Dentro del Programa Platea del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), en el que se ha incluido al Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, el próximo 8 de mayo tendrá lugar la representación de “El Lazarillo de Tormes”, a cargo de Rafael Álvarez ‘El Brujo’, en la versión que Fernando Fernán Gómez realizó de la obra en 1990.
Para promocionar la representación y animar al público a asistir, la presidenta del Patronato Municipal de Cultura, María Jesús Pelayo, viajaba a Madrid para mantener un encuentro con el actor y productor en el Teatro Alcázar, donde cada lunes tiene lugar la representación de esta misma obra. Allí destacó la importancia del espectáculo que vendrá a la localidad el día 8 de mayo, que pondrá en escena “una obra clásica, que por muchos años que tenga siempre está de actualidad”.
Pelayo, que alabó la trayectoria de ‘El Brujo’ y la personalidad de sus montajes escénicos, aseguró que la venta de entradas en la taquilla del Teatro Municipal va muy bien y animó especialmente a los jóvenes a acudir como una forma de enriquecimiento personal y cultural de primer nivel. “Con obras como ésta, tenemos una oportunidad única de disfrutar de todo lo que nos puede ofrecer el teatro”, comentó.
Por su parte, Rafael Álvarez ‘El Brujo’ explicaba que la versión que Fernán Gómez realizó del “Lazarillo” tiene ya 25 años, ha pasado por todo el mundo y, sin embargo, no deja de representarse e incluso desde muchos sitios siguen pidiéndola, como es el caso precisamente del Programa Platea, que seleccionó expresamente este montaje. Es una versión que “se basa en el conocimiento de Fernán Gómez de la novela picaresca y de la literatura del Siglo de Oro”.
Para ‘El Brujo’, hay una conjunción de factores que explican el éxito de este montaje, como es el humor que contiene, el hecho de ser un texto clásico “muy español” y el tema de la picaresca, “muy sugerente, sobre todo en los tiempos que corren, con una serie de lecturas que nos trasladan a episodios contemporáneos del ‘yo a lo mío’ y actitudes así tan actuales”.
Analizando los personajes, el actor señalaba que la verdadera picaresca no se da en el Lazarillo, que “tiene una necesidad extrema de sobrevivir”, sino en quienes le rodean, que no lo están pasando realmente mal, como el ciego o el clérigo. El resultado es “un ambiente de corrupción moral y depresión porque, en el fondo, la picaresca nos lleva a un efecto desmoralizador en el que parece que el que no mete la mano es tonto”. La cura para ese sentimiento es el humor, que salpica toda la obra, incluso aderezando el montaje con referencias a la actualidad. “La obra de ‘El Lazarillo de Tormes’ es una obra actual por el tema que trata, pero además hago diferentes incisos que tienen que ver con sucesos de actualidad, y ahí es donde la gente se parte el pecho”.
Rafael Álvarez ‘El Brujo’ se ha caracterizado por montajes teatrales en los que él es el único protagonista sobre el escenario, un tipo de trabajo que, según explicaba, viene de la tradición europea del teatro medieval y los juglares, y que más recientemente tiene como uno de los grandes exponentes al italiano Dario Fo. Son montajes en lo que ‘El Brujo’ escoge los textos, los adapta, los dirige y los interpreta. La responsabilidad, por tanto, es máxima porque, para lo bueno y para lo malo, el resultado final que ve el público depende exclusivamente de él.
Hace algunos años ‘El Brujo’ ya estuvo en Alcázar de San Juan, en la Cantera de los Molinos, donde representó su montaje “Los misterios del Quijote”, algo que recuerda como una gran experiencia porque vino a hablar del Quijote en pleno centro de La Mancha, a los pies de los molinos de viento y en medio de una reunión del Instituto Cervantes, llena de experimentados cervantistas. Pero también guarda un buen recuerdo de la gran cantidad de público popular que fue a verle y que le transmitió muy buenas sensaciones durante la representación.
Eso mismo, la respuesta del público, es una de las cosas que más satisfacciones le dan a ‘El Brujo’. Un público al que pone en pie en cada función. “Trato de movilizar la energía al máximo en el teatro con ingredientes como el humor, el texto o la poesía; lo que pretendo es que siempre recuerden aquel día que fueron al teatro a ver, por ejemplo, ‘El Lazarillo’, como algo único y especial”.
Sobre las actividades orientadas al fomento del teatro entre los ciudadanos, ‘El Brujo’ tiene muy claro que no se trata de una actividad que uno deba hacer obligado, sino que “tiene que surgir de una necesidad espontánea, real”, sobre todo en un país como España, con una tradición teatral que nos ha dejado edificios de la importancia del Teatro Romano de Mérida o el Corral de Comedias de Almagro. “En toda Europa no hay una tradición teatral como la nuestra, con nombres del Siglo de Oro como Lope, Calderón, Tirso… En Inglaterra tienen a Shakespeare, pero la conjunción de nombres que en el mismo momento desarrollaron el teatro en España no se da en ningún otro sitio”.
En este contexto, lamenta que haya que promover campañas para animar a la gente a ir al teatro y no para ir al fútbol. “Dice mucho de la sociedad en que vivimos, por no hablar del IVA cultural, que es del 21 por ciento, mientras que el IVA del fútbol, donde hay una gran especulación financiera, grandes fichajes y contratos millonarios, es del 10 por ciento. La gente de la cultura le estamos pagando, con ese diferencial, el IVA al fútbol”, concluyó.