Es cierto que hay un club no regulado, una categoría de automovilistas que pertenecen o creen pertenecer a otro escalón superior al resto por el hecho de poseer uno de los magníficos Mercedes, da igual el modelo o la versión, aunque en ese aspecto también existan clubes de club; algo así ocurre en la recién renovada F-1, se pertenece al club Mercedes (con sus beneficios en las dos carreras disputadas) y, dentro de ello, al elitista club de la casa matriz y, entonces, se dominan todos los registros de un campeonato que está en ciernes, pero que amenaza con el monopolio de la estrella de tres puntas.
El equipo oficial
Escindidos a mitad de la década de McLaren de la que se llevaron a varios técnicos y ejecutivos, los de Mercedes AMG pusieron en marcha una estructura que, primero, captó la atención de los medios con el retorno a las pistas de Michael Schumacher y, luego, generó la suficiente expectación como para fichar al director deportivo de moda, Toto Wolf, esposo de la pizpireta Susie (antes Stoddart) tercer piloto del equipo Williams, desde hace un par de años.
Con la nueva F-1 en el horizonte, la escudería puso sus ojos en los nuevos motores turbo (perdón, unidades de potencia, o de energía) y prefirió mandar al garete la temporada 2013, a pesar de varias victorias, para preparar una planta motriz digna de la marca que representa. Así las cosas, y después de ver el apabullante dominio de los test de pretemporada, Mercedes ha saldado las dos primeras carreras del año con un pleno que podría haber sido al quince de no haber concurrido el abandono de Hamilton en Australia.
Las dos victorias (Rosberg-Hamilton), las dos poles (Hamilton) y las dos vueltas rápidas (Rosberg-Hamilton), adornado todo ello con la “Gran Chelem” (pole, victoria, vuelta rápida y carrera liderada al 100%) para Lewis Hamilton (primera que consigue en su carrera) confirman un liderato monumental en la general de pilotos, donde el hijo de Keke precede al de Anthony y en Constructores, gracias al doblete malayo que, si nadie lo remedia, puede repetirse en Bahrein, dentro de seis días.
El club de los clientes
Poseedores, en sus cuartos traseros, de unidades motrices de Mercedes, los equipos-cliente se han beneficiado como el oficial de las bondades de tamaña joya mecánica. Así, McLaren, que reptó el pasado año por las parrillas y carreras ha encontrado una rejuvenecida motivación para que Button siga arañando buenos puntos y el joven debutante Magnussen sorprenda a propios y extraños con sus registros.
La cuarta y quinta plaza de pilotos para el inglés y el danés, respectivamente, y la segunda en Constructores gracias a que ambos han puntuado en las pruebas celebradas, dan la razón a un Ron Dennis que regresó de la pre-jubilación para poner prietas a las filas de Woking. Sexto en el Mundial y muy activo en las plazas quinta y sexta de cada carrera, donde ha tenido que vérselas con el decepcionante Ferrari de Alonso, Nico Hülkenberg ha llevado a su Force India a pelearse con los Williams (el otro cliente de Mercedes) por las posiciones de los puntos en la zona media, efecto que no ha sido mejorado ni se traduce en la general de Constructores por el fiasco de Sergio Pérez que todavía no ha destapado el tarro de las esencias que él dice que tiene, pero que los demás van poniendo cada vez más en duda.
En el equipo de Martini, donde todo podían ser alegrías, por el esperanzador rendimiento del coche, la presencia del “tocapelotas” de Felipe Massa enturbia el “buen rollito” que pretende ofrecer un muy capaz Valtteri Bottas que, tras Hülkenberg en la general, va a más en cada carrera. Ayer en Malasia, el brasileño ya recibió por radio la frase que nadie quiere escuchar “Valtteri is faster than you” que en cristiano viene a decir “apártate que te pase tu compi”, sugerencia a la que Felipe hizo el mismo caso que oír llover. Aún así, el equipo de Frank y Patrick, liderado ahora por la hija del primero, Claire, flota en la cuarta plaza del Mundial con veinte puntos, diez menos que Ferrari y uno más que su competidora natural, Force India, con lo que se certifica que de los primeros diez pilotos de la clasificación, siete conducen chasis propulsados por Mercedes, mientras que de las cinco primeras marcas en la división de Constructores, las cuatro de Mercedes emparedan a Ferrari que sólo puede ser tercera.
¿Y los otros?
Los que no van motorizados por Mercedes han iniciado un discreto calvario en donde, por el momento, no cunde el pánico sabedores que la temporada es larga y que, llegados a Europa, el Mundial podrá contemplar otros escenarios. Lo que pasa es que eso decían todos cuando el dominio de Brawn en 2009 era tan arrollador y luego ni en Europa ni en América ni en el retorno a Asia.
Los campeones en título, que lo son durante toda esta década, han conocido agradablemente el sabor del podio gracias al tetracampeón, pero por el contrario, la descalificación y pifia malaya de Ricciardo ponen otra vez en el disparadero a Red Bull y traen los fantasmas del “efecto Webber” a nuestras memorias. Desde Milton Keynes han dado un buen repaso al coche que parece volver por sus fueros y que, de momento, es el único tibio enemigo para Mercedes-AMG, todo ello porque Ferrari sigue autocomplacida en la visión de sus mitos y leyendas: se marcan una sesión de contemplación del “cavallino rampante”, se motivan con frases como “estamos todos en esto” y transitan por los cuartos puestos de las dos carreras gracias a los fallos de quienes les preceden, curiosamente Ricciardo en ambos casos. Todos dicen tener claro qué le pasa al F14T y todos, incluso los recién llegados como Allison, nos remiten “a las mejoras preparadas para las próximas carreras”, mientras que un Alonso combativo como siempre llaga a casi un minuto del líder y sólo se consuela marcando el segundo o tercer tiempo en las vueltas rápidas; es decir más de lo mismo.
Juanma Núñez
A41- Todo Motor