Al Aeropuerto de Ciudad Real no hay quien le quiera, salvo el mundo del cine y la publicidad. Los administradores concursales siguen cobrando sus millonarios honorarios sin que, al parecer, ninguna sociedad se interese por la infraestructura, a subasta aún por 90 millones de euros como precio de salida. Hasta la fecha, al malogrado Aeropuerto sólo se le han sacado rendimiento las productoras de cine y las agencias de publicidad.
El último ejemplo ha sido el rodaje de la saga Torrente y la grabación de un anuncio de chocolates de la marca inglesa Cadbury. Hace una semanas que fue estrenado en el Reino Unido el curioso anuncio protagonizado por un bailarín que no para de hacer zapatetas en un alocado recorrido por unas instalaciones que, dicho sea de paso, han sufrido en el spot una «anglosajonización». Eso sí, algunos figurantes eran de Ciudad Real…