El medio rural español y europeo tendrá una vía abierta al futuro si las administraciones públicas confían “de verdad” en la iniciativa de la sociedad civil y si respaldan las formas de actuación que han mostrado su eficacia en las dos últimas décadas. Así lo subraya el documento de conclusiones elaborado tras la celebración, ayer, de la Conferencia Nacional sobre la Programación 2014-2020, organizada por Recamder y por la Red Estatal de Desarrollo Rural, REDER.
El texto anima al Ministerio de Hacienda, tal como establecen las orientaciones de la UE, a aceptar que las autoridades de gestión apliquen el denominado multifondo (integrado por los diferentes fondos estructurales) a través de la metodología Leader por las diferentes comunidades autónomas.
El documento también urge a la puesta en marcha “sin dilación” del nuevo programa Leader, “para evitar todo perjuicio a los promotores rurales”. Los participantes en el encuentro reclamaron “un medio rural vivo y activo, con pymes que cooperan en la recuperación económica y social, que acaben con el elevadísimo número de parados, en particular de los jóvenes, y que contribuyan a la innovación y a la aplicación de las nuevas tecnologías como instrumentos de participación y gobernanza”.
“No vemos posible –apunta el documento- la recuperación de España si no se impulsa simultáneamente el desarrollo de todo el territorio y todos los sectores”, un proceso “en el que es clave la aportación del medio rural”. Así se refleja “en el análisis de la nueva programación 2014-2020 y de las prioridades estratégicas de la Estrategia Europa 2020, que plantea un crecimiento inteligente, sostenible e integrador”. Para España, los objetivos prioritarios de esa estrategia “son los de la innovación y la formación de los jóvenes”, puesto que “si no seguimos estas pautas crearemos bolsas de subempleo y de bajo desarrollo, que lastrarán al conjunto de la economía”.
Como señalaron varios de los participantes y se recogió en el texto final, “innovar significa para nosotros repensar nuestro medio rural, nuestros pueblos, en los que los agricultores ya no son la fuerza ocupacional de antaño y en la generación de empleo se encuentran muy por debajo de los servicios y de las pymes”.
La labor de los grupos de acción local y del conjunto de la sociedad rural “debe estimular la actividad para producir, transformar y comercializar alimentos, además de conservar el medio natural, silvícola y cultural”. Todo ello, en virtud de la filosofía de animar a la población “haciendo de sus agentes verdaderos actores locales, responsables e implicados en el futuro de sus territorios y todo ello en un proceso sostenible, que respete y promueva nuestro medio ambiente a favor de la vida económica y profesional”.
El encuentro de Toledo sirvió para recordar que en las dos últimas décadas “ha sido posible mejorar la cohesión económica, social y territorial gracias a las aportaciones de los fondos estructurales y en particular del Leader, a pesar de su modesta dotación”, sobre todo gracias a la apuesta por la diversificación de la economía local. En ese sentido, el documento de conclusiones subraya: “Es evidente que se ha mejorado el nivel de vida al tiempo que se han ido reduciendo las diferencias entre el campo y la ciudad, lo que se ha visto matizado por el cambio migratorio producido en los últimos años, protagonizado por familias ligadas a los pueblos, por neorurales y por algunos inversores”.