El presidente de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades afines al sector cinegético de Castilla-La Mancha (ATICA C-LM), Juan Caballero de la Calle, manifestó ayer la disconformidad de la asociación y de gran parte del sector cinegético por las formas y las exigencias con que se han llevado a acabo las inspecciones de trabajo realizadas tanto en monterías como en citaciones particulares en los últimos cinco meses.
En algunos casos se ha requerido a todos los rehaleros a estar dados de alta en la Seguridad Social para poder seguir ejerciendo la actividad. Caballero reconoció que desde ATICA C-LM entienden, entre otras cuestiones, que todos aquellos que realicen un trabajo deban estar dados de alta, aunque no comparten “que un rehalero deba estarlo”. Por ello, se han llevado a cabo una serie de reuniones con distintos estamentos de la administración con el fin de solucionar una situación que comprometía la viabilidad de los rehaleros y en general del sector.
En primer lugar, los representantes de ATICA C-LM se reunieron con el subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, Fernando Rodrigo, para conocer el motivo de las inspecciones que se iban a realizar en la región. Posteriormente, trasladaron sus inquietudes al director territorial de Trabajo y Seguridad Social, Juan Díaz Rokiski, ya que entendían que “era la voz autorizada del Ministerio en Castilla-La Mancha”. La respuesta fue que se realizarían 17 inspecciones de campo, en Castilla-La Mancha, con fines “informativos” y, preguntado por la situación de los rehaleros, Rokiski hizo referencia a la “habitualidad en el trabajo”, fijada por entonces en 30 jornadas al año y que ahora se ha visto modificada por el límite del salario mínimo interprofesional, según una circular emitida por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Sin embargo, algunas de las inspecciones informativas que se iban a realizar en monterías de toda la región perdieron ese carácter y en Toledo se dio el caso de subinspectores que entendían que todos los participantes debían estar dados de alta y se recomendó, bajo amenaza de sanción, a algunos rehaleros darse de alta con carácter retroactivo – desde el 1 de octubre – independientemente de si habían participado en monterías o su situación laboral. Desde ATICA C-LM lamentan que, en algunos casos específicos, estos rehaleros tuvieran que hacer un desembolso de hasta 1500 euros, aun cuando no llegaron a los límites establecidos por el Ministerio en cuanto a la habitualidad en el trabajo.
Ante tal situación, la pasada semana se solicitó una reunión con el subdelegado del Gobierno en Toledo, D. José Julián Gregorio López, en la que también participó el Jefe del Gabinete del Delegado, D. Fernando Moya y el Secretario General de la Delegación del Gobierno, D. Juan Carlos López Valencia. En ella, representantes de ATICA C-LM trasladaron facturas y documentación sobre casos concretos de estos rehaleros. También informaron sobre el incumplimiento del número de monterías inspeccionadas, en la provincia de Toledo, y del caos organizado en muchas de ellas. El mensaje trasladado es el que sigue manteniendo la asociación y es que “todo el que desarrolla un trabajo debe estar dado de alta, pero aquel que realiza su hobby y paga su licencia no realiza actividad laboral”.
Esta situación afecta especialmente a los rehaleros, que, como explicó Caballero, “reciben una compensación de los compañeros de caza de ese día para mantener la rehala durante todo el año”. En este sentido, desde ATICA C-LM comprenden que estos ingresos, así como los gastos, deban declararse ante Hacienda, pero que “en ningún caso cabe la obligatoriedad de darse de alta en la Seguridad Social”.
Actualmente, y tras una reunión en Madrid con gran parte del sector cinegético nacional, se busca una propuesta común del mundo de la caza y la administración para solucionar estos problemas, un documento que como reconoció Caballero, “debe elaborarse de inmediato”.
Y es que a pesar del escrito del Ministerio aclarando y fijando lo que constituye o no habitualidad en el trabajo, existen casos concretos de rehaleros que pueden verse perjudicados, como es el caso de aquellos que se encuentren sin trabajo y estén parados. Caballero explicó que “es incomprensible que una persona que sostiene el drama de haberse quedado sin trabajo, encima se encuentre con la imposibilidad de sacar sus perros al campo y poder recuperar parte de los gastos de la rehala de todo el año, como son gastos de alimentación, veterinarios, transporte, licencias, etc.”
ATICA C-LM seguirá trabajando para conseguir una ampliación del documento que ha enviado el Ministerio y poder solucionar los problemas que todavía tienen parte del colectivo de rehaleros, en especial los que se encuentren en la situación de parados.