevan a cabo esta labor por medio de mil doscientos voluntarios y setenta liberados que entregan su tiempo, su persona, sus capacidades, su ilusión y su Fe a la causa más noble y trascendente del ser humano.
Cincuenta años en la vida de una persona es mucho tiempo…es gran parte de la vida. Medio siglo en la vida de la Iglesia, humanamente hablando es mucho tiempo también, aunque ya sabemos que para Dios son solo un rato. De ahí que estas cinco décadas sean un punto y seguido. Cáritas no puede quedarse en un Emaús en el significado hebreo de “primavera templada”, sino en el sentido evangélico de seguir reconociendo a Jesucristo en aquel empobrecido con el que nos encontramos cada día en el camino y acompañarlo hasta el final.
Porque aunque nos encontremos en plena y calurosa primavera, en la calle siempre hace frío, mucho frío, ese frío que conllevan la soledad y la exclusión social y que sienten muchos hermanos en unos momentos de fuerte crisis de bienes y valores materiales y espirituales. Una crisis muy grave causada fundamentalmente por el empecinamiento social de considerar al ser humano pura mercancía, un mero sujeto económico…una pueril filosofía tras la que una inmensa mayoría de personas camina intentando encontrar de manera errónea y peligrosa la auténtica y total dimensión de su dignidad como ser humano.
Por esta razón el lema escogido para la conmemoración es: “Cáritas Diocesana de Ciudad Real. 50 años construyendo espacios de Esperanza”. La Esperanza que durante todos estos años pudimos y supimos trasmitir y como apertura confiada y exigente hacia ese expectante futuro que nos espera.
Gracias a todas las personas voluntarias que con sus aportaciones hicieron y hoy hacen posible esta hermosa realidad que no es otra que llevar los bienes materiales y los valores evangélicos a nuestros hermanos más pequeños; el primero y principal, recordarles su dignidad de hijos de Dios con todo lo que este largo trayecto contiene y significa; por haber podido llevar y compartir durante todos estos años el amor de Dios con aquellos que más han necesitado de una caricia en forma de pan, consejo, ayuda sanitaria, promocional y espiritual; en definitiva haciendo realidad y vida lo que nos dice Mateo en su capítulo veinticinco.