Javier Fernández-Bravo del Prado.- Magnífica acogida la obtenida por la Jornada de Defensa Personal Femenina que, en su cuarta edición, se desarrolló durante la mañana del sábado 22 de marzo en las instalaciones del Club Shotokan de Ciudad Real. El interés suscitado por esta actividad ha sido tal que dos semanas antes de la celebración del cursillo ya se había alcanzado el cupo máximo de asistentes al mismo, un total de veintidós mujeres, en la mayoría de los casos sin ningún conocimiento previo de artes marciales.
Las participantes ocuparon el tatami para conocer estrategias de carácter preventivo ante posible agresiones y practicar distintas posibilidades de resolución de las mismas bajo la dirección y tutela de Juan José Espadas, maestro-entrenador nacional de karate y nihon tai-jitsu y experto en defensa personal.
Como es habitual en el profesor del Club Shotokan, Espadas comenzó por recordar a las asistentes que el mejor método para la resolución de conflictos se basa en la prevención y el diálogo y que la respuesta física debe ser sólo el recurso que se pone en marcha cuando han fallado las otras alternativas. Después, enfatizó que cuando se trata del colectivo femenino, la defensa personal debe afrontarse desde una perspectiva diferencial y contextualizada que aborde las situaciones más comunes en las que la mujer es víctima de agresiones y plantee propuestas coherentes con los escenarios en los que se producen estas acometidas, el perfil de los presuntos atacantes y la inferioridad física que por lo general presenta la mujer frente a su agresor. Desde esta premisas, y tomando como base principal los fundamentos del nihon tai Jitsu, aunque con la necesaria adecuación al propósito de la actividad, el ponente se brindó a facilitar a las cursillistas el conocimiento de algunos recursos técnicos elementales para repeler una agresión: desarrollo de un estado emocional de autoprotección y seguridad coherente con la realidad de cada persona, mantenimiento de una actitud defensiva adecuada al contexto, uso racional de las armas naturales del cuerpo para defender y contraatacar sobre puntos vulnerables de la anatomía humana.
A lo largo de tres intensas y amenas horas de práctica, las asistentes fueron ejercitándose en la resolución de situaciones mediante el empleo de técnicas muy sencillas pero de gran eficacia y que, sin requerir de cualidades físicas especiales, se pueden generalizar y aplicar en diferentes casos, huyendo de objetivos utópicos y apartados de las posibilidades reales de mujer común.
Una actividad que resultó muy satisfactoria a juicio de las participantes y que hace plantearse a los responsables del Shotokan la organización de una nueva jornada antes de que finalice el año.
