Juan Díaz-Benito.- El fútbol sala es un deporte y un fenómeno sociológico en Manzanares, cada fin de semana o en su defecto cada quince días en La Bombonera se dan cita entre quinientas y seiscientas personas, el fenómeno sociológico pasa por la auténtica devoción de la afición por su equipo. Tres peñas giran alrededor del equipo, algo inusual en Manzanares, no se puede olvidar que el equipo se ve acompañado en los desplazamientos por un centenar de aficionados.
Este sábado es un partido especial, en todos los sentidos, el equipo visitante viene motivado para intentar ganar en la cancha del líder y es evidente que ganar en La Bombonera le haría dar un salto de calidad. El equipo de Quique Soto, ha realizado un comienzo de segunda vuelta espectacular, la apuesta por el liderato de los locales le auto motiva para salir a muerte en todos los partidos.
Técnico y jugadores están demostrando un grado de compromiso junto con una profesionalidad y una humildad fuera de toda duda. Los jugadores y su entrenador son unos tipos excepcionales, unos jugadores muy profesionales, realmente la ciudad de Manzanares tiene que sentirse muy orgullosa de este gran grupo de jugadores y lo decimos de forma totalmente independiente de lo que ocurra en lo deportivo.
El pabellón este fin de semana debe de quedarse pequeño, el apoyo debe de ser antes, durante y después del partido, la mejor afición de España no necesita automotivación porque la comunión entre equipo y afición es total. El Manzanares F.S., tiene que apostar por el partido a partido, porque cada encuentro va a ser más difícil y más disputado que el anterior. La afición de aquí a final de temporada tiene que hacer volar a los suyos porque los jugadores se están mereciendo todo.Este informador deportivo de pueblo y además malo o junta líneas, está deseando que llegue el sábado para volver al pabellón después de cinco meses y medio, este fin de semana seremos un aficionado más y aplaudiremos lo mucho y bueno que hará el equipo. Junta directiva, cuerpo técnico, jugadores, gracias por hacernos felices y ser los grandes culpables de que en tiempos difíciles seamos un poquito más felices y eso es de agradecer.