Después de arduas negociaciones entre el Ayuntamiento y la empresa propietaria del inmueble, esta semana han comenzado los trabajos de desmantelamiento y demolición del edificio del antiguo Hostal Altozano, situado junto a la N-430 en la salida de Manzanares hacia Membrilla. Abandonado desde hace más de veinte años, se había convertido en un foco insalubre ocupado en campañas agrícolas por inmigrantes cuya integridad corría serio riesgo.
El antiguo Hostal Altozano será demolido la próxima semana una vez que la empresa encargada de la obra realice los trabajos de retirada de su cubierta, que por contener amianto debe seguir un exigente protocolo de seguridad. Por ello, el personal encargado de estas tareas no puede superar cuatro horas de trabajo diario y debe someterse a un proceso de limpieza de la ropa en unas cabinas especiales instaladas al efecto a pie de obra, que está vallada con carteles que advierten de este peligro.
Así lo explicó el concejal de Obras y Urbanismo del Ayuntamiento de Manzanares, Alfonso Mazarro, que expresó su satisfacción al culminar felizmente un largo periodo de negociaciones iniciado desde el Consistorio con los sucesivos propietarios del inmueble al objeto de poner fin al peligro que representaba el mismo, convertido además en un foco de insalubridad. El edificio pasó finalmente a ser propiedad de “Building Center”, empresa inmobiliaria perteneciente a Caixabank, con la que el equipo de gobierno municipal alcanzó el acuerdo y que se hace cargo de la demolición completa.
Mazarro recordó que este inmueble estaba en una situación lamentable desde hace muchos años. Con la llegada del verano y de las campañas agrícolas servía de cobijo a inmigrantes, con grave riesgo para su integridad física, por el estado del edificio, y para su salud, por los residuos que acumulaba. Aunque se tapiaron sus puertas y ventanas, éstas volvían a abrirse por quienes se resguardaban en las ruinas de lo que hace décadas fue un hostal muy transitado.
La demolición del Altozano ha requerido además de un proceso complicado, ya que el oportuno proyecto ha necesitado, además de la autorización municipal, otra de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha debido al estricto protocolo de seguridad que exige la retirada de las cubiertas de fibrocemento (Uralita) por contener amianto, un mineral muy peligroso para el sistema respiratorio. Mazarro agradeció por ello a la Junta que haya agilizado este proceso.
Una vez que el día 4 de mayo concluya la retirada de la cubierta, comenzará el trabajo de la maquinaria encargada de hacer la demolición y de reducir a escombros la estructura del edificio. Quedará así limpia esta parcela situada a la entrada a Manzanares en la N-430, una carretera de mucho tránsito, por lo que quienes transiten por ella ya no se llevarán esa primera imagen de la ciudad.
