Un año más, la fecha del 8 de marzo debe servir para, más allá de diferencias políticas, sensibilizar y llamar la atención sobre algo en lo que se debe trabajar cada día: la promoción y la defensa eficaz de la igualdad de mujeres y hombres como derecho fundamental e indiscutible en la línea europea marcada por la Carta de la Mujer de la UE y la de los Derechos Fundamentales de la UE.
En este Día Internacional de la Mujer de 2014, es importante no ser conformistas considerando que la igualdad real ya ha acompañado a la legal y seguir defendiendo la no discriminación de las mujeres y la igualdad de oportunidades y de trato en los diferentes ámbitos de la sociedad particularmente en el económico, laboral y social. Además, la celebración de este Día Internacional sirve para estar vigilantes en conseguir que la crisis económica no aumente la desigualdad entre mujeres y hombres. Un índice relevante de este peligro es que las tasas de paro femenino comienzan a aumentar a un ritmo superior al masculino según la Encuesta EPA del INE 4º Trimestre 2013.
En el Informe de Cáritas sobre Desigualdad y Derechos Sociales y en el Informe Mujeres y Hombres en España del INE, se refleja que hemos alcanzado máximos históricos en desempleo y desigualdad, y los procesos de empobrecimiento de los hogares han llegado a un punto de difícil retorno. La política de recortes indiscriminados en servicios esenciales afecta a la igualdad de oportunidades en forma de menos recursos para dependencia, educación y atención social.
UPyD manifiesta:
– Que estamos comprometidos con la defensa y la promoción de la Igualdad como principio fundamental y transversal de nuestras políticas públicas, a su vez directamente inspiradas en la Estrategia para la Igualdad 2010-2015 de la Comisión Europea. Consideramos una prioridad seguir trabajando por la eliminación de barreras a la participación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad luchando contra la discriminación y la segregación en el mercado laboral, contra el empleo precario y el trabajo a tiempo parcial involuntario.
– Abogamos por la implicación de los hombres en la defensa de la igualdad, porque el superar las desigualdades y discriminaciones en una sociedad avanzada es tarea de todos y beneficia a la propia sociedad y a la calidad de su democracia. La perspectiva de género aplicada a todos los ámbitos de la sociedad (mainstreaming) tanto a nivel público como en la esfera privada es de y para las mujeres y los hombres, porque también los hombres (en menor medida) sufren discriminaciones y se verían beneficiados por un cambio de modelo de sociedad más justo.
– Que apostamos por la igualdad de oportunidades y de trato en el acceso al mercado laboral y la mejora de la representación de las mujeres en los puestos de responsabilidad. La independencia económica de la mujer a través de la igualdad en el acceso al mercado laboral y a través de la igualdad salarial constituye el mejor camino para garantizar sus derechos y libertades. Luchar contra el paro femenino y la pobreza, suprimir las desigualdades salariales, mejorar la participación de las mujeres en la toma de decisiones forma parte de las reformas estructurales susceptibles de aproximar nuestro modelo de sociedad al de los países europeos más avanzados.
– Que promovemos un cambio en las relaciones de género para conseguir un equilibrio justo en los roles sólo factible a través de la construcción de modelos sociales y familiares que fomenten la parentalidad positiva y apuesten por la corresponsabilidad entre mujeres y hombres. De ahí, la importancia de la intervención de todos los actores sociales a la hora de promocionar y extender una racionalización de horarios que impulse la conciliación entre vida personal, laboral y familiar que no debe considerarse sólo como una defensa de la mujer, sino una apuesta por una sociedad más equilibrada y más justa.
– Que defendemos que las mujeres adultas, en plenitud de derechos y obligaciones para tomar decisiones sobre su maternidad, no deben ser penalizadas por interrumpir su embarazo en un plazo consensuado, ni perseguido quien ayude a hacerlo en condiciones sanitarias adecuadas. Buscamos una aproximación racional, laica y libre de prejuicios ideológicos, fruto de un amplio consenso; que no derive un asunto polémico en una batalla política.
En una sociedad democrática y justa la promoción de la igualdad se integra con la lucha contra el paro y la creación de empleo de calidad, promoviendo la incorporación al mercado laboral de las mujeres y hombres jóvenes y la lucha contra la pobreza que perjudica de forma especial a niños y mayores.