Fermín Gassol Peco.- El zorro es un animal que ha sido protagonista de muchas historias. Desde películas con presupuestos muy distintos hasta cuentos infantiles con su moraleja y todo, en donde su astucia casi siempre lo hacía salvarse de cualquier situación de peligro, o lograr lo que pretendía. El zorro es el prototipo de la sagacidad. Y en esta historia, que historia reciente ha sido, también.
En algunos rincones de la tierra está muy arraigada la caza de este animal, a veces para salvaguardar a los animales de granja de su devoro, pero en otros sitios como puro deporte de caza sin más. Y claro, el zorro esta última modalidad “no la soporta” así como así; en el primer caso el zorro acepta la lucha porque es una guerra, pero en el segundo, eso de tirarle por tirar, es algo que atañe a su dignidad.
Aquí, en nuestro país su caza sigue estando permitida y bien que lo sentimos los agricultores que vemos como los conejos se apoderan de las tiernas siembras. Pero bueno, eso es otro tema.
En el siguiente caso la venganza de este zorro es consecuencia de su astucia pero también de la majadería del cazador. Dicen los teletipos de hace unas fechas que un cazador de zorros fue “cazado” por un tiro del animal al que pretendía cazar en tierras rumanas. Algo así como un alguacil, “alguacilado”. Al leer el título de la noticia, uno se queda algo perplejo; que los zorros vayan armados de escopetas es algo muy novedoso aunque tal y como están los tiempos puede ser que los animalitos hayan querido pasar a la acción cansados de tanto ataque, o bien que alguna asociación protectora de su pervivencia los haya aleccionado y dado la idea. El caso es que ni el zorro llevaba armas, ni pertenecía a ningún colectivo ecologista, simplemente que aprovechó la torpeza del cazador para atizarle en sus posaderas.
La escena bien pudo suceder de esta manera, El cazador, al pegarle un tiro al animal, quizá lo dejara herido, no teniendo después mejor idea que ir a rematarlo como hacen los monteros con el jabalí, pero de una manera chapucera; el cazador, al carecer, se supone, de más cartuchos o por eso de ahorrar, que estamos en una crisis muy malita, intentó, ya digo, rematarlo con la culata de su rifle y es en ese momento cuando la raposa utilizó su astucia. Metió su patita en el gatillo y el mismo cazador hizo el resto. El culo como un colador.
No sabemos el final de la historia, pero es de suponer que el zorro saliese corriendo y el cazador también hasta llegar al hospital más cercano, eso sí, sin poder utilizar el coche, que no estaba la cosa como para sentarse precisamente…A lo mejor y para colmo de cachondeo fuera el mismo zorro quien se ofreció a llevarlo, porque si un zorro sabe disparar, ¿no va a saber también conducir? Es lo que tiene la astucia.
La verdad es que asusta ver las plagas de conejos que están devorando el campo manchego.
Pero,la naturaleza tiene sus equilibrios y sus normas.
Lo mismo pasa en el Mediterráneo con las medusas. Por la avaricia de unos que no quieren que haya atúnes en libertad, las plagas son bíblicas, ya que han extinguido la vida natural de su principal depredador.
A mi, que me encanta pasear por el campo, incluso cuando no era delito, hasta dormir a la luz de las estrellas, me ha dejado siempre a cuadros el odio visceral al zorro. Estoy harto de ver zorros colgados, zorros acribillados, heridos etc etc, cuando no es más ni menos que un animal más.
Sin embargo, en ese afán privatizador de muchos ganaderos y agricultores egoístas,el zorro no es más que una alimaña dañina y, así le ha ido. Como le va a todas las especies de las que no sacamos beneficio económico.
Ahora, que no se quejen. Al conejo no le quedan depredadores naturales, puesto que zorros y águilas han sido debidamente esquilmados por la mano del agricultor (los urbanitas hemos contribuido callando o mirando para otro lado). Digo del agricultor y debo corregirme,por la mano del agricultor egoísta que no entiende los equilibrios de la naturaleza, pero hay muy pocos que se libran, Fermín, muy pocos por desconocimiemto.
Al final resulta que los locos de Greenpeace, Ecologistas en Acción etc van a llevar razón y, cada leche que le pegamos a la naturaleza, la terminamos recibiendo doble.
Por lo tanto, señores agricultores, escuchen a los ecologistas y convivan con las especies, que al final resulta que no son tan dañinas. Que lo mismo los dañinos somos nosotros. Podría ser?
Los agricultores,créeme, no son los culpables de la desaparición del zorro, sino las víctimas, tampoco los ganaderos, al menos por aquí. La culpa de este desequilibrio ecológico la tienen en casi su totalidad los cazadores, los cotos sociales que se han cargado a multitud de zorros…para asegurarse la caza de los conejos. Eso unido a la suelta de conejos hace unos años…inoculados para ser resistentes a la mixomatosis, ha hecho el resto. De acuerdo contigo que el hombre es el animal que mayor daño hace al equilibrio ecológico en aras de beneficio económico a corto plazo. Una actitud torpe que en el tiempo se vuelve contra él mismo. Un abrazo Blisterr
Pues llevas toda la razón Fermín, como es así no tengo otra que dártela. Es cierto que algunos cazadores se pasan tres pueblos. No hay más que fijarse en docenas de señales de tráfico acribilladas a plomazos por alguno que no ha cazado nada en todo el día.
Aún recuerdo la plaga de musarañas de los 90, salían hasta del lavaplatos…
Dos muy buenas reflexiones, uno colaborador, otro forero; los dos buenos.
Hay dos frases que me molestan:
Cuando hay que insultar a alguien que ha hecho una barbaridad: ¡Que animal eres! Loa animales solo matan para sobrevivir.
Como esta otra: ¡Que salvajada!. Los aborígenes de las tierras olvidadas como en la Amazonia, son personas que viven a su manera de forma «salvaje» de acuerdo con la naturaleza, con su «Pachamama» y el hombre «civilizado» es el que esquilma este patrimonio humano y cultural con sus imperialismos económicos…
De acuerdo completamente Luis Mario. Cuando el hombre utiliza la inteligencia y sus capacidades y descubrimientos contra la naturaleza y él mismo…se convierte en la bestia más peligrosa.La historia está llena desgraciadamente de ejemplos a todos los niveles.Un abrazo.