Los que empezamos escribiendo un blog hace más de diez años contábamos con miles de lectores y, por lo novedoso y sofisticado del invento, cuanto escribíamos lo tomaban tan en serio como un periódico; parece que fue ayer cuando publiqué el primer posteo sobre mi visita a una cárcel estadounidense, mas los años transcurridos no pasan tecnológicamente en balde y así, con la sencillez de las nuevas plataformas, se extendió su uso y nos alcanzó el blogoboom con la consiguiente disminución de lectores que se repartieron entre miles de nuevos blogueros.
Sin embargo, de dos años a esta parte, ya nadie presta atención a los blogs ni a los periódicos —ni, obviamente, a los libros— sino que las gentes hodiernas se limitan a leer tweetbooks, facetweets y, como siempre, el Marca. Pero lo peor es que con la zigzagueante práctica lectora se ha recableado el cerebro para que los lectores ya no entiendan siquiera dichas brevilocuencias sino que se limiten a surfear; los nuevos lectores son surfistas con prisas que hacen equilibrios en la tabla de cada tweet pensando siempre en la siguiente ola.
Según los contadores de visitas, a MiCiudadReal acuden miles de surfistas que mayoritariamente —creo— acceden desde las redes sociales (no porque lean el periódico per se). Para mayor asombro, según los científicos sociales, “de cada diez surfistas que empiezan a leer un artículo solo tres lo terminan” independientemente, sospecho, de la calidad del texto sino impelidos por el nuevo cableado cerebral que entorpece lac oncentración.
De esos tres lectores que hacen una lectura primaria (comprenden el significado de las palabras) quizá solo uno tenga la paciencia suficiente como para tratar de hacer una lectura de segundo nivel (que comprenda el significado contextualmente) y alguien alcanzará, de vez en cuando, el tercero al ser capaz de asimilar lo que lee. Este último —el lector aristócrata— es el que merece la pena; para él escribimos, por él nos esforzamos para expresar en palabras aquello que resulta difícil de esculpir en el resistente mármol del lenguaje. Él es quien da sentido al acto de escritura. Todo lo demás es cotilleo o mero entretenimiento.
Nos surfean mucho y nos leen poco porque la mayor densidad de lectores aristocráticos se encuentra en el mundo del papel. De ello se deduce que si MiCiudadReal desea ser leía y no surfeada debería acudir a la imprenta para publicar un número mensual con sus mejores contenidos digitales. ¡Ea!
(Artículo dedicado a dos lectores aristocráticos: Blisterr y Juan Vigil).
La antorcha de Diógenes
Rafael Robles
http://www.rafaelrobles.com
@RafaelRob
Jajaja, No jorobes. Eso a Juan Vigil que escribe de manera aristocrática y es lector aristocrático. Además, aunque pensemos de forma diferente, creo que merece la pena leerle y, de paso, aprender a escribir con corrección, algo en que coincido con él, a pesar de algún gambazo que se me escapa…
Yo me conformo con leeros y disfrutar en los ratitos libres, casi más surfeando que leyendo.
Entre Romera, Navas, Rivero, Gassol, Monro y Eusebio y tú este medio podría ser perfectamente un buen periódico en papel. A ver si le hacen precio los de Lanza a Eusebio por la Gazette que han jubilado.
Ahora ya en serio. Se acercan fechas clave para nuestro futuro y, por ello es necesario que todos los que escribís por aquí hagáis hervir las conciencias, para que la gente pueda leer y no surfear sobre todo lo que nos está pasando y, que no es otra cosa que la irresponsabilidad del voto en los últimos casi treinta años de democracia.
Ahí dejo el reto. Yo seguiré opinando y recibiento insultos por ello. Es lo que tiene que haya gente pa tó.
Abandonaré a García Márquez y Vargas LLosa desde este mismo instante,¿ quién desea leer a unos mindundis juntapalabras, teniendo a dos premios Cervantes de la enjundia del maligno Juan Vigil y del ubicuo Blisterr al alcance de un clic? Temblad escritores exitosos, Juan y Blisterr han llegado para quedarse y reventarán las listas de ventas. Al tiempo.
Quieres una Rosa Luis? JAJAJA. Y así celebramos San Jorge.
Es que en mi ubicua ubicuidad he visto lo bonito de tu comentario. Pero, cuidado, ya sabes cómo son las rosas…
Y no, no abandones a Gabo, si acaso a Vargas Llosa. O, mejor, si hablamos solo de literatura, a ninguno de los dos.
En fin, que tengas buen día y te hayas quedado a gusto con el comentario.