Daimiel Noticias.- Galicia, País Vasco y Castilla-La Mancha estuvieron más unidas que nunca en la noche del viernes. El gran culpable fue el músico bilbaíno Kepa Junkera, que presentó en la localidad los temas de su último trabajo discográfico “Galiza”, un auténtico homenajea a la Galicia “física, a la de mar, a la de montaña, a la de niebla…”.
También a sus instrumentos y formas de entender música que han sido revisionados, adaptados y fusionados con la cultura vasca y han creado una verdadera “fiesta de sentimientos y emociones”, como lo define el propio músico en su página web. Precisamente eso, fiesta, sentimientos y muchas emociones, fue lo que se vivió en un completo Teatro Ayala. Con una formación mitad gallega y mitad vasca, Kepa Junkera consiguió meterse al público en el bolsillo interpretando sus temas de toda la vida y también canciones de sus últimos trabajos.
Poco se puede decir que no se haya dicho ya de este artista que en 2004 era reconocido con el Premio Gramy Latino al mejor álbum folk por su disco en directo “K”, pero lo cierto es que el ímpetu, la alegría y la maestría con la que lleva la cultura, la música en particular, vasca (y ahora también gallega) por todo el mundo se manifiesta también sobre el escenario. Nos encontramos con alguien que no paró de interactuar con el público e interesarse por las tradiciones y curiosidades de los lugares que había visitado. “He visto que tenéis un olivo grandísimo en la Plaza de España, ¿tiene que tener muchos años no?”, preguntaba casi al inicio del concierto. Gracias a eso, a sus preguntas y a su interacción con el respetable, pudimos conocer que había algún gallegos y vascos entre las butacas del Ayala o que, por ejemplo, se había encontrado con Jesulín de Ubrique y María José Campanario en el bar de carretera dónde paró antes de llegar a Daimiel.
Fue una noche de momentos memorables e inolvidables. Sobre todo para Pedro, el daimieleño que escogió Kepa del público para que subiera al escenario y tocara la pandereta junto a él mientras el vasco lo acompañaba con su trikitixa (hasta cinco diferentes llegó a lucir durante el espectáculo de 90 minutos). El momento más emotivo y curioso de la noche fue cuando un casi improvisado grupo de músicos, encabezados por la daimieleña Prado Pérez de Madrid, que ha colaborado ya en otras ocasiones con Kepa Junkera, subió al escenario para interpretar una canción típica manchega como es “La Jota de la vendimia”. De este modo, música gallega, vasca y manchega consiguieron fusionarse por un momento creando una atmósfera original y divertida que consiguió la gran ovación de un entregado público.
