Primavera en Ciudad Real, hacia 1939 (1)

José Rivero“…La de esos hombres que han caído embravecidos en la batalla, luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora abrigados en la tierra materna ya no tiene odio, ya no tienen rencor, y nos envían con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad y Perdón”. Discurso de Manuel Azaña, en el Ayuntamiento de Barcelona, el 18 de julio de 1938.

A los 75 años de la caída para unos, o de la liberación para otros.

La Guerra Civil, había comenzado, en Ciudad Real, con un tiroteo difuso y con movimientos trenzados y titubeantes de partidarios y opositores a la sublevación africana. Y con desplazamientos de partidarios y opositores al Frente Popular, que se movían igualmente a impulsos ciegos, entre los centros neurálgicos del Frente Popular y del Poder Republicano; acabó con otra balacera entre contendientes del mismo bando ‘frentista’.

Y así tuvo lugar una batalla impropia, el 11 de marzo de 1939, al tomar por asalto el Palacio Episcopal de la calle de Caballeros, conocido ya entonces, como ‘Palacio Rojo’ y paredaño con el Casino levantado en 1886 por un grupo de patricios locales y propietarios conservadores, que aceptaron con buenos ojos la coexistencia del Círculo Recreativo, junto al aroma a incienso de la casa del Obispo, frontera al enclave ahumado de conservadurismo rural. La sede de esos sueños de señores y propietarios, fue convertida desde 1936 en estancia empolvada como Cuartel de Milicias primero; sede de Izquierda Republicana después, hasta su traslado a la calle Castelar al Palacio de los Medrano; y desde finales de 1938, sede provincial del Cuartel General del Ejército de Extremadura, coincidiendo con el nombramiento como responsable del Ejército del General Escobar, el 23 de octubre de 1938.

primavera-del-39-01  Un Ejército visible en la ciudad, que ahora se llamaba ‘Ciudad Leal’, en el último tramo temporal de la guerra, a través de los varios Hospitales de Campaña y Hospitales de Sangre, ubicados en edificios incautados durante la guerra y destinados al uso que demanda la guerra. Un Ejército de Extremadura presente también, a través de sus instalaciones complementarias, como las dos Bases Aéreas del 5º Cuerpo de Aviación, con bombarderos rusos Tupolev SB 2 ‘Katiuskas’, en los aeródromos terrizos y apelmazados de la carretera de Piedrabuena y en la carretera de Toledo, el otro. El Ejercito de Extremadura, bajo el que se adscribió a la provincia de Ciudad Real, el 27 de enero de 1938 por resolución expresa de la Sección de Operaciones del Ministerio de Guerra, con la finalidad de reordenar recursos humanos en la retaguardia, que estuvo acantonado en Almadén desde diciembre de 1937, contando con diversas bases operativas, en distintas cabeceras provinciales, tales como Daimiel, Piedrabuena y Manzanares

El Palacio Episcopal, sede vacante del obispo Estenaga, desde su asesinato en agosto de 1936 en el Bao del Piélago, fue incautado en ese mismo 1936, y adoptado como sede del Partido Comunista de España,  y  fue sitiado en ese momento final, por parte del Ejército Popular de la República, como consecuencia del Golpe del general  Casado. La crisis final de la guerra estuvo presidida, como un reflejo exacto de lo que ocurría en Madrid, por el conflicto del Golpe de Estado, que se inició el 5 de marzo de 1939 y que fue encabezado por el general Segismundo Casado, jefe del Ejército del Centro. Aunque él mismo  Casado, cita en su texto ‘Así cayo Madrid’, que el día 2, de regreso de Yuste y Valencia, “con el acuerdo tomado en firme de no demorar el acto de fuerza contra el Gobierno de Negrín”. primavera-del-39-02Propósito que acelera la reorganización de la cúpula militar, que pasaría, a juicio de Casado, a manos del Partido Comunista. Pronunciamiento que fue apoyado por las fuerzas políticas de la zona republicana que abogaban por poner fin a la guerra civil, al considerarla ya completamente perdida y para ello se conformó  el Consejo Nacional de Defensa. Entre las fuerzas partidarias de Casado, se encontraban los socialistas ‘antinegrinistas’ encabezados en Madrid por Julián Besteiro, que fue quien dirigió el discurso radiofónico final  la noche del día 5; los anarquistas y los republicanos de izquierda. La declaración del Consejo ‘casadista’, dio lugar a la reacción de fuerzas militares afines al PCE en toda la zona controlada por la República; por lo que el recuento de Casado era que “Contábamos con la lealtad del general Matallana, Jefe del Grupo de Ejércitos, y de los generales Menéndez y Escobar, Jefe de los Ejércitos de Levante y Extremadura, respectivamente”. En éste último Ejército, “sólo eran comunistas las Divisiones de Reserva”.primavera-del-39-03

Días atrás, concretamente el 27 de febrero, Azaña en carta dirigida al Presidente de las Cortes Martínez Barrio, presentaba su dimisión como Presidente de la República. El vacío de poder que se originaba, fue aprovechado por Casado, partidario de liquidar la Guerra y de pactar ciertas condiciones de rendición ante Franco. La reacción de los comunistas al Consejo Nacional de Defensa creado por Casado, con apoyo de socialistas y cenetistas, tuvo también en Ciudad Real, su versión y su enfrentamiento. Los primeros, se hicieron fuertes en su sede del antiguo Palacio Episcopal, donde resistieron los ataques que desde varios lugares de la ciudad les dirigían los ‘casadistas’. Llegándose a emplear, en la operación fusilería convencional, cuerpos de ametralladoras rusas ‘Maxim’, incluso 2 carros de combate. El 11 de marzo el palacio fue asaltado por carros de combate, con el resultado de varias bajas y detenciones. El gobernador civil, David Antona, militante de CNT, cortó por lo sano la resistencia comunista, siguiendo instrucciones de Wenceslao Carrillo, responsable de Gobernación del Consejo Nacional de Defensa; y al que su hijo Santiago dirigiera duras palabras. “Cada día es mayor mi amor a la Unión Soviética y al gran Stalin, a los que vosotros odiáis y calumniáis precisamente porque han ayudado a España de una manera constante a través de toda nuestra lucha… No, Wenceslao Carrillo, entre tú y yo no puede haber relaciones, porque ya no tenemos nada en común, y yo me esforzaré toda mi vida, con la fidelidad a mi Partido, a mi clase y a la causa del socialismo, en demostrar que entre tú y yo, a pesar de llevar el mismo apellido, no hay nada en común”. Superada la resistencia de los comunistas frente a los partidarios del general Casado, la situación en Ciudad Real estaba prácticamente liquidada.

En el Ejército de Extremadura, ante el avance del enemigo, se replegaron sin combatir y quedaron rotos los lazos orgánicos. El enemigo había llegado por el Norte a Mora de Toledo y por el Sur hasta Almadén…En vista de la situación di orden de que el Cuartel General del Ejercito de Extremadura se instalase en Ciudad Real, tratando de reagrupar su fuerzas, para constituir un nuevo frente, pero sin orden de resistencia”. Tras tomar el control de Ciudad Real, el 26 de marzo el General Antonio Escobar Huertas, jefe del Ejército de Extremadura, practica la rendición al General Juan Yagüe, Jefe de la Legión en las cercanías del camino de Sancho Rey, a las afueras de Ciudad Real, según algunas versiones no muy precisas. Una victoria y una rendición como la que se desprende ya, de la conversación telefónica sostenida por el general Escobar y el coronel Yagüe, el 26 de marzo de 1939, con la finalidad de practicar y negociar la rendición del Ejército de Extremadura.  Una rendición ¿telefónica o presencial en los bajíos de Sancho Rey? Esas son las dudas de las versiones.

El 26 de marzo de 1939 entregué mi ejército al general Yagüe. Procuré realizarlo ordenadamente. En nuestra retirada desde Almadén hasta Ciudad Real recogimos lo más notable del patrimonio artístico de la región y lo depositamos, contra recibo, en el Banco de España de esa capital. Hasta el último momento mantuve apretada guardia en torno a las minas de Almadén, por persistir la amenaza de su voladura. También procuré inventariar el armamento, los elementos de transporte y el material pesado…Hecho lo cual,  y  cumpliendo las instrucciones de la Junta de Defensa, que por ausencia del general  Miaja, presidía don Julián Besteiro,…mi capitán ayudante, se puso en comunicación telefónica con el cuartel general de Yagüe para formalizar la rendición”.primavera-del-39-04

Un Yagüe, que según cuenta José Luis Leizaola en su novela  ‘La guerra del general Escobar’, le propone a Escobar una escapatoria rara y consentida, hacia Portugal. Una suerte de Yagüe magnánimo y extraño pese a todo.

Un Yagüe que llevaba/

gafas  y el correaje negro sobre la camisa blanca./

Y botas altas de montar”,

Un  Yagüe que conversa con Escobar sobre el destino que a este se le abre desde la frontera próxima, y se lo brinda y ofrece con largueza insólita. Como el destino incierto de tantos otros perdedores y derrotados, que buscan las fronteras como únicas salidas y escapes. Aunque todo eso que se sabe y se conoce, Yagüe lo calle. Porque a esas alturas y aún antes, según señala Payne, “Yagüe empezaba a estar cansado de la guerra y de los manejos políticos del Cuartel General”; un Yagüe al que le repugna la crueldad sistemática y las represalias premeditadas, aunque haya tardado tanto en advertirlo y no recuerde sus fanfarronadas extremeñas y sus regueros de sangre.

– “Fui emplazado el mencionado día 26 y me extrañó que el lugar señalado  fuera campo abierto. Acudí acompañado sólo por el capitán Massips, y al volante el sargento Bermúdez…El general Yagüe me esperaba apoyado contra un coche”.

– “Gracias general, pero no me voy a ir”.

“¿Por qué?”.

“No veo ningún motivo”.

– “¿Le parece poco motivo haber perdido una guerra?”.

– “Las guerras hay que saber perderlas”.

– “Y ¿quién le garantiza a usted que nosotros sepamos ganarla?”.

Periferia sentimental
José Rivero

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3 COMENTARIOS

  1. Interesante. En Madrid al fin de la gran guerra civil le precedió una miniguerra, pero esta vez los tiros tenían el mismo cuño.

    • El mismo cuño es mucho decir…Casado dió un golpe de estado junto a los anarquistas, atacó, mató y metió en la carcel a muchos comunistas, poniendoselos en bandeja de plata a los franquistas creyendo que Franco se lo iba a pagar…pero las 30 monedas de plata no le llegaron porque Franco exigió una rendición sin condiciones….sufriendo los socialistas igual represión que los comunistas…eso si, Casado pudo escapar por Valencia en un barco inglés…dejando a muchisimos compatriotas en la peninsula en los puertos de Alicante y Valencia.

  2. Genial texto y comentario de Imogen para que la izquierda institucional aprenda. Que no aprenden. Y así los progresistas no vamos a ningún sitio.

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